Partida Rol por web

Aun con el cuerpo dolorido de la anterior liza, Sir Art arremete con el mismo impetu, pero con el mismo defecto, pues aunque el impacto no es malo, no parece suficiente ante el mejor impacto de su rival.

Sois golpeado en el escudo. Tras unos breves instantes luchando por manteneros en la silla, caéis a la arena sin remedio.

Las justas se suceden y cada vez menos combatientes acceden a la liza. Por último ya solo quedan cuatro caballeros. Sir Gibere, Sir Geigen, Sir Brian y Sir Lorak uno de los favoritos y el que mas experiencia acumula. Todos esperan con gran expectación a que el alguacil diga los nombres de los siguientes contrincantes, pues aquél que pase será uno de los posibles vencedores.

El alguacil sale a la arena y un silencio intenso se hace en la liza.-Sir Gibere justará contra Sir Geigen de Southport.-

Los estallidos de aplausos en el público hacen de este un momento especial.

Solemnemente avanza con su montura hacia las gradas donde nobles y damas observan el torneo. El saludo es ceremonioso, tanto hacia los representantes como hacia su rival deseándole suerte. Luego vuelve a su sitio y coge la lanza y baja el visor del yelmo. La gran pluma roja incrustada en la parte superior de su yelmo se ondea suavemente. Cuando el Aguacil da la señal, la montura sale al galope con un relincho. 

A la vez que mi adversario, avanzo hasta las gradas para saludar y hacer lo propio con mi contrincante. Mi semblante es serio durante mis actos hasta que me dirijo hacia mi escudero, el cual me mira con su cara de excitación que me anima y me hace sonreirle. Un pequeño cosquilleo me recorre el cuerpo al coger la lanza. La agarro con fuerza, firmemente y cuando dan la señal me lanzo al galope contra mi adversario.

El cosquilleo se acrecenta a la misma velocidad que galopa mi caballo y los nervios me distraen haciendome herrar el objetivo en el último segundo y el certero golpe de la lanza del Sir Gibere contra mi escudo, me tira de la silla.

Soy consciente de mi error cuando ya estoy en el suelo.

-Bueno, hemos durado mucho más de lo que esperabamos. - Le susurro a Robert al volver con él.

Escuchando la conversación de sir geigen me uno a ellos . 

Aveces la suerte influye tanto como el talento , y aun debemos dar gracias porque nuestra suerte no fue peor , al menos no fuimos descalificados los primeros . 

-Teneis toda la razón Sir Lenox, es peor no tener suerte y abandonar de los primeros el torneo.-Mientras Sir Philip continuaba hablando, una nube amenazadora apareció desde el norte.-Parece que va a llover, esperemos que de tiempo a terminar el torneo.-

La arena estaba limpia otra vez y el alguacil salió para decir quienes eran los siguientes, aunque todos lo sabian.-Sir Brian justará contra Sir Lorak. Quién se clasifique justará en último lugar contra Sir Gibere por la gloria de ganar el torneo.-

El joven caballero está de racha. No solo ha pasado hasta la última posición, si no que se enfrenta al noble Sir Lorak por ganar la justa. El chico coloca bien la lanza mientras su caballo galopa hacia su oponente.

Sir Lorak es la gran expectación. Un caballero curtido y noble, se esperaba mucho de él y ha llegado hasta el último lugar en la competición. La lanza azul y blanca de Sir Lorak Baja tiesa, inmutable hacia su contrincante. Pero en el último momento su lanza pasa de largo y el caballero es derribado a la arena.
Las exclamaciones de asombro y alegría se juntan con los vítores hacia el ganador.

Con gran jubilo,Edmure gritaba cada vez, que los caballeros embestian con sus lanzas unos contra otros,gritando y aclamando al ganador,y discutiendo junto con los otros escuderos y gentes que veian el torneo,quien merecia ganar la mano de la hija,del conde.

Sir Brynden, observaba a su hermano con una alegre sonrisa, en su rostro,aunque algo triste por su pronta descalificación,la promesa de nuevas aventuras llenaba su corazón.

