Partida Rol por web

Aquella ciudad tuvo otro nombre.

Uno que ya nadie quiere recordar.

Ahora la llaman "Resurrección". 

Tal vez como una alegoría a los esfuerzos por devolverla a la vida.

Resurreción no es una ciudad bonita, pero al menos esta libre de zombies. Al principio sus habitantes se afanaron por arreglar las infraestructuras básicas, apartar los coches de las calles y ocuparse de los cuerpos, pero ahora cada cual se ocupa de lo suyo y esa hermandad inicial a desaparecido por completo.

Desde luego no es un sitió donde te dejen entrar porque sí, hay que seguir unos protocolos para garantizar que no metes el virus dentro y aunque nadie se atreve a decirlo, las manos de los muerde-cuellos dominan cada aspecto de la existencia en la ciudad. 

Apenas hace unos días que llegaste. Se suponía que alguien se pondría en contacto contigo para ofrecerte un trabajo importante pero eso no a sucedido y ahora te encuentras ocupando lo que fuera la habitación de un hotel. Una vivienda provisional que se te ha asignado al llegar.

En estos pocos días no ha parado de llover y el calor por las noches no da tregua. Los mosquitos son enormes y los olores de las tuberías viejas te ofrecen un aroma poco agradable pero lo peor es que te has dado cuenta de que esta ciudad, donde ves pasear a la gente por la calle como si nada hubiera pasado o incluso circulan un puñado de coches por las calles más amplias, es una inmensa jaula donde tienes la sensación de estar siendo vigilado constantemente.

Stasis.

Así se le decía a la idea de que todo está quieto, en su lugar, puesto y detenido de un modo inamovible, estancado, incapaz de podrirse o "madurar", incapaz de regresar a cualquier punto pasado en el tiempo-espacio. Otro término asociado es quietus, pero es una confusión habitual, porque este último es la idea de la muerte en su forma más pura y absoluta, un asesinato en el silencio, si se le permitía parafrasear en su mente al vagabundo sin nombre, sin rostro y sin verdad alguna, un nombre falso como su apestoso intestino, por limpio que pudiese parecer por fuera y un destino incierto, un encierro, un stasis situacional.

- Qué interesante.

Pronunció sentado al borde de la cama. La habitación de hotel mugrosa no lo era demasiado, solo desordenada pero no mucho más que las docenas o cientas que habrá usado e invadido día tras día durante los últimos 8 o 9 años, no, 10 años, todo sucedió de la nada y...

- No. -Pausó deteniendo su propio monólogo mental.- Ya no.

Parpadeó entonces y miró hacia un costado, en donde uno de esos gigantescos bichos había sido atascado con sadismo por un picahielo encontrado por ahí, o algo semejante. Si era una herramienta él podía usarla, adoraba la tecnología y el análisis de su progreso, la ciencia, era algo así como un "nerd", pero negaba dicho pasado. Parpadeó de nuevo y vió una vez más al mega-mosquito, pensando en lo obvio: Tenían fichado que era un criminal de su clase, pero él mismo venía aquí, por su cuenta, porque necesitaba más, porque nada nunca era suficiente.

- No.

Puso una de esas típicas sonrisas malignas que hacía, confiado, como el hijo de puta con suerte diabólica que era, para mal o para bien, como si entendiese que hace mucho el mundo dejó de ser irrelevante y en vez de volverse un mundo con una verdad aceptable dió vuelta la rueda y pasó a volverse absurdo, no importante. Sin significado, asqueroso. Patético. Tenía que obtener información pero estaba seguro que habían cámaras, personas, seguramente lo matarían o esclavizarían pronto.

- ... -Y sin embargo la lluvia, aún con el molesto ruido de los autos, era agradable, adoraba la lluvia, siempre lo hizo, eso sí lo recuerda.- Nada.

