Partida Rol por web

Enelya descansaba en la Casa de la Hoja, un lugar de reunión donde los elfos de Lorien se relajaban y cantaban canciones, contaban historias y pasaban el tiempo. La Casa de la Hoja está constuida en uno de los mallorn de Lorien, al cual se accede por una pasarela en caracol que rodea el tronco del árbol. La copa forma una especie de cúpula natural que deja entrar la luz del sol por su punto más alto.

Recuperada ya de la perdida de su ojo, gracias a las habilidades mágicas de curación de Celeborn, escucha las historias y los cuentos tranquilos que en la posada se narran. El bosque brilla con la fuerza primaveral que alegra los corazones de todos los habitantes de Lothlórien.

Me siento en una silla y me pongo a pensar sobre lo que ha pasado y lo que me dijo Galadriel respecto de lo de recuperar mi ojo aunque el principal pensamiento que tengo es Estoy aburrida, será que habra alguna empresa a la cual unirme y por ende pueda ir a buscar a algun mago que me ayude a recuperar el ojo. Luego miro a los elfos que estan en ese lugar y presto atención para buscar alguna aventura a la cual me pueda unir.

Oigo las historias del lugar y ando pendiente de los comentarios para ver si hay una aventura disponible y unirme a ella.

Un elfo enta al salón corriendo y gritando mientras hace aspavientos con las manos.

¡¡UN INTRUSO!! ¡ALARMA ALARMA!  El revuelo se extiende en la casa de la hoja y todos los elfos allí presentes corren tras el que ha dado la alarma.

Me levanto rapidamente al oir la alarma, voy por mis armas y seguidamente hacia donde es que está el intruso.

Al llegar al lugar busco a alguien que me diga que es lo que está pasando.

Un grupo de elfos se dirigió a la entrada del bosque. Uno de ellos respondió a Enelya.

Un humano ha entrado al bosque y ha visto demasiado. Lo llevan como prisionero.

Desde el principio del tumulto se oía la voz de otro elfo que Enelya no podía ver. Tranquilos, ya está todo controlado. Decía. Lo hemos capturado y lo llevamos ante Celeborn y Galadriel.

Entre los espacios de la gente que se concentraba delante de ella, Enelya pudo ver que el prisionero tenía el pelo largo y rubio, y le cubria la cara ya que la llevaba agachada, vestía una camisa de lino blanca y holgada. Dos de los guardianes de Lorien, uno a cada lado, lo llevaban cogido de los brazos.

Es curioso. Comentaba el elfo que Enelya tenía a su lado. Dicen que no llevaba armas ni armaduras, los guardas que lo han detenido se han quedado muy extrañados.

Miro atentamente la situación y humano intruso, presto atención a lo que dicen los demás elfos mientras en mi mente pasa la pregunta de ¿Que hace un humano por acá?, en mi cara se nota la curiosidad hasta que el elfo que tengo a mi lado me dice lo del cuento de las armas y la armadura, en ese instante miro al elfo y digo Eso significa que estaba huyendo, recordemos que fuera de este bello bosque hay muchos peligros o la otra pero la menos probable es que sea muy curioso, ya que nadie en sus cabales entra al bosque de la Señora Galadriel y el Señor Celeborn, sin pensarlo dos veces, eso lo digo, por que los pocos de afuera que saben de nosotros no dejamos pasar ni a una mosca sin la orden de nuestros señores.  

Miro a el humano mientras busco cualquier indicio de que estaba huyendo. Luego de un rato me retiro hacia dentro de la ciudad mientras pienso sobre el tema del humano aunque no voy donde mi señora y mi señor aún, ya que seguramente estarán atareados con ese sujeto. Así que doy una vuelta por la ciudad mientras espero alguna noticia o la oportunidad para hablar con mi señora Galadriel o mi señor Celeborn. 

El día va pasando y los rumores sobre el futuro proximo del intruso se hace frecuentes en la Casa de la Hoja. Muchos hablan de que el humano será aprisionado, ya que los motivos que ha dado no convencen a las autoridades. Alguno se atreve a ir más allá y asegura que es un espia de tierras más oscuras.

Los pocos que lo han visto de cerca, detallan su aspecto y sus ropajes. Es, según dicen, un tipo indudablemente del sur, habla una variante de oestron muy curiosa, ya que los hobbtis que alguno de los elfos ha tratado comparten ese variante en la lengua común de la Tierra Media. Es rubio, con una barba de varios días, y su aspecto no es muy desaliñado, no más que el de un viajero de tierras lejanas.

