Partida Rol por web

Echa la tirada, te recuerdo por si influye que no se influye para algo, que está puesto esto en mi ficha (lo copio literal, porque no si si esto sirve para algo o no): 

Cualidades:

Atractiva: Toda persona susceptible de sentirse atraída por tu aspecto tendrá problemas para concentrarse en tu presencia. Cuando tengas que hacer una tirada de Persuasión, podrás volver a tirar tantos dados en los que hayas sacado un 1 como la mitad de tu rango en Persuasión (mínimo una repetición).

Carismatica (Cautivar, suma +2 al lanzar esta especialidad)

Girándose con un suave movimiento, Daphnia se acercó de nuevo a la mesa, para recoger el plato.

-Se lo llevaré a Yersinia, seguro que empieza a blasfemar, pensando que voy a coger una enfermedad - Manteniendo un segundo de silencio, agregó, con las comisuras de la boca levemente inclinadas - Me recuerda a alguien. 

Haciendo un amago de alejarse definitivamente de la mesa, pasó al lado de ser Jasper, y le confirmó que había escuchado su frase perfectamente.

-Os he escuchado. Sois el ayudante de Kaleon, ¿verdad? Ya sabéis...el que le viste y le ayuda a subirse a la montura. Y o en mi "tierra" significa otra cosa completamente diferente, o sois de un lugar muy salvaje. 

Sin darle tiempo a responder, porque estaba demorándose mucho en irse, y ya empezaba a avistar un par de ojos furiosos desde su mesa, se apresuró a reunirse con Yersinia.

Durante varios minutos estuvo susurrándole disculpas apresuradas, y poco a poco el ceñudo semblante de la cuidadora se fue relajando. Al final, sonriente, Daphnia le puso el plato varió en las manos, y volvió a marcharse.

- Yersinia, no puedo ser descortés, y rechazar una invitación a una historia tan interesante lo sería.

En lo que ya iba siendo una costumbre, se recolocó un mechón invisible en su entrelazado moño, y en esta ocasión se acercó a la mesa del norteño.

Parezco una sirvienta de tanto ir y venir. Si alguien quiere algo, ¿por qué no se acercan hasta mi sitio?

Reprimiendo un gruñido de exasperación, mantuvo el semblante firme.

-Las historias desconocidas siempre son interesantes. Pero, ¿decís que el dothraki no sabía hablar correctamente?¿Acaso despreciáis a los que no dominan este idioma a la perfección?

Con una ceja alzada, demostrando su duda, se cruzó de brazos, esperando una respuesta.

El norteño le lanzó una mirada gélida como el viento del Norte. Desprecio a los que se comportan como animales en la mesa- dijo con voz mas fría aún. Desprecio a aquellos que no pueden guardar las formas ni tienen modales. Desprecio a aquellos que viven por y para el combate- dijo, lanzando una mirada fulminante a toda la mesa, deteniendose un segundo mas en el dothraki. Gente de ese tipo parece abundar hoy en dia. Ya no se encuentra mucha gente que luche con un objetivo.

Tal vez fueron las palabras de Darlyn las que despertaron curiosidad en Meñique, o tal vez fuera la forma de decirlo. Pero el caso es que Meñique se sintió interesado por las palabras de Darlyn, o al menos fingió estarlo.

Bien, cuentame niña. ¿Qué tenéis en mente?

Sonrío con picardía...

- Bueno, quizá inclinar la balanza hacia el Greyjoy sea una buena opción. Puede realizar sus apuestas por él, y entre usted y yo, creo que podríamos conseguir su victoria. ¿Qué le parece? 

Le miro fijamente, mientras uno de mis mechones cae por mi cara. Mis ojos muestran cierta dulzura, aunque con un matiz brillante que desvela algo más que inocencia. 

Ese barbudo del Muro estaba claramente intentando provocar a Kaleon. Pero hacer que el dothraki pierda los nervios por solo unas palabras, es casi imposible, casi. En realidad Kaleon se sentía alagado porque Branwulf estaba reconociendo que los dothrakis son grandes luchadores y que además no se comportan como marionetas, sino como hombres libres que hacen lo que les da la gana.

Barbudo!-grita Kaleon.-Ya deberías saber que en las guerras, los que saben luchar vencen, y los que no saben, mueren. De poco te servirían tus modales y educación de nenaza.-El dothraki estaba tranquilo, pese a ello intentó echar mano de su Arakh, pero recordó que no le habían permitido acceder al banquete con el arma.-No se atrevería a hablar así si yo estuviera armado.

¿Y por qué ese Greyjoy? Dijo con desprecio. Tan solo es un exiliado....

le mire ceñuda, y luego mostré una sonrisa...

- El por qué él... ¿No resulta indiferente? Tú ganarás dinero... y yo obtendré lo que quiero, todos salimos ganando, mis razones son cosa mía.

Finalmente Meñique cedió. -Esta bien. Apostaré por él.

Con la marcha del Rey y de los celebres invitados, y tras un breve baile, el banquete se dio por finalizado y cada comensal e invitado se dirigió de vuelta a las murallas de Desembarco del Rey. La noche era cálida y los capas doradas de la ciudad garantizaban que el trayecto desde el campo de torneos hasta la ciudad fuera seguro. Una vez dentro de la ciudad cada cual siguió su camino hasta el lugar donde habían sido alojados.