Su situación era el típico caso de encierro infalible, la proximidad al jaque mate, el sigma, imaginó a su propio yo en esa misma posición tomando su pistola, alguna de las que le quedaba, confiable, apuntándola a la puerta, esperando reventarle la cabeza o el torso al primer idiota que viniese por su cabeza, pero luego vendrían varios. Imaginó que podían estar viéndolo y nunca llegar excepto cuando su energía cediese al máximo, tampoco funcionaba. Otra opción era utilizar su filosofía habitual: "Usar lo que otros no usan, buscar los recovecos", y dicho de modo menos bonito: "Toda basura y desecho es un agujero en la estructura", cualquier porquería olvidada era útil, pero... Una vez más, estos tipos seguramente tenían gente merodeando lugares "perdidos" para hacerle jaque a cualquier insurrecto de su asquerosa ciudad de hipócritas, esta ciudad le recordaba a esa parábola sin nombre: "Tumbas blanquecinas por fuera, putrefactas por dentro", sobretodo si esos demonios consumidores de carne y sangre eran los amos. Pensar algo como: "¿Oh, el mundo nunca será libre?" era lo que haría un idealista, pero él estaba y siempre estuvo por fuera (O encima, si le damos énfasis al asunto) de la política y solo creía en una cosa: Ciencia y resultados brutales. Nada más.

Se puso a revisar lo que tenía, sus últimos resquebrajos del mundo muerto o "mundo previo" como le decía él en su mente: Videos mantenidos con electricidad a sol, con un pulsar portátil, de esos que se empuja a mano o a pie para potenciarlo, un generador antiguo que conservó de sus días pasados y que mantuvo a lo largo de una década. En cualquier momento se podría deshacer pero él lo cuidaba bastante, siempre, eso o usar los paneles solares convenientemente. Aquellos objetos le permitían sacar su dispositivo, una tablet conservada con un único leve, milimétrico trazo de lado a lado en diagonal, hendidura ínfima. Otro auto, ruidoso, lo odiaba, y empezó a revisar los videos, uno por uno:

Aquel video de la mujer joven con la bola de fuego, siempre le fascinaba. Podría mirarlo por horas. Ahora será una señora, de su edad, algo mayor que él o tal. ¿Acaba de oír voces? No, es afuera, creía, de todos modos miraba los videos sin volúmen, conservar energía era todo, él y sus dispositivos. El video de la mujer siendo devorada, horroroso pero majestuoso en su ironía. ¿Hay algún detalle que se le pasara? ¿La cámara no se detenía justo después porque se caía, como en una película o algo? El "realismo" nunca fue una idea legítima para un hombre que dudaba de todo, antes, o ahora. Los videos de los idiotas mordiendo por "diversión" a la gente le daban rabia y ganas de disparar, ahorcar con su confiable hilo firme atado a dos trozos de portable madera-reforzada en un conveniente dispositivo sencillo llevable bajo una chaqueta, y más, pero suspiró, calmándose. Los videos paramilitares y de los "lobos" no eran algo que hubiese podido acceder, quizá tenía alguno, borroso, tal vez no había revisado bien los archivos. 

Se enfocó en "los últimos". El último video de aquel hombre hablando de los "chupacuellos". ¿Quién era el sujeto en cuestión? No hay forma de buscarlo con los servidores muertos, aún cuando los satélites están en órbita, en teoría. "Si sólo hubiera una forma..." Pensó sintiendo casi que le podían escuchar la mente, encerrado. Miró al cielo brevemente, al techo, y volvió a la tablet. La puerta. ¿Nadie, todavía? Pensó en saludar a las cámaras pero no, ni él podía ser tan idiota, todavía, aún con el nombre de un gato conocido universalmente como un 'meme', ironía absoluta. Los otros tweets, ¿hacia donde lleva el hilo previo de la charla? Si es solo la captura del tweet en un lado entonces el otro no sería accesible si no se guardó, no realmente, solo el archivo escrito si es que estaba en la misma charla. Otro auto, pero no le importaba... "¿Cómo seguían funcionando los autos, con qué gasolina o bencina?" Y finalmente el tweet de la lechuga. Ese claramente era un zombie burlándose o un humano burlándose.

