Había llegado al lugar, intentando pasar desapercibida, sabía que esa no era una reunión común. "Boots Legger" Maloy no te citaba por cualquier cosa, y era por eso que había hecho mi esfuerzo para llegar temprano. La intención estuvo, pero un par de clientes de manos largas complicaron la tarde y llegué después de ya empezado el show. Aunque logré escuchar las partes interesantes... como que Coppone había muerto. La noticia me dejo helada, hasta el punto que busque por un momento algún rastro de mentira en el rostro de Maloy. No era para menos, el gran capo de la ciudad, el más intocable de Chicago, y había terminado en un charco de sangre con unos bonitos agujeros de decoración y su fortura perdida. Oh, esos iban a ser días interesantes, la ciudad iba a arder si no encontraban rapido al asesino. Y los nuevos señores de la mafía ya estarían disputandose el lugar de Hal. Esa era la receta perfecta par el caos, ahora entendía que haciamos todos allí. Le dedique una mirada de desprecio a Ambler, los hombres blancos y millonarios eran tan predecibles con sus falsas ofensas por todo.
-Por que no habrían de considerarte culpable Ambler? Tienes el dinero para pagar todos los sicarios de Chicago, aunque no se si encontrarías alguno tan estupido
Recuperada de la impresión inicial, pedí un whisky al camarero y me volví hacia Boots.
-Entiendo que tienes pruebas de que el culpable es uno de nosotros, verdad, cariño? Quizás te seamos más útiles si compartes las mismas
Sugerí con amabilidad, ignorando completamente la ofensa de la periodista. Era hasta gracioso que ella fuera la que se lo tomara a mal, su trabajo era tachar de asesino a cada sospechoso que se cruzara en la ciudad.
¿el señor Coppone muerto? Que interesante... aunque esto me hará la vida probablemente mucho más difícil - pensé.
Damas, caballeros, les ruego que me presten un poco de atención - exclamé en un tono de voz autoritario que había perfeccionado con el paso del tiempo, fruto de mi profesión, que me otorgaba una posición de poder con respecto a mi auditorio.
Resulta obvio por las palabras de la señora Maloy, y teniendo en cuenta sus ... contactos ... dentro del mundo del crimen organizado, que el culpable de la muerte de Coppone se encuentra entre nosotros.
Noté como todos los que estaban sentados a la mesa comenzaban a mirarse con desconfianza unos a otros, incluyéndome a mi, por supuesto. A ojos de ellos, era uno más entre los sospechosos. Hice una señal a una de las chicas de Maloy para que se acercara... - señorita, ¿sería tan amable de traerme un café doble? sin leche ni azucar, gracias.
Bien. Tal y como yo lo veo, si el asesino de Coppone está sentado a esta mesa, y nada parece indicar lo contrario, es mi deber encontrarlo y llevarlo ante la justicia. Subí el tono de voz para hacerme oir ante el creciente murmullo en la mesa y añadí: A partir de este momento les ruego que dejen de mirarme como el señor Harrow, invitado de la señora Maloy, y lo hagan como el señor Harrow, fiscal del distrito. Cuando un capo cae, se monta una auténtica guerra por la sucesión en el "trono", y no quiero ver las calles de Chicago bañadas en sangre.
Señor, Harrow. Para mí, todos ustedes son iguales. Si han venido aquí es porque sentían curiosidad, y si sentía curiosidad, debe ser que algo sucio tienen en su pasado y en relación a Hal, así que usted es tan sospechoso como cualquier otro. Pero yo sé cosas.
Sé que la caja fuerte era tan segura, que no se podía abrir de ninguna manera que no fuera usando la combinación, por lo que el número de sospechosos es limitado.
También he pensado que si había tantos billetes de cincuenta y cien dólares amontonados, podrían ocupar un espacio aproximado de 1,80 de alto por 0,60 de largo, por lo que sacar todo ese dinero sin ser visto por los guardias no sería nada fácil, por no decir, que resultaría imposible, al igual que salir de allí sin ser descubiertos. Sí, soy capaz de hacer ese tipo de cálculos, cariño -le dijo a Earny, que la miraba como si no se creyese lo que estaba escuchando.
Pero sé muchas cosas más -añadió, para a continuación, mirar a todos fijamente.
Antes de marcharse a Nueva York, Sonny bajó con Johnny Rico a la caja fuerte y en ese momento, sí que estaba todo el dinero.
