Partida Rol por web

Es un plan intempestivo pero interesante. Contá con el poderoso y estertórico ulular de Phi. 

Con un par de silbidos la delicada fémina de blancos cabellos parece concertar lo hablado con su fiel escudero y después de obtener los objetos que éste cargaba por ella se giro con una sonrisa amplia contemplando a sus compañeros llena de entusiasmo.  

A mi también ya me está entrando mucha curiosidad sobre la biblioteca y el libro ¿crees que será necesario que lleve mis armas?... Son incomodas y no me veo bien haciéndolo, no forman parte de los modales de una dama (susurro para sus adentros) y concluyo sosteniendo a duras penas la pesada espada maltrecha y el pequeño dispositivo que se asemeja a algún tipo de pistola u arma de fuego.

Soy una frágil flor, pero... como algunos pimpollos, poseo afiladas espinas. Su rostro se endureció en una mueca de completo terror, al fin y al cabo nadie esta preparado para el devenir constante en Bastionland. 

Estas son las armas que he arrastrado hasta este preciso momento y que poseo desde siempre; están viejas y oxidadas, ojalá no sea necesario usarlas, nunca antes he tenido que hacerlo... pensó Rister, mientras trataba de mostrar confianza y ocultar sus temblorosas manos nerviosas.      

Pyotr escuchó el plan y asintió con la cabeza, acercándose a Caila para escoltarla. Pero antes de marcharse, se dió la vuelta y se dirigió a Kate.

-Recuerda que lo prometiste. Nada de demoliciones, explosiones o malabarismos con armas letales. Tienes que cumplirlo incluso si no estoy aquí.

-Por quien me tomas, yo siempre cumplo mis promesas.-Dijo Kate indignada, despidiéndose con la mano.- Y tú, recuerda que el trato era que si dejaba que me acompañaras, no podías morirte. Cumple tú también tu parte.

Kate vió como se alejaban antes de añadir, en voz baja y con una sonrisa.

-_{Aunque lo que prometí es que no iba a hacerlo de forma innecesaria.}

Se dió la vuelta, y dirigiéndose al grupo que quedaba, dijo:

-¿A por la biblioteca, entonces?

Y así fue como Pyotr y Caila prácticamente tomaron a Wanda, la abogada chocolatera, en volandas poniendo rumbo hacia los dormitorios, donde a un tal Gran Duque Evepo le esperaba un repaso y un rapapolvo tal que nadie envidiaría estar en su pellejo. La buena señora repasaba por lo bajo sus reprimendas y alegaciones, mientras pedía a sus jóvenes comparsas que le diesen réplica, preparándose para el choque monumental que tendría bajo sus pies al distrito de Achicorias Gandul.

¿Conseguiría el trío su cometido? ¿Llevaba el Gran Duque una muda limpia? ¿Querría Relincho Cerdo abandonar las cuatro paredes a las que parecía llamar hogar? ¿Tendría Evepo una segunda muda? Porque tal y como se planteaba el encuentro, podría hacerle muuuuuuuucha falta, y más cuando es la mamma la que te agarra por el cuello de la camisa y tiene recuerdos vergonzosos como para parar un metro del Submundo a modo de munición eterna.

Aquel subgrupo se desdibujaba en el horizonte, sobre la superficie blanco nuclear del lateral de los dormitorios, mientras Artinatus, Smith, Rister, Pandora, Rata y el peculiar búho de los ruiditos volvían hacia la puerta principal de la biblioteca, todavía pudiendo recordar el grito de Alkimium y su ayudante al ser absorbidos por aquel peculiar agujero perdido en ninguna parte.

Artinatus notó entre sus dedos, en su bolsillo el frasco que antes rodara hasta sus pies, lo extrajo y observó con detenimiento. Parecía relleno de un líquido verdoso, oliváceo, denso, que parecía reaccionar de alguna manera al moverlo, como si emitiese algún tipo de vibración al notarse manipulado, haciendo temblar la mano del veterano ligeramente y transmitiendo algún tipo de sonido a través de sus huesos. No terminaba de saber qué podía ser aquello.

Y allí estaba una vez más, la entrada principal de la Biblioteca, con su puerta de doble hoja, mecánica, cerrada al medio, realizando el sonido propio de un detector de movimiento que activaría las láminas para abrirse pero sin terminar de hacerlo. Por algún extraño motivo los caza tesoros parecían convencidos de que iban allí a por un libro concreto, pero el incidente con el gigante flamígero y el no hablar con Wanda sobre su relación con la firma de abogados los había dejado en una cierta inopia. Supongo que con los ojos bien abiertos sabrían qué es a por lo que iban a aquel lugar.

En la lámina dela puerta había una pegatina que creían no haber visto antes. Tenía fondo azul celeste y en ella se veía el rostro de un payaso carcajeante guiñando el ojo: - Feriantes en acción. No molestar.- Rezaba un texto en negro con un pobre ribete amarillo que parecía querer simular uns filigrana dorada.

-¿Quién tenía la nota con la llave?- Habían cometido ciertos errores al dejarse llevar por unas prioridades mal ordenadas, y seguían sin saber exactamente a por qué habían venido. Unas escrituras, sí, pero de qué. Al ojo del soldado, le pareció destacable que la misma compañía que les había lanzado los gigantes de fuego encima estuviera actuando, precisamente, de todo el Bastión, aquí. Cargó su trabuco, esperando problemas. 

-Pueeees...-Kate se rascó la barbilla en gesto pensativo, y a continuación vieron como se ponía a imitar con gestos a alguien cogiendo una nota y pasándosela a alguien, mientras movía los labios sin decir palabra.-Oh, eso es. Mr Smith la cogió en primer lugar, y luego se la pasó al señor Artintatus. ¿Quizás debería revisarse los bolsillos? Tiene que tenerla por ahí. También decía algo algo de que las instalaciones funcionaban mal-Kate señaló con la mano a la prueba número 1 de que la nota estaba en lo cierto, la puerta que hacía el ruído de querer abrirse sin conseguirlo- Y algo sobre expraer la P. Voltaica. ¿Alguien tiene alguna idea de donde está la P. voltáica que tenemos que extraer?-Después de pensarlo un momento, añadió, dándose cuenta de que necesitaba ir un par de pasas atrás en la lista de tareas pendientes.-¿Alguien sabe qué pinta tiene una P. Voltáica?

Acercándose a la puerta, mientras dejaba que los otros buscasen la llave en cualquier bolsillo, saquete o cualquier otro contenedor adecuado que llevasen encima, Kate se acercó a la puerta, aparentemente sin haber aprendido demasiado de su experiencia con el cocinero en el barco, mirando la rendija entre las puertas, intentando vislumbrar algo entre ellas y calculando el hueco que dejaban

-¿Quizás podamos hacer palanca para abrirlas?

Sonrio por la perspectiva de una disgresión filosófica sobre quienes somos, porque estamos aquí, el sentido del ser y la naturaleza de los desayunos continentales, sin embargo resulta que mis compañeros no quieren filosofar sino cumplir nuesttra misión. Muy pragmáticos.

Rebuscando entre los bolsillos de mi traje extraigo varias cosas, miro con incertidumbre un sobre de papel recordando el destino de nuestro compañero Alkimium hasta que recuerdo que contiene mi certificado como rey de los morloks de la calle tintorera, a esto le sigue una pluma estilográfica, un ojo mecánico (lo único que queda de mi anterior cuerpo) y finalmente una llave

-aja, aquí esta la llave-

El descubrimiento no parece muy significativo en vista de como es la puerta, pero tal vez sea una llave para algo en el interior del edificio

-no parece cerrar muy fuerte, y aun te