Todo es una conspiración, por supuesto. Últimamente si no obtenía nada, lo más probable, terminaría por guardar todo, sellarlo con cadenas y ataduras (Y cerraduras por fuera) en su mochila confiable, irse a dormir y... Fingirlo. Así es, dormiría levemente, luego despertaría, luego dormiría, sin abrir los ojos, usando el famoso sueño del übermensch de ciclos de horas, para que antes las cámaras o drones se viese como si durmiese, y luego a la hora real de dormir, cuando viniesen, porque iban a venir, haber tenido la pistola debajo y reventar al primero que viniese, como acto reflejo.

No pensaba seguirle el juego a estos bastardos, tomaría todo lo que deseara, destruiría todo y haría lo mismo que siempre.

Todo sería para él, y nada para los demás. Si él no tenía el control, ni el puto dios lo tendría.

No en este mundo muerto.

Habías tomado tu decisión, tu paciencia se estaba acabando cuando alguien toco la puerta con los nudillos.

- Disculpe, estoy buscando al señor Lockheart.-  aseguro una voz de mujer. Su tono era firme y educado.

El sonido de sus pasos había sido amortiguado por la raída moqueta pero aun de ese modo debía haberse movido con el sigilo de un asesino profesional. 

- He sido informada de que se aloja en esta habitación. ¿Es eso correcto?.- pregunto desde el pasillo.

Un gruñido en lo profundo de mi cabeza, relojes que hacen tic y toc, movimientos erráticos.

"Mi rabia tendrá que esperar"

Dijo [ ] en el interior de mi mente, haciéndome recordar y gruñir muy levemente. Seguramente sí que era una asesina profesional. No alcancé a echarme y guardé la tablet y demás aparatos de soporte, solo el sol era un compañero en estos días de muerte y óxido entrópico. Tras amarrar mi mochila pensé en salir, pero tomé la pistola y la guardé bajo mi gabardina, abriendo tras quitar el sello de la puerta. ¿No habría podido abrirlo de todos modos?

- Hola.

Miré a la mujer, vaya hembra sin duda, o eso diría la biología masculina y humana. ¿Alguna vez tuve romances o deseos placenteros? Mis memorias borrosas del tiempo hace diez años y previo censuran todo, caras, eventos, todo es un lodazal de caos, quizá sí, quizá, esos pechos ciertamente llaman, pero mi hambre de odio es más fuerte.

- Adelante, si es necesario. ¿Viene a ofrecerme mi trabajo? -"¿O una mala en mi cara?"- ...Perdone, he estado algo impaciente, llegué recién a Renacimiento y sigo algo perdido, como si no entendiera como funciona nada.

Otro gruñido en mi cerebro, los ruidos afuera eran irrelevantes. Todo es irrelevante ante la amenaza directa. Solo evolución importa. Campanas en mi alma, resuenan de forma poética pero errática, todo es errático. Parpadeé al mirarla, más alto que ella pero con menos presencia, ella podría asesinarme.

- Aguardo, señorita...? Yo soy Sylvester, dígame Sly si le parece mejor.

Së que tenía otro apodo más siniestro que ese clásico, pero no lo recuerdo.. ¿Cual era?

La pregunta siempre es esa, o alguna otra. Siempre hay preguntas.

Y casi nunca, por lástima, hay respuestas.

La mujer se quedo en la puerta hasta que no dijiste que podía pasar. Su piel era blanca, contrastando con el rojo de los cabellos y sus hermosos ojos claros. Al pasar notaste el aroma de su piel, un delicado perfume, sutil pero penetrante.