De pronto sir Lorak,pasó como una exalación frente a ellos,para enfrentarse a sir gibere....

Observo como se enfrentan los caballeros. Son los mejores y se que se puede aprender mucho de ellos. Cuando cae Sir Lorak, no me lo puedo creer, era el favorito, el más curtido, pero supongo que no todo es experiencia, algo de suerte tambien se ha de tener.

Aunque no en este caso. Ves claramente como Sir Lorak desvía la lanza hacia afuera en el momento preciso dándole al joven caballero la victoria. Nadie parece haberse dado cuenta y sus comentarios son acerca de la mala suerte y si su montura no estaba descansada lo que le hizo errar el golpe. 
Sin embargo tu vista se fija en algo mas allá, en unas nubes grises y negras que traen la lluvia....a contraviento. Algo realmente extraño...

El alguacil vuelve a ponerse en su sitio.-Acercaos Sir Gibere, campeón de la justa.-El caballero se acerca en su montura hasta quedar enfrente de las gradas, justo enfrente del Conde.

-Quitaos el yelmo para que todos puedan ver quien sois y no transmitir falsos testimonios.-

Mientras los actos protocolarios acontecen, mi cara, por lo visto en la última justa, mantiene una mueca de extrañeza. Después me fijo en las nubes y acercandome al grupo de caballeros para no tener que hablar muy alto en tan solemne acto, les digo:

- Teneis razón, Sir Philip, pareciera que va a llover, aquellas oscuras nubes se acercan, - hago una pequeña pausa mirando las oscuras nubes.- aunque lo que si es extremadamente extraño es que se acerquen a contraviento. - Entonces recuerdo la última justa. - Aunque no es lo único extraño hoy. Si me disculpan, voy a hablar con el "perdedor" de la última justa.- La palabra "perdedor" la digo con un tono claramente irónico dejando entender que para mi no ha perdido justamente.

Hago una pequeña reverencia y me acerco donde se encuentra Sir Lorak.

-¿Puedo seros de ayuda en algo Ser?.-El caballero os dirigió una mirada de extrañeza. No era común visitar al perdedor, aunque fuera un notable caballero.

La ceremonia de proclamación del campeón de la justa se ve interrumpida de repente por la aparición en la liza de dos caballeros al galope.

Galopando con el caballo, aferrado a las riendas y colocándome de una forma aerodinámica, voy espoleando sin piedad al caballo mientras la lluvia resbala por mi armadura, voy pensando en llegar a dar la alarma.
De vez en cuando, al ver que tengo un paso recto delante, hecho una fugaz mirada hacia atrás, vigilando que mi compañero no tenga problemas para seguirme, y que los pictos no nos alcancen.
Malditos sean...
Por fin, el sol parece deslumbrarme un poco, bajo la cabeza para que los rayos no me molesten, y cuando llegamos a la puerta, comienzo a gritar:

-¡ALARMA, NOS ATACAN!, ¡NOS INVADEN LOS PICTOS!

Si hubiera tenido tiepo podría haber alabado la destreza montada de mi compañero. Desgraciadamente la urgente carrera concentraba todas mis energías en mantener la galopada a través dle follaje sin tropezar o golpearme.

Realmente no podía saber que estaba haciendo alomos del caballo y mi cuerpo quedaba maltratado por el ramaje y el bamboleo de mi armadura dando botes a un lado y a otro conmigo dentro.

Al igual que Gallowain mi entrada en el recinto se produjo con gritos de alarma.

¡A LAS ARMAS! ¡ENEMIGOS!

Un revuelo de pánico pasa fugaz por el semblante de las damas allí reunidas. Los lugareños no saben que hacer, unos se marchan hacia su casas y otros creen que es una broma. Los caballeros opinan de la misma manera pero se mantienen firmes y el murmullo de las palabras es acallado inmediatamente por el Conde.-SILENCIO!.-Ruge.