Partida Rol por web

- Quiora si dejas el arma ahí, luego podremos comer y lo mismo vuelven a cantar, cuando no hay armas por medio la gente se suele animar a cantar, aunque lo mismo hay que hablar un poco antes.

Lo último que hace falta ahora es que la semiorca se vuelva loca repartiendo golpes, no será muy espabilada, pero en cuestión de dar ostias es un genio.

- Señora, su actitud es muy sospechosa, más que la del tal Marcellus, debería ser sincera con su relación con el licántropo, sospecho que es clériga del dios lobo, y el otro medallón lo lleva para pasar desapercibida.

Quiora seguía siendo el centro de atención para el Comandante Wahrmer, que le sostenía la mirada y no le quitaba un ojo de encima a espera de que cediese. Fue el Comandante Credzu el que tomó interés en Valeria.

Sacerdotisa, las acusaciones de Menon son muy serias. Si sois clériga del Dios Lobo... Usted misma reconoció que es el dios de los licántropos. ¿Tenéis relación con Matton Blanchard? ¿Sois una mujer lobo? Ayudaría a respaldar la veracidad de sus palabras que accediese a ser atada durante el interrogatorio. Ya ha visto cómo ha terminado Matton por perder los nervios.

Valeria se contrarió contra la propuesta, pero accedió.

Accederé a que me aten si atan a Marcellus también.

Marcellus asintió tras unos segundos de duda. Así quedaron atadas tres personas: en una silla, el inconsciente Matton; en otra Marcellus; y en la última silla, la propia Valeria. Una vez atada, Valeria continuó hablando para tratar de disipar dudas sobre ella.

Es complicado. No he mentido antes, o por lo menos no demasiado. Es cierto lo que dijo Marcellus, que el medallón del Dios Lobo no lo encontré en la hacienda de Lord Von Brausch. De hecho, el medallón me lo dió mi cliente: Jean Auldrin. El señor Auldrin lidera un pequeño culto de hombres lobo en los bosques de Invidia.

Me encargó investigar a Lord Von Brausch, de cara a sumarle a su causa. Uno de los seguidores de Auldrin mordió hace unos meses a Marcellus para contagiarle de licantropía. Auldrin trataba de llegar hasta el padre a través de la influencia sobre su hijo. El medallón del Dios Lobo me sirve de salvoconducto en caso de que me encuentre con alguno de los seguidores de Jean Auldrin.

En cuanto a Matton Blanchard... No, no lo conozco. Tampoco sé si está con Jean Auldrin o va por libre.

Ja, sabía que mentía en lo del medallón. He vivido en la hacienda de mi padre desde pequeño. Conozco bien a mi familia y a mis sirvientes, y no tienen nada que ver con un dios licántropo. Un lobo me mordió durante una cacería. Mi padre contrató al Doctor Vardeau para que hallara una cura para mi enfermedad. Permanecí encerrado en la Hacienda de mi padre.

Marcellus bajó la mirada, algo triste.

Cuando me transformé y perdí los estribos, maté a mi propio padre. Dioses... ¿qué he hecho? ¿Qué he hecho? Huí de la escena del crimen. He estado viviendo en la calle y robando para sobrevivir. Pero si vuelvo a perder la razón podría hacer daño otra vez a alguien...

Entonces... Mi padre es inocente, ¿verdad? Lo estás confesando, aquí, delante de estos guardias...

Marcellus asintió. La cara de Monic se iluminó de alegría.

Tú-dijo a uno de los soldados-, ve a por el Doctor Vardeau a los calabozos y tráelo aquí para ponerle en libertad.

Credzu se quitó el sello de su anillo y se lo entregó al guardia para demostrar a los centinelas que la orden iba de parte del comandante.

Mientras, Genann hablaba con Gorro Rojo en su extraño idioma. Más tarde el druida podría contarles el contenido de la conversación: Gorro Rojo estaba dormido, y no fue testigo de nada durante el asesinato de Sir Stefan, pero estaba abierto y quería que le diesen vino y carne.

Hay algo más... ¿Recordáis cuando os dije que escuché a alguien bajar por las escaleras? Era mentira. No lo escuché, lo olí. Con mi olfato lupino. Valeria fue la que bajó en mitad de la actuación de Curtis.

Valeria estalló de ira y se transformó en licántropa. Forcejeó para romper sus ataduras, pero Credzu la había atado bien. El Comandante Wahrmer abandonó su duelo de miradas con Quiora, giró desenvainando su espada y la hundió en el torso de la prisionera. La pérdida de sangre por la herida hizo el resto, calmó a Valeria lo suficiente como para que perdiese la consciencia.

Mandaron al otro guardia a la habitación de Valeria para buscar el veneno. El soldado no encontró nada en el dormitorio, pero al asomarse a la ventana vió en el alféizar de la habitación vecina un pequeño vial. Supusieron que la asesina de Sir Stefan aprovechó para esconder el veneno allí cuando se refugió en la habitación durante la transformación de Matton en lobo.

Gracias por vuestra colaboración. Nosotros nos ocuparemos del resto ahora. Ya podéis ir a dormir. Curtis, prepara una factura: la Guardia de la Ciudad les pagará a estos aventureros el alojamiento.

En cuanto a Matton... De momento lo llevaremos al calabozo a pasar la noche allí. Si queréis llevaroslo, podréis hacerlo por la mañana.

¡Papá!

Los ojos se volvieron hacia la puerta. Acompañado de un soldado, un anciano con ropas buenas pero sucias abrió los brazos. Monic corrió hacia él y la familia Vardeau volvió a reunirse.

Sapo se sacudió las manos como si quisiera quitarse polvo de ellas. Otro caso resuelto. Sonreía satisfecho haciendo que su cara se deformara en una mueca gorgónica.

- Será mejor que vayamos a descansar.- Con su manita acariciaba el filo de su daga de plata. Se estaban ganando una gran cantidad de enemigos allá por donde iban y muchos de ellos eran licántropos. Mala cosa.

Al fin una historia que acaba bien, aunque con una gran cantidad de licántropos implicados, al menos ninguno había resultado herido y no eran sospechosos de nada, un cambio de agradecer.

- Si vamos a dormir, que el druida vigile al gorro rojo, que se lleva bien con el.

Como de costumbre, Fedora no entendía un pimiento. Aquellas gentes y sus costumbres eran aún más raras que la de las gentes de la Ciudad de las 1.000 puertas, más extraños aun que las gentes de las 10.000 viviendas, aquellos salvajes... Pero como de costumbre, y tratando de no vostezar, la norteña se mantuvo sería y asintiendo a unos y otros como dando a entender que seguía el hilo de las pesquisas, pero en realidad si por ella hubiera sido se hubiera puesto a dar de hostias del primero al último. Pero eso no estaba bien visto fuera de su Nortalia natal, así que desistió de la idea, esperando que los listos del grupo actuarán. Ella ya estaba para las hostias, como Quiora.
Y con todo el entuerto, aparentemente, resuelto, asintió a los listos del grupo: Menon y Sapo, a quienes cogió uno con cada brazo, pese a que al gnomo no le gustase.
- Bien desirrrr, camarrrradas. Serrrr horrrrra de descansarrrrr. Estarrrr que morrriiiiiirrrrr de suenio... - Añadió.

Al final, todo se solucionó con más facilida y premura de lo esperado. Realmente, no se sentía especialmente útil en la resolución de aquel enigma, pero todo había acabado bien.

-Sí, yo me haré cargo de él. Necesita cuidados -dijo tranquilamente-. Y descansar nos vendrá bien a todos. Aunque comer tampoco estaría de más, que con todo este trajín, no hemos probado bocado.