- Soy yo la que debería disculparse por el retraso. Tenía que asegurarme que venir aquí era seguro para ambos.- explico. Manteniendo las distancias, con actitud profesional. Era una mujer acostumbrada a mandar y ser obedecida, no era una simple secretaria, era alguien importante.

- Efectivamente estoy aquí para hacerle una interesante propuesta laboral. Quiero que sepa que de negarse podrá salir de la ciudad sin represarías pero lo hará escoltado y no se le permitirá el acceso a Resurrección hasta pasados doce meses por temas de seguridad.- Te explico. -Comprendo que esta ciudad pueda parecer confusa, no obstante le aseguro que nos estamos esforzando mucho para hacer de ella un buen lugar para vivir. Aquí es donde usted entra en juego. Digamos que tenemos cierto elemento... subversivo que impide la ejecución de nuestros planes y nos convendría su eliminación.

- Bien, ahora solo quedan dos cuestiones a tratar. ¿Acepta? y de ser así ¿Cual es la cuantía de sus honorarios?

- Salir a la interperie arruinada de lo que fue alguna vez la civilización humana y sus restos suena muy bien, ciertamente...

Sonreí de modo tosco y claramente burlesco pero con un toque "sincero", como el nómade, el carroñero hambriento que era, pensando en que francamente, estar encerrado y observado sin chance a nada ni resultados me parecía menos apetecible que ir haciendo mi habitual rutina de conseguir, rebuscar, matar, cazar, ser una bestia en lo que alguna vez fue una jungla de metal, ahora escombros como una verdadera fauna de restos inorgánicos, artificiales, pero claro, miré a la mujer con el miedo velado que merecía. Esta asesina podría haberme aniquilado en un instante, lo siento, lo huelo, lo degusto pero no lo confirmo lo cual solo confirma, paradójicamente, mis sospechas primitivas y a la vez intuitivas, analíticas. Me da miedo y que no me mate, que no sea débil, me da más miedo y causa respeto, tiranía en su forma más pura. ¿Será una de ellos? ¿Ya era de noche? El mito decía que los chupacuellos solo podían estar de noche, pero... No, basta. Miré sus ojos y me sorprendí porque ella acababa de decir algo que logré escuchar entre la cacofonía que mi cerebro hacía más o menos desde que empezó el "fin" hace 10 años... Quizá antes.

- ¿Qué? -Soné improfesional, en extremo.- ¿Honorarios?

Ya veo. Sonreí ahora sí sin sarcasmo, con malicia, estos gusanos carroñeros de gran poder, gusanos gigantes, sierpes parasitarias inmensas sabían. Y yo sabía que sabían, mi rostro mostraba un gesto poco atractivo, y mis cejas no ayudaban en nada, ni mi cara de idiota, pero... ¡No podía evitarlo!

- Quiero acceso a un satélite, sospecho... -Pude decir "sé", pero arriesgaba un cuello rajado en un instante, había escuchado rumores, pero mi parte más coherente me decía que no confirmara tales, por interesante que pudiese parecer. Ni yo estaba tan roto, un reloj hecho mierda podía mover su manecilla una o dos veces cada... ¿Contaban los días en este mundo muerto? Solo el Sol, solo la Luna. Día. Noche.- Que tus jefes, tu gente, tiene uno o conexion, registros, lo que sea. Si no es posible, quiero materiales para armar un bunker, armas, o un camión blindado, no tiene que ser inmenso, me basta una van decente, como las que usan los típicos oficiales o malandros en las películas. Perdón, usaban.

Y lo peor, no, mejor... Mejor y peor, es que hablaba completamente en serio. Ni una pizca de broma, mi rostro mostraba seriedad cordial y alegría ante la posibilidad de conseguir eso a cambio de cargarme a un peón más en un juego roto hace mucho, desde el inicio. No era seriedad asfixiante, como la de ella aunque elegante, sí, era más bien legítima sinceridad casi "inocente" o al menos pura en el sentido fundamental, ascepcional de la palabra. Parpadeé un par de veces, como diciendo: "¿Parezco bromear?", sin embargo... Podía entender que aquellos sin una mentalidad compleja como la mía no pudiesen entenderlo, por mucho que fuesen seres con superpoderes nocturnos.