Me intrigan los rumores pero no puedo creer en ellos, ya que son solo rumores, así que me dirigo hacia donde el prisionero para hablar con el, si puedo, y luego hablaria con mi señora Galadriel, quien me guía con su sabiduria, ya que realmente siento curiosidad con lo que está sucediendo.

Tras un rato de hablar con los guardias, reacios a que nadie pudiera acceder al prisionero, Enelya consiguió que le dejaran hablar unos minutos con él.

Los prisioneros de Lorien se encontraban en uno de los mallorn, vigilados constantemente por la atenta mirada de unos arqueros. Las carceles no tenían barrotes, ni obstaculos que impidieran la huida, pues no lo necesitaban, ya que la fama de los arqueros elfos de Lothlorien era bien conocida, y se bastaba para retener a cualquiera.

El prisionero se encontraba allí, y Enelya se lo encontró de espaldas a ella, comiendo y bebiendo la comida que le habían traido. Los elfos también tenían fama de buenos anfitriones e incluso agasajaban de esa manera a los encarcelados. 

doy un leve respiro y carraspeo mi garganta para que no sorprenda tanto a este sujeto. Luego levanto mi mano y corro mi cabello detrás de la oreja y digo en tono de amabilidad Por favor, dime tu historia, ¿Por qué entraste a este bosque?

El hombre apenas levantó su mirada y desde la penumbra contestó sin girarse:

Para verte a tí, amiga Enelya.

Mi cara adopta un gesto de asombro y digo algo apenada Disculpa mi pregunta, tal vez te ofenda pero realmente tengo que hacerla ¿Quien eres?

Soy Eothur de Rohan. Dijo mostrando su cara al fin. He venido desde mi tierra a buscarte porque necesitamos de vuestra ayuda. Y el único modo de encontrarte era entrando aquí, aunque significara acabar apresado. Por eso no traje armas ni armaduras, las deje en la entrada del bosque escondidas, sabia que entrar con armas sería acabar muerto.

Mi cara es de sorpresa y digo Eothur, ¿Qué pasa?, para que un rohirrim busque ayuda es muy complicado, en especial si es a una mujer aunque yo sea elfa. Miro a los guardias y digo algo en elfico: Muchachos, yo conozco a este hombre, el proviene de las tierras de Rohan y tiene un mensaje que no es alentador, ya que entro a este bosque buscando ayuda de nosotros. Dejadme llevarlo con mi señor Celeborn y mi señora Galadriel. Prometó que lo llevaré vendado para que no sepa más de los secretos de este bosque y lo mataré en caso de que sea necesario, luego, bajo mis armas miro a Eothur, lo abrazo y digo Tranquilo, te voy a sacar de aquí y hablaremos con la señora Galadriel para explicar este mal entendido y para que nos expliques la situación.

Los guardias accedieron a la petición de Enelya.

Está bien, pero sera bajo tu responsabilidad. Le advirtieron y dejaron a Eothur marchar con ella.

Cuando llegaron al mallorn de Galadriel y Celeborn, estos les esperaron dispuestos a escuchar las palabras de Eothur, esperando que hubiese una buena razón para lo ocurrido.

Entonces Eothur se presentó como capitán de las fuerzas de Rohan, cosa que no había hecho antes, y les explicó que Azaghâl un señor enano de las Colinas de Hierro había sido raptado por los orcos de Mordor cuando se dirigía a Rohan para visitar al Rey Folcwine. Eothur y algunos hombres más, fueron enviados a diferentes puntos en busca de ayuda.

Miro a eothur y digo Cuenta conmigo para lo que pase pero solo me gustaria saber a quienes fueron a buscar.

Los otros capitanes del ejercito de Rohan han ido a diferentes sitios en busca de ayuda, alguno fue enviado a Gondor, otros a Rivendel... En busca de los viejos amigos. Dijo dedicandole una sonrisa a la bella Galadriel. Debemos darnos prisa. A saber las torturas que estaran llevando contra el pobre Azaghâl.

Galadriel no quería que sus gentes fuesen en busca de un enano y enfrentarse a los peligros de Mordor. Seguramente allí es donde estaría el enano. Y entrar en Mordor sería tener una muerte asegurada.

Tras meditar un rato con Celeborn, miró a Enelya y le preguntó si se ofrecía voluntaria para aquella peligrosa misión.