Partida Rol por web

Tras ser acompañado por Akbar, me despido de él estrechandole las manos como muestra de aprecio y marcho hacía la posada donde he dejado mis cosas, para tenerlas todas en orden para la expedición de mañana. Va a ser un largo dia.

¡Ojalá Akbar! Tuviéramos tanta suerte, como historiador nunca he leído nada sobre estas criaturas, aunque sería buena idea poder formar una biblioteca donde pudiéramos encontrar los hechos acontecidos, es uno de mis grandes sueños. Buenas noches Akbar, mañana nos espera un día laborioso.

De repente, todo se vuelve oscuro y la luz se extingue. ¿Otra visión?. Un extraño sentimiento de angustia azota el corazón del albino. Te sientes solo y tienes miedo. No sientes a Ishtar por ningún lado, pero sin embargo, hay otra presencia cerca tuya, una presencia maligna, puedes escuchar su respiración.

Sal de mi sueño, dios maligno.  

Deja el alma de quienes no te quieren cerca.  

Ishtar la libre me acompaña, pues está en mi, en mi corazón siempre. 

La presencia se hace más clara y puedes ver una sombra palpitante que se aproxima. No sabes que es pero tu instinto te advierte que debes escapar de él. Corres, caes, tropiezas, te levantas. Casi puedes sentir sus aliento en la nuca.

Me levanté al día siguiente  esperando a Bel- Shanaar, me aseé y le dije a Akbar que preparara el desayuno para los dos, después de desayunar cogí todo aquello que me podía hacer falta para la tarea que tenía para este día.

Cuando despiertas estás tumbado en el suelo. No sabes si la visión ha sido real o un sueño no real. Creías haber aprendido la diferencia entre sueños proféticos y los que no lo son. Éste te confunde y te perturba. Parecía real, pero...Debes levantarte, Burna-Buriash te espera y has firmado un contrato. La única forma de comprobarlo será yendo a la ciudad fantasma. Suspiras y piensa en Ishtar; seguramente te envía allí por un propósito y estará contigo ayudandote en tu empresa, ¿o nó?

Te levantas sobresaltado por un grito. Es tu amo en medio de la noche. Acudes raudo a sus aposentos, a apenas unos metros más allá del corredor de aquel ala. La puerta se abre y el enorme Wardu penetra en la estancia. Kadashman está en la esquina de la cama temblando con las piernas encogidas. Sus ojos están desencajado y al verte señala la ventana abierta.
-Era horrible, sus ojos rojos - grita - venía a por mí.
Los sirvientes se agolpaban junto a la puerta murmurando.

La mañana gloriosa había llegado. Akbar entrega las tablillas que corresponde a los contratos. Todo está preparado. A la hora convenida una embarcación les esperaría en el muelle del río con la carga de bestias de carga y provisiones. Burna estaba excitado y observó los ojos de preocupación de Akbar. Confiaba en él y había llevado el tema con eficiencia y eficacia. Realmente, el haber incluido a ese anbicioso de Kadashman había acelerado los preparativos y la intervención del comerciante Bel-Shannar había facilitado buenas mercancías y precios. Todo estaba preparado. Volvió a observar la mirada de Akbar, estaba pensativo.
Por fin se aproximaba la hora "cero" y no quería llegar tarde a la cita.

Había llegado el momento. Con las primeras luces del alba despiertas y recuerdas la pesadilla de la noche anterior. Recuerdas esos ojos rojos luminosos. Aquella figura peluda humanoide de aspecto feroz. Pero era su mirada la que temiste, una mirada de odio que reflejaba un terror. Los sirvientes entraron para ayudarlo a asearse y prepararse para vestirse. Recodabas haber despertado en la noche y haber gritado, la pesadilla era real. Tu fiel Wardu había entrado en tus aposentes atraídos por un chillido histérico emitido por tu garganta. Allí no había nada. En medio de la vigilia tu mente había confundido la realidad con el sueño, y la pesadilla se había fundido con el duermevela. Pero un nerviosismo interior te acosaba, ¿había sido una pesadilla o aquel monstruo había permanecido efectivamente delante de tu cama?