- Si no es posible ni lo primero ni lo segundo, armas, municiones, comida, raciones, elementos de supervivencia en abundancia, un auto normal se agradecería, hay muchos afuera. Puede ser uno usado, sé... Creo saber repararlos, sí, eso.

Actué humilde. ¿O lo fui? No lo sé.

O no quiero saber si lo sé.

Por el contrario, la mujer se mostraba firme y profesional. No vario el rostro en ningún momento. Asintió con un gesto leve antes de hablar.

- Por lo que creo entender, sus honorarios son razonables. Puedo ofrecerle varias opciones dentro de lo solicitado si bien la conexión con algún satélite queda fuera de lo que puedo prometer.- aseguro antes de proceder a enumerar sus ofertas.

- Existe un bunker no muy lejos de aquí, en el bosque. Hace años se estableció un grupo de supervivientes en el lugar pero a fecha actual no nos consta que quede nadie. Un equipo podría desplazarse, despejar el lugar y acondicionarlo a su petición.- propuso.

- O bien podría ofrecerle un vehículo muy especial, perteneciente a las fuerzas especiales, doble blindaje, cristales anti-balas, armamento incorporado, raciones militares para dos meses y cuyo motor es impulsado por energía solar procedente de las placas solares del techo y sus baterías de alta capacidad.- dijo como segunda opción pero quedaba una tercera.

- Claro que mis superiores le ofrecen una posibilidad de establecerse en esta ciudad de forma permanente, casa de lujo, comida asegura y quedaría exento de cualquier compromiso.- aseguro esperando que entendieras que nadie te tocaría ni reclamaría tu sangre.-Esta opción incluye alimentos gratis por el resto de su vida y prioridad de atención medica garantizada, ademas de acceso a todos los club privados de la ciudad y disponibilidad de... señoritas, de forma vitalicia.

La mujer quedo a la espera de que eligieras una de las opciones.

Antes de poder ponerse a pensar tonterías habituales de "Sylvester" tipo: 'Ah, claro, estos cabrones deben tener guardada su conexión' o 'Es difícil alcanzar un satélite incluso para un ser superpoderos...' un interruptus sucedió como un disparo rompería un vidrio, incluso uno grueso. La palabra que intentó no repetir, y lo logró apenas, pero resonó en su mente, en su ser, dejándole con un gesto de poco espabilado digno de un hombre con el alma de un crío la mitad o un tercio de su propia edad.

Compromiso.

Claro, era el clásico contrato con la mafia, "puedes entrar, pero salir es imposible", y estaba en dicha posición, ciertamente. Me tenía, me tenían desde el principio y no había opción. Las dos primeras opciones eran excelentes, pero...

¿Pero?

Tenía que pensar, no, muy tarde, mis instintos hablaban por su cuenta.

Ciertamente la idea del búnker era impecable, si no estaba lejos pero tampoco dentro de la ciudad podía establecerme, mantenerme con la tecnología apropiada y luego eventualmente conseguir lo que necesitara, todo en orden, sonaba demasiado fácil, pero...

Tener el vehículo en cuestión era perfecto, podía moverme sin problema pero existía la chance obvia de que lo tuvieran marcado y pudiesen saber mi posición en todo momento, si realmente eran los últimos en manejar drones y semejantes tomando en cuenta su imposibilidad de prometer acceso orbital. No podía darme esos lujos, quería, pero apenas podía, y luego estaba la opción final.

- Oh.

"Hablé" muy efusivamente al decir eso, sus palabras cambiaban todo.