Y por si alguien está al tanto de que Hal construyó una red de túneles que comunicaban el hotel con sus bares clandestinos y todos sus locales, pero a pesar de todo, lo cierto es que entrar en el sótano es imposible, sin pasar por el garaje y delante de los guardias.
Y ahora viene la razón por la cual estáis aquí.
La banda ha llegado a la conclusión de que fue Sonny quien lo hizo, pero yo no lo creo. Dudo que fuera él quien lo hiciera, con todas las oportunidades que tuvo y teniendo en cuenta además, que regresó de Nueva York en lugar de huir, y de que siempre ha habido algún testigo que le ha visto abrir y cerrar la caja. No, no fue él, sino alguno de vosotros.
Os he estado observando y tengo algunas ideas sobre cómo habríais podido hacerlo.
Así que vayamos al grano.
Si no me dáis un porcentaje del dinero, os denunciaré a los chicos de la banda de Coppone. Es posible que seáis inocentes y yo os esté acusando injustamente, pero así es la vida.
Es inútil que intentéis nada, porque tengo a mis chicos armados guardando todas las salidas, además de los de Coppone, que están al otro lado, así que más os vale permanecer quietecitos y tranquilos.
Los chicos y yo os daremos comida y bebida, pero quiero saber quién tiene el botín y en donde, o de lo contrario, veremos que piensan los chicos de Coppone de todo esto.
No pude evitar notar el tono de desprecio de la cantante, era evidente que no tenía una buena opinión de mí, - Dejando de lado el asesinado, se robó el dinero, y no es algo que yo necesite. ¿Por qué iba a montar todo ese circo para robar algo que ya tengo? - El fiscal no dejó que continuara la conversación, alzó la voz por encima de las nuestras, para intentar hacer de moderador, hablando como si él no fuera tan sospechoso como los demás.
No pude evitar reírme tras las palabras de la señorita Maloy, no solo por el corte que le dio al fiscal, sino por sus pretensiones. - Esto es increíble, ¿qué la ocurre?, ¿ya no la es suficiente con el local?, ¿un poco pretenciosa, no?. Nos traes aquí y nos acusas, y además en el caso de que el culpable esté aquí, pretende chantajearle. En fin, lo dicho, que gran decepción.
Escuchaba a todos estupefacta. Todo parecía irreal. Y otra cosa estaba clara, no disponía de muchas simpatías dentro del circulo.
-¿Uno de nosotros haciendo todo eso solo? ¿Ganarse que toda la banda de Hal y otras bandas rivales, te persigan? Nadie en su sano juicio haría algo así.
Miro a cada uno, nadie parece ni tan listo ni tan loco para meterse en ese berenjenal. ¿Por que estarán seguros de que es uno de nosotros?
Después de lo expuesto por Lee, miro las salidas. Veo que de verdad hay hombres apostados. No nos van a dejar salir. Así que dejo mis cosas en una silla cercana y me pongo cómoda. Cojo una copa de buen champán y espero a ver que sigue ocurriendo en esta pequeña reunión.
-Vaya, ahora además de un asesino...somos rehenes y encima nos chantajea.- me río levantando la copa lo mas alegre que puedo parecer.Hago una reverencia para que todos puedan verme -A la salud de Hal y de todos ustedesy me tomo la copa de un trago.
Vaya entra sola. Es un buen champán. Voy a coger otra copa...ya que somos rehenes.....
Déjate de tonterías, cariño. Ninguno de los que nos encontramos aquí "estamos" en nuestro sano juicio. Robamos, chantajeamos, sobornamos y asesinamos, y eso a mí me suena a que todo es posible. Uno de vosotros tiene el dinero y quiero una tajada. O....
Lee chasqueó los dedos y dos muchachos con sendas "tommys" salieron de detrás de la cortina que había no muy lejos de vosotros.
Quiero saber quién es el asesino, así que haremos lo siguiente. Os dejaré a solas.... digamos, dos horas. Si intentáis salir de aquí, mis chicos os llenarán de plomo. Si al final no descubrís quién es el asesino... los chicos de Hal os llenarán de plomo. Pero si halláis al culpable... bien, todos podréis salir de aquí y seguir viviendo, aunque yo lo haré un poco mejor.
Cuando escriban todos, pasamos al acto 1 ;)
Al principio me divertía la charla, las acusaciones y la parafernalia que había montado Lee "Boots". Me mantuve con la espalda pegada a la silla, con el cuerpo relajado hacia atrás y bebiendo mi vodka sin borrar la sonrisa. El fiscal haciéndose pasar por un hombre, el millonario recordándonos a todos lo rico que es, Billy el "buen rollero", Molly que ya no se lo debía de estar pasando tan bien... en fín.
