Miró deconfiado a los dos humanos, aquella era una raza que no le inspiraba mucha confianza, pero al menos eran de los dunédain. Quzá fueran distintos, había oido decir que los dunédain eran muy parecidos a los elfos, buena gente, faciles de trato y honrados. Aunque nunca había conocido a ninguno.
Probablemente puedan sernos de utilidad.
- quizas deberiamos seguirlos ... si Azaghâl es un enano, los enanos deben saber- Dijo la muchacha a su compañero, había estado muy callada todo el rato y su voz sono torpe, como la de alguien que no domina el lenguaje.
-De acuerdo. Compremos provisiones y vayamos hacia el este. Dijo el hombre, que si que dominaba el Oestron perfectamente.
Creo que será mejor que hables tú con ellos, pues yo me expreso torpemente cuando hablo con extraños, y mi mejor virtud es manejar la espada de acero, tu en cambio debes dominar muy bien la espada de la lengua.
Susurró a su compañero, viendo como los dos tipos se disponian a marchar.
Me acerco hasta donde están los desconocidos.
Disculpen, no hemos podido evitar escucharles y nos preguntábamos si mi compañero y yo podríamos acompañarles, porque por lo que hemos podido escuchar, creo que intentamos alcanzar al mismo grupo de enanos.
La mujer se quedó bastante asombrada al ver a los dos elfos. Parecía querer decir algo pero tardo en encontrar las palabras.
- ¿Sabeis algo de Azaghâl? dijo al fin.
Yo estoy, pero podia intervenir alguien mas, ¿no?
La mujer a preguntado, está esperando respuesta, y a Elendorn lo llevo yo porque el dueño sigue sin dar señales de vida, no voy a estar yo manejando a todos los personajes.
Yo lo llevo, como si fuera un PNJ, pero no voy a tomar decisiones por él.
¿Azaghâl, Azaghâl?, no me suena digo mientras me doy golpecitos en la barbilla como no sea la capitana del grupo de enanos a la que han secuestrado.
Creo que deberias de buscarle un sustituto