Casi caigo, las mujeres, que apenas si tuve debidamente y en mi vida pudieron tentarme pero no lo hicieron. Últimamente, estar aquí me haría otro de sus perros, peones, y ya, más trabajos, más asesinatos, ser descartado cuando la utilidad se acabe. Semejantemente, el vehículo podía estar marcadoo incluso cargado, tal cual. Y el búnker, lo mismo, porque a ellos "les consta" que no queda superviviente alguno. Ninguna opción es viable.

Hice un gesto, una sonrisa nerviosa visible, y suspiré.

- Ya entiendo. -Sí que lo hacía, vaya, arrinconado apenas comenzaba la partida. Increíble, admirable.- Por lo que veo todas las opciones son viables en semejanza... Si me permite optar al final, em, bueno, espero que no sea problema. Por favor dígame quién es mi objetivo y otras especificaciones.

Técnicamente, no estaba equivocado, la mujer, Alexandra, comprendería esto, y aunque ponderé la suicida idea de pedirle "déjame hablar con tu gente" o "quiero saber más", la idea aún más suicida de ver en el camino cómo lo lograré me tienta aún más, la muerte tiene un sabor especial al nunca alcanzarla completamente, solo un roce, apenas, pero no, nunca.

Estaba listo para traer muerte. Ser muerte en un mundo de muerte.

- Como guste, no es ningún problema, comprendo que deba pensar debidamente la opción que le resulte mejor para sus propósitos futuros. - dijo la mujer. 

Se desabrocho la chaqueta y saco del interior una fotografía.

 - Se llama John Joseph Hunter, para los amigos J.J. Alrededor de los cuarenta años. Es un humano despertado, un mago si lo prefiere. Pertenece a la hermandad Akashica y por tanto es intocable para mi o mis superiores. No queremos comenzar una guerra entre razas. - Te contó entendiendo que no tenías ni idea de la mayor parte de cosas que te estaba diciendo.

- Desde su llegada a causado numerosos problemas e incidentes, alborotos, peleas... Tratamos de pedirle que se fuera pero dejo tres heridos y cuantiosos desperfectos como respuesta. Podríamos tratar de echarle por la fuerza pero eso solo causaría mas heridos inocentes. - Te explico y sin duda entendiste que habría alguna otra cuestión oculta.

 - Tras la foto encontrara una dirección web. Si accede a ella encontrara mas datos sobre el sujeto y la hermandad a la que pertenece. Dicha web desaparecerá a las doce de la noche. 

- Esta noche ira al club Peca2. Le enviaremos un traje y una invitación vip para este club junto con la cena, así como el arma y munición que usted solicite... Si esta de acuerdo.

Ah, como consume la muerte, el ansia. Mi voz interna quiere bramar y lo hace brevemente, yo por otra parte miro.

Y con "yo" me refería, claro, a Sylvester Lockhart, desde fuera.

Susodicho parpadeó ante la explicación. Sonaba peligroso y si bien era un completo menjunje fuera de su conocimiento técnico, tecnológico y humano, algo le despertaba una idea, y era justamente esa palabra: "Despertado". Un humano con el poder de las entidades cósmicas, un humano "por encima", y sin embargo...

- Parece rudo. Y suena odioso.

Respondió de la forma más mundana y poco relevante posible, él sabía que Alexandra, si se llamaba siquiera así, tenía clara su conducta y seguramente no le importaba, y sin embargo él había aprendido mecánicamente a conversar como un sujeto 'normal' e 'irrelevante', como el standard que la sociedad tenía justo antes de colapsar y que al parecer no rinde del todo. Y ahora este problema entre... ¿Acaba de decir "entre razas"? No como las estúpidas disputas de razas como las de aquellos humanos que sangraban todos igual, esas de antes, que veía en las redes y en todos lados, no, razas reales, especies distintas, super-especies, un menjunje inmenso, mayor.

