–Buenas noches. Efectivamente, debemos informar a mi maestro CervezaNegra sobre estas noticias, entregar a estos viles seres y descansar de esta dura jornada para seguir investigando el mal del sueño, mis señores –añadió la mediana con una sonrisa cansada.
Estos kobolds, señor guardia, son asaltacaminos que capturamos. La idea de traerlos, es no matarlos, que sería injusto, o liberarlos, que sería peligroso, dado su encono tribal. Queremos ver si con magiabendiciones se les puede cambiar el pensar, recolocar con alguna tribu de readaptación social, para la paz, o así. O... ¿Cárcel en sentencia larga si eso no funciona?, no se. Hay que intentar antes otros caminos.
Y bueno, quizá también con religión o magia podremos averiguar más del peligro general del camino. Donde están y quienes son los jefes. Pa'proteger Puritxa mejor. Dicen que sólo mandados son, que no saben má. Veamos si es cierto.
Pobre, no se si quería este trabajo este, con la dormidera y todo, pero bueno, un paso a la vez.
¿Nos dejaría pasar? Mire que van bien amarrados y vamos directo al templo.
Motivo: persuasión
Tirada: 1d20
Resultado: 14(+4)=18 [14]
Gael llegó junto a sus compañeros ante las puertas, se detuvo observando la extraña actitud de los guardias, extraña porque a su entender tendrían que sentirse más convencidos cuando se les traía a unos kobolds cautivos.
- Buenas noches, mi nombre es Sir Gael Taulo, como ven hemos traído a unos bribones que estaban asaltando los caminos.
Las criaturas no eran el peor de sus males, era la enfermedad del sueño pues tenía al gobernante cautivo, una ausencia que podía provocar graves problemas. A su parecer los guardias estaban al cargo de toda la ciudad y por encima de ellos no parecía haber alguien competente pues esta pareja se mostraba insegura.
No iba a decir más, el caballero esperaba que su presencia más las indicaciones del resto fueran suficiente para convencerles de abrirles el paso, además la actitud serena de todos tenía que servir para que estos hombres vieran que se trataban de personas con buena fé.
Me mantuve callado durante todo el camino de vuelta, rumiando mis propios problemas. Durante la noche, la derrota frente a esos lagartos de medio palmo de alto me había traído sueños y recuerdos amargos de mi última experiencia contra un grupo así de numeroso. Putos sahuagines, y putísima Umberlee mascullo. En mis sueños volvía a estar hundido en alta mar, rodeado de esos bichos asquerosos con sus estúpidos tenedores gigantes. No entendía una mierda de lo que decían (tampoco lo entendí en su momento), pero supe que si no hacía nada aquel barco no atracaría nunca en Murann.
Yo, Jiury K'Tsaamoo, hago saber a Valkur, Capitán de las Olas, que mi destino es adentrarme en el peligro y en lo desconocido, y enfrentarme a las inclemencias del mar y sus tormentas. Llamo su atención no para solicitar su protección y dadivosidad, sino para mostrarle el gozo que me suscitan los desafios imposibles y la inspiración que me profesan sus leyendas.
Aquellas habían sido las palabras que dije antes de zarpar, y las últimas en las que pensé antes de freir a aquella panda de desgracias acuáticas. Si tan solo me hubiera acordado al enfrentarme a los kobolds... Aprieto el mango de Tom con rabia, y los que estén a mi alrededor sienten como se les carga el pelo de electricidad estática.
BUENO, YA ESTÁ BIEN DE TANTA DIPLOMANCIA - bramo - TÚ, TÚ, TÚ, Y TÚ - señalo a cada uno de los guardias con el mazo - Tenemos prisa. Dejadnos pasar YA - sentencio.
Los guardias, al ver al barbaro, se amilanan un poco, pero con las palabras de todos, finalmente les dejan pasar, reteniendo los kobolds.
Siendo casi de noche, ven como muchas de las tiendas ya estan cerradas, y otras cerrando.
Bares, posadas y uno que otro antro, siguen abiertos.
Entiendo que, entrando por la puerta, se encaminan al monasterio? o posada?
Amos al monasterio.
Mmm, a echarle un ojo al azulado y a lo que se pongan a su lado. Todavía no sabemos si es un engaño muy elaborado o realmente la solución...
Todo el grupo lo tenía claro, acababan de descansar hace poco y lo importante era en esos momento llevar al oniromante hasta el monasterio dónde podría encontrarse con Bretan y comenzar a desentrañar el misterio de la maldición que había caído en Purixta.
Monasterio.
Viendo que los guardias entraban en razón el caballero avanzó junto a sus compañeros. Debían llevar al oniromante hasta el monasterio, planear allí un siguiente paso que dependía de si el hombre azul tenía ya los elementos necesarios para acabar con los problemas de la ciudad.
Al monasterio.