Partida Rol por web

Asperi menea la cabeza pero opta por quedarse callado. Viendo la reacción de la bruja decide no insistir en el tema, asumiendo que en el norte todos tienen ese tipo de reacciones "será cuestión de aprender a no reaccionar si no es realmente necesario" se plantea a si mismo, antes de seguir al grupo en dirección a la botica

Os dirigís todos a la botica para ver al guardaespaldas de Lady Argentea.
Allí os encontráis a un Ulfen de gran tamaño con la cabeza vendada. Su nariz, sus manos y sus pies están negruzcos como afectados por congelación.
Al veros esboza una sonrisa como si conociera a alguno de vosotros.

Te veo bien Svalk. Yo sin embargo casi no lo cuento dice el hombre con la voz apagada.
Mis ancestros se reirían de mi por mi falta de valor al huir en vez de luchar hasta el final. Pero me he enfrentado a enemigos que ni los mejores guerreros de nuestro reino hubieran podido superar. Aun así creo que maté a uno de ellos antes de que llevaran a la Dama

Al darse cuenta que su propio compañero conocía al mercenario, Asperi dió un paso atrás, dispuesto a que el arquero llevase el peso de la conversación

Sin embargo sus oídos no perdieron detalle de lo que comentaba el Ulfen y no pudo menos que asentir, moviendo su rostro arriba y abajo ante la información de que este había matado a uno de los atacantes

El joven estuvo a punto de atosigar a preguntas al guardián, pero, finalmente se quedó callado. Seguramente el amigo obtendría más información que la que a el se le pudiese ocurrir

La. Ruja siguió al grupo camino a la botica, donde el único superviviente trataba sus heridas. Al llegar fue testigo de los males que presentaba. A todas luces congelación por el frío. Para Kaira era bastante común aquello, acostumbrada desde temprana edad a los climas fríos, pero en aquella región y en pleno verano resultaba algo mas que extraño.

- Buenos días, señor. A juzgar por sus heridas, parece que estuvo expuesto a un frío invernal, algo bastante extraño estando en pleno verano... Díganos, ¿Podría describir os que fue lo que les atacó? - Quiso adelantarse para averiguar a que deberían enfrentarse a todas luces.

Lo cierto es que, tras su pregunta, reculó, al igual que Asperi, ya que el guardaespaldas parecía conocer a Svalk, el arquero del grupo.

Svalk sonrió con cariño al Ulfen y le puso una mano en el hombro.

-No te preocupes amigo, vive otro día para poder recuperar tu honor. -le dijo en Skald- Para que tú huyas de la batalla... estoy convencido de que no eran enemigos comunes. Y veo que el clima no estuvo de tu parte... Quizá sea así lo mejor. Quizá así aún podamos salvar a alguien más. Por favor, cuéntame los detalles... y juro que yo me encargaré de llevar tu furia hasta el enemigo.

Tomó asiento junto a él, dispuesto a escucharle atentamente y con paciencia. Y aunque el estado de su amigo era bastante malo, se aguantó las ganas de preguntarle más para no hacerle sentir débil y no herirle el honor.

Al principio creíamos que nos atacaban unos vulgares bandidos, truhanes que se esconden en el bosque como los lobos. Pero entonces llegó los duendes del frío del norte. Aparecieron entre nosotros y la batalla se torció rápido. Son como los tocados por el invierno de los que nos hablan en nuestra tierra todo el tiempo, pero no me los esperaba tan al sur.

Yuln se gira hacia vosotros y os explica.
Los tocados por el invierno son criatura feericas que han jurado lealtad a las Brujas Blancas de Irrisen, aquellas que nos robaron nuestras tierras durante la Guerra del Invierno. Son pequeños sprites, no más largos que un antebrazo. Pero que no os engañe su estatura. Las leyendas cuentas que tienen una esquirla de hielo en su corazón y que su toque porta el frío del invierno

- ¿Irrisen? Algo debe estar pasando. Quizás tenga razón y las brujas blancas estén detrás de todo esto. De donde si no iba a provenir ese frío invernal del que habla... - Conjeturó interiormente la bruja del grupo, cuya procedencia y destino era aquel lugar del que hablaba el malherido hombre.

- A decir verdad, esos seres son peligrosos en su ambiente... Deberíamos extremar las precauciones al adentrarnos en el bosque. La verdad es que ese frío me sigue intrigando... Tendremos que revisar la zona para ver que es lo que ha podido pasar. - Apuntó lo evidente, mas por compartir sus pensamientos en voz alta que por querer añadir aquellas ideas tan evidentes.