- ¿Mató a alguien? Necesito todo, sus manerismos, costumbres, debilidades invisibles, a más potente el oponente más pequeña y fatal la fisura, horas y horas de futaje, todo. -Entonces escuchó "sitio web" y no solo tuvo un despertar propio, obvio, en donde ella parecía haberle soltado algo sin querer queriendo, sino que además la palabra desperfectos quedó en su cabeza, pero lo omitió en el exterior. No era un modo común de hablar de meros destrozos, daños, no, era algo que sonaba más... Trascendental.- ¿Está todo eso ahí? Si no lo está, súbanlo, por favor, si disponen de semejante material.

Ah, "futaje" como en "footage", en inglés, sí, eso.

- Municiones de nitrógeno líquido, granadas de flash, una, dos si es posible. -Pensó. Recordó.- Una inyección concentrada de morfina podría servir también.

Pedir mucho es decir poco en este caso. Y sin embargo eso último no era en exclusiva para el... Humano despertado, sino para sí mismo si se daba el caso y, digamos, pedía una mano o un brazo, la única forma de soportarlo sería con eso. Su forma de pensar se basaba en la joven y su bola de fuego, pensando de forma directa con el único ejemplo asociable que tenía. No quiso preguntar: ¿Y si tienen superpoderes ustedes por qué no lo enfrentan igual? Pero últimamente la clave es la palabra "humano", sigue siendo un mortal, y sin embargo... Su plan solo estaba en su cabeza.

Parpadeó, no dijo nada más, ella podría reírse o hacer saber que exigía mucho, pero últimamente omitió también pedir una morena decentemente sexy, francamente se arrepentía de no decirlo pero era obvio que involucrar a otra inocente no era la idea, a pesar que le ayudaría a parecer más normal, pero le regalaría un rehén al objetivo. Tomó la fotografía, si se le permitía, y esperó respuesta. Ya después haría lo que debiese.

- Es rudo.- ratifico Alexandra.- Físicamente peligroso y se enfurece con rapidez.- Te aviso.

-Todos los datos que solicita esta en la web.- Te certifico.- Las armas que pide le serán entregadas con la cena, no obstante es vital que su trabajo sea discreto. No queremos que cunda el pánico entre la gente, bastante ha sufrido ya como para presenciar algo así. No queremos que piensen que corren ningún peligro en nuestra ciudad.

La mujer se despidió de ti.- Bien señor Lockhart, ha sido un placer conocerle. Me pondré en contacto con usted al termino de su trabajo para ultimar los detalles sobre sus honorarios. Que pase un buen día.

Fuiste consciente de que aun brillaba el sol de la tarde, así que o era mentira que los vampiros se derritieran con el sol o esa mujer no era uno de ellos, al menos no uno completo....

Todo esto era mucho. Sylvester era rápido leyendo y ya había leído casi todo el dossier, faltándole solo el "extra" agregado al final como una página extra con contenido que parecía bultoso pero no menos relevante, nada lo era, cada detalle era crucial ya en el dossier principal o frontal tenía elementos clave que podían cambiar el rumbo de lo que parecía originalmente una batalla perfectamente imposible, no ganable. Pensó en pedir el búnker o el vehículo blindado antes como anticipo, pero seguramente o ella (Y sus amos) verían venir los planes o intenciones de Lockhart si lo hacía, y/o simplemente no aceptarían pagar por un trabajo no hecho todavía. Aún con la sociedad muerta, el capitalismo y las malas intenciones quedaban como fantasmas pegotes y tóxicos, por supuesto.

- Comprendido. -"Un asesinato entonces, silencioso, en las sombras, sin piedad, no un conflicto", pensó mientras respondía medio de reojo con sus bizarros gestos habituales.- Aguardaré entonces y me prepararé con una estrategia decente. Agradezco.