Todo fue entretenido hasta que nuestra anfitriona amenazó con sus matones y nos dejó encerrados allí... No, eso no podía permitirlo. Me levanté de golpe, con el ceño fruncido y apunté con un dedo a Lee.
-¡No serás capaz de hacerme esto! ¿Crees que los chicos de Hal y esos memos con metralleta matarán a la dueña de su local favorito? -Dije, exagerando el tono, alzando la voz y haciendo aspavientos. -¡No te creía tan idiota, Lee "Boots", ésto se sabrá fuera, espero que sea una broma de mal gusto!. -Hice una breve pausa. -¿Y quién nos dice que no eres tú la culpable y haces ésto para borrar del mapa toda relación con Coppone, eh?. ¡No creas que los hombres de Hal son tan idiotas como tú! -Continué gritando, soberbia, desahogándome por la ansiedad que me dió, de repente, al verme encerrada. -¡Habrá represalias!, ¿me oyes?, ¡no eres nadie!.
La situación estaba peliaguda, los hombres apostados esperaban cualquier señal para fusilarnos, aunque de nada le servía matarnos a todos y perder para siempre la ubicación del dinero. Di un trago de mi whisky, mirando a todos pensativa.
-Dos horas, ah? Eso no es mucho tiempo.
Aquí algo no terminaba de tener sentido.
-Y quien nos dice que aún cuando tengas el dinero nos vas a dejar vivos, Boots?
Cualquiera de nosotros era un potencial testigo en su contra, y podía ser la causa de que los hombres de Hal persiguieran al ladrón y a la dama que teníamos en frente. Fruncí el ceño, pinzandome la naríz por los gritos de la muchacha.
-Adam callate antes de que alguien decida comenzar contigo
Molly estaba cada vez más bebida, así que todo le hacía gracia. Oír a aquella tía, Silky, haciendo amenazas contra Lee, fue de lo más divertido para ella.
-jajajajaja relájate, "Silkiwinky". Después de todo, tenemos bebida y comida gratis. ¿Qué más da si a cambio tenemos que estar dos horas aquí? Yo no tengo problema con eso -dijo, volviendo a tomar otro sorbo de su tercera (¿o era la cuarta?) copa de champán.
-¡Brindo por el asesino, quien quiera que sea, porque gracias a él... o a ella, podemos estar aquí disfrutando de la noche! -dijo en voz alta, levantando su copa.
-Escuchaba toda aquellas paranoias que se montaban algunos, aquellas amenazas y todo lo demás en completo silencio y calma, pero una vez escuché de lo que hablaba el fiscal no pude evitar reír a carcajadas, casi como la ostentosa Molly al llegar, ¿con que moral se haría el justo? después de lo que dijo "Boots" era obvio que permanecía al mismo nido de ratas que todos en el lugar, ya hasta tenía mis teorías.
¿Molly? posiblemente un pequeño encuentro que tuvieron alguna vez, le prestó dinero posiblemente.
¿La reportera? obviamente soborno para cubrir tal vez un caso turbio para mirar hacia otro lado.
¿Earnest? seguramente eran compañeros en algo así como una estafa, o estar involucrados en eventos donde ganarían sus buenas sumas de dinero.
Y nuestro querido fiscal, ¿que se puede esperar? compraron su silencio alguna vez, o tal vez se aseguraba de dar vía libre en los negocios del difunto Hal, aquí nadie era santo ni mucho menos, pero que ahora tomara su "papelucho" frente a todos nosotros, simplemente me hacía reírme de tal forma.
Aunque seguía con mis paranoias, estas fueron interrumpidas por Molly "la ruidosa" Awbsterr, tal vez podríamos llevarnos bien, pero que fuera así de exagerada en estos momentos era molesto, por lo cual rodé los ojos y volteé a verla-
¿Podrías dejar de hacer cosas así? o ser así de ruidosa en estos momentos, porque parece que tus padres no te daban mucha atención... y si acaso fallecieron o algo así pues lamento ser tan cretino, pero hacer un drama de ello no es importante ahora por así decirlo...
-Una vez terminé de hablar volví mi vista hacia los sujetos con las ametralladoras, y después volví mi mirada hacia "Boots"-
Se ve que a veces no piensas bien las cosas... cariño, digamos que soy Earnest por ejemplo, y yo quise robar el dinero del difunto Hal, si acaso logré sacarlo de la mansión y llevarlo a los túneles, ¿que sería lo primero? tal vez llevarlo con algún ferry en uno de esos cargamentos grandes y llevarlo hasta la otra punta del país, o incluso fuera de él... y cuando pueda, huir con todo ese jugoso dinero esperando en casa, ahora te digo, si el responsable aquí con ese dinero, o con alguna forma de transportarlo lo hubiera hecho, ¿que pasaría si somos asesinados todos? además de que el ladrón no se llevaría lo suyo, el dinero no sería de nadie... y me daría risa ver como estos idiotas se organizarían para volver a tener la fortuna de antes
-No pude evitar soltar una risotada ante aquella idea, mirando a los idiotas de Hal como un gigantesco grupo de Los Tres Chiflados, y como en poco tiempo estarían en ruinas sin alguien quien los mande, porque así los veía, completos inútiles-
Y el dinero quedaría ya sea para un familiar el cual sabe de la llegada del dinero, o al primer afortunado en encontrarlo... Sinceramente no veo porqué tanto interés con el dinero, me imagino que serías algo así como la mano derecha de Hal o algo así raro como para que estés arreglando esto, y esta bola de inútiles
-Antes de proseguir hice una pausa, soltando un escupitajo en el suelo justo al frente de los que nos apuntaban con las armas-
Sinceramente, yo tengo dos sospechosos, pero el primero a quien deberían apuntar sería a nuestro buen amigo, el señor fiscal
-Dije apuntando con mi dedo indice hacia el ya mencionado fiscal, junto con una pequeña sonrisa hostil-
Casi se me cae la copa al ver a los hombres de Lee salir de detrás del cortinaje con las armas.
Cuando me recupero del susto, empiezo a dar un trago a la copa de champán. Así quizás el miedo también pase por la garganta como ese líquido con burbujas.
-Estoy con la Señorita Sassine. Nos matara a todos tenga o no tenga el dinero.- le doy vueltas a la copa observando las burbujas. -Y lo mejor ahora empezaremos a acusarnos unos a otros sin sentido y sin pruebas. Una opción muy pobre Boots, para encontrar al asesino. Ahora habrá miedo y paranoia. ¡Felicidades!- La guiño el ojo y vuelvo a levantar la copa a modo de brindis, pero esta vez no bebo. No quiero atontar mis sentidos por si las moscas.
Solo hay un asesino, querida, yen respuesta a su duda, resultaría complicado matarles a todos antes de tener el dinero y hacerlo después... sin poder delatarme a mí misma ante los hombres de Hal. Así que estamos todos en el mismo barco... menos uno, claro.
¿en el mismo barco? jajajajaja - no pude evitar soltar una carcajada ante tamaño comentario.
Querida señorita Maloy, ¿no se da cuenta de lo ridículo que suena eso? - añadí.
Hasta ese momento me mantuve al margen, echado hacia atrás en mi asiento, sonriendo mientras observaba la deriva que tomaba la conversación.
Tal y como yo lo veo, ha cometido usted un tremendo error con este chantaje, y si sale ilesa de esta... situación, podremos comentarlo mientras tomamos una copa. ¡Dos horas! Ese es el plazo que nos ha dado para darle una respuesta. Puede contar con mi ayuda, señorita Maloy, por supuesto, lo que ocurra después... ya veremos. Tenga en cuenta que el que haya acabado con el señor Coppone es, sin lugar a dudas, una persona tremendamente inteligente, audaz, y por qué no decirlo, bastante desequilibrado. Nadie en su sano juicio atentaría contra Coppone. Hal no escatimaba en su seguridad, burlar eso... ¿y usted pretende competir ahora con él? O ella... - añadí, guiándole un ojo a la señorita Orrthot.
Golpeé la mesa con un golpe seco, haciendo que varios de mis compañeros diesen un respingo y exclamé: bien, ¿por donde empezamos?
Lee sonrió, segura de sí misma a pesar de las dudas de los presentes.
Eso vosotros mismos. Alguien sabe mucho más de lo que dice, y es hora de compartirlo con los demás. Si no, creo que habremos encontrado a nuestro culpable antes de tiempo.
Y tras decir eso, dejó a solas a sus... invitados, bajo la amenaza de varias "tommys" tras las cortinas.
Pasamos al acto 1. Suerteeee!!!