¿Irrisen? ¿Y qué pueden querer esas brujas de las que hablas tan al sur?

- Bueno. Yo quería conocer el norte. Con sus cosas buenas y no tan buenas, así que parece que lo conoceré antes de lo que pensaba - comenta Asperi tras escuchar las palabras de los presentes

- Yo resisto bastante el frío, pero supongo que deberemos usar ropa de abrigo - añadió pensando en la muda que su madre casi le había obligado a poner en su mochila - Y supongo que esos tocados deben morirse igual que cualquier ser. O acaso son invulnerables o algo así? - preguntó con curiosidad

Hasta donde el sabía incluso los osos caían bajo los golpes de su enorme mangual, pero si todos decían que esas criaturas tan pequeñas resultaban peligrosas debía de ser por algo

- Sino no entiendo porque pueden ser peligrosas unas criaturas tan pequeñas - añadió realmente sorprendido

En mi tierra los combatimos con hierro frío y fuego, son muy resistentes al resto de armas. Yo no estaba preparado para combatirlos tan al sur

No sé que hacen en Taldor. Ni por qué demonios nieva de repente en el bosque dice contestando a Thandril

Lo que sabes es que cuesta matarlos con armas que no sean de Hierro frio. El frío no les hace daño pero son vulnerables al fuego. Sus armas y su toque pueden congelar a sus enemigos

Con gesto pensativo, Kaira cotinúa meditando aún unos segundos más sobre esos seres de los que habla el superviviente, los cuales le atacaron.

- En efecto. Esas criaturas son vulnerables ante el hierro frío y el fuego, en contraposición a su resistencia al frío. Habrá que extremar precauciones pues su toque, al igual que sus armas, pueden congelar y herirnos de gravedad. Por otro lado, el hecho de que haya un frío extremo en el bosque y la presencia de esos seres debe estar relacionado. Pensaré en ello. Ahora, es tiempo de prepararnos para ir a investigar el asunto. - Volvió la cara hacía el superviviente. - Gracias por la información... - Asintió.

-Seguramente ésas criaturas estan trayendo el invierno con ellos... -asintió a las palabras de Kaira- En efecto, debemos investigarlo... espero que estemos a tiempo de salvar a alguien más... -se giró hacia su amigo y volvió a ponerle la mano en el hombro.

-No te preocupes, pues ya no nos sorprenderán. Iremos preparados y con cuidado. -le dijo con una sonrisa- Tú descansa y recupérate bien de tus heridas... espero verte listo para la lucha pronto.

Hierro frío... No sé si será muy común en este lugar, pero una daga no debería de ser muy cara. ¿No creéis? Yo puedo usar algún conjuro que les queme, pero no sabemos cuántos encontraremos ni cuánto daño son capaces de aguantar antes de caer.

- No tengo demasiadas monedas - reconoció el bárbaro - pero por lo que recuerdo del carro de mi padre, efectivamente no son armas tan costosas. Bueno, no todas, algunas si lo eran. Pero generalmente las armas más sencillas y no demasiado trabajadas no eran imposibles de comprar -

- Solo que no se si será posible conseguirlas en el pueblo. Quizás debamos verificar si hay algún herrero en la zona. Y si tiene armas de ese metal -

Descartando para sus adentros el toque helado que se observa en el rostro y cuerpo del Ulfen asiente a las palabras de sus sus compañeros - Criaturas del frío e invierno. Si, debe haber una relación. La pregunta es como pasó, pero eso podemos averiguarlo en el lugar... cuando lo encontremos. Es muy lejos de aquí? - le pregunta al convaleciente - Días? horas? semanas? -

El lugar de la emboscada estará a unas 6 millas al sur de aquí. En cuanto entréis en el bosque será invierno, y no uno caluroso
Os cuenta Yuln
Puedo prestaros mi espada de hierro frío, para que acabéis con esos mal nacidos

- Es muy amable de tu parte... Seguro que Asperi o Svalk la usarán bien en caso de necesidas. - Agradeció el gesto del hombre, la bruja.
Kaira pensaba que era hora de salir. Según las indicaciones del superviviente la zona donde fueron atacados no quedaba lejos y su curiosidad le hacía querer ir allí a investigar ese frío que reinaba en el bosque.