Mientras repasaba el dossier frontal de Hunter, cruzado de piernas ahí mismo, en frente de mi departamento temporal y mirándole el culo a la mujer que se retiraba y exponía a los rayos solares confirmando no ser una chupasangre pero sí posiblemente alguna sirviente de dichos, seguramente, meditaba opciones: ¿Y si apelaba a la posibilidad de recuperar a su esposa? ¿Fingir que lo mataba, que se "dejara matar", contarle todo y que me ayudara, lo ayudara, y listo, todos ganábamos? Faltaría meramente convencer a la esposa. Eso de los "sujetos peligrosos" con los que vivía Joseph podría perfectamete ser difamación y manipulación emocional de los chupasangres, o la realidad, si bien no tenía por qué tener empatía alguna con tales niños e hijos, yo... No, no era tiempo de pensar en eso. Nunca había tiempo, aún en un mundo donde el tiempo o la historia dejaron de valer la pena.

Asumía que esta página web donde estaba revisando todo era una página de intranet o servidor local en vez del internet real. Si bien, intenté de todos modos meterme a otros lugares, solo por si acaso, a ver si volvía a poder a buscar el video de la chica arroja-bolas-de-fuego o algún otro, quizá info extra sobre mi objetivo, Joseph Hunter. Últimamente, tenía una idea de lo que haría, pero... El otro documento. ¿Qué significaba? No me decía nada, no significaba nada, no lo entendía. Algo sobre monjes... Poderes espirituales y de artes marciales, no, nada, cero.

- ... -Parpadeé e hice gestos locos con mis cejas reflejando confusión: Nada.- "Akáshicos". -La palabra "Akasha" me sonaba, pero de donde... No sabía. No era mi ámbito. Dudaba que este sujeto tuviese en realidad y por encima de sus supuestos 30-40 años unos cuantos siglos o milenios que corresponderían a los sujetos mencionados en esta historia mística, ni que fuese del Tibet o China medieval. Aunque la posibilidad de haber sido entrenado por algún maestro poderoso me daba simultáneamente miedo y curiosidad. De momento descartaría enteramente este documento por lo chocante, súbito y fuera de contexto que me pareció y me enfoqué en él, en su esposa, su familia, su situación y cómo poder intentar llevar esta batalla a una victoria o al menos, un empate conveniente. ¿Y si los chupasangres tenían esto tendido como una trampa? Era obvio, mucho, sin embargo me querían a mí y a él muertos, seguramente. Pero pretendían "proteger a la gente", o sea, sus reputaciones, obvio, como típicos tiranos, y proteger seguramente a los suyos, otros chupasangre y sirvientes de tales, lo que implicaba cuan absurdamente poderoso era Hunter para vencer, más encima, a mano limpia a monstruos con poderes sobrenaturales. No, yo no tenía oportunidad en "matarlo" ni nada, el juego estaba echado.- Ah bien... Andando.

Hice bien en pedir únicamente armamento táctico, nitro líquido, sedantes potentes, flashbangs, contra un enemigo no derrotable con fuerza bruta, que quizá no arrojase bolas de fuego, pero sí podía regenerarse además. Me metí al depa, busqué mi mejor traje, me lamí el pelo hacia atrás con el clásico "cowlick" pero al final decidí dejar algunos de mis mechones caóticos y atractivos o al menos con un "estilo caótico" para hacer la hora, reposar, pensar, meditar, etc., y salir finalmente al lugar para ponerme y recibir mis municiones, atento siempre por si Hunter estaba ahí antes o si llegaba después. Era hora. Lo sería.

Justo como se te dijo. A la hora exacta. Alguien toco con los nudillos tu puerta.

No viste quien dejo un carrito frente a tu puerta y un buen traje de tu talla colgado en una percha del pomo de la puerta y unos zapatos buenos, en el suelo, junto al carrito.

En la bandeja de abajo, tapada con un bonito y discreto mantel, encontraste la munición de nitrógeno liquido que querías, dos grandas Flash y una inyección que bien podría contener morfina.

De cena habían dispuesto manjares que hacia diez años que pensabas borrados de la tierra. Carnes al punto, con especies, salsas... Junto a los cubiertos una tarjeta de pase VIP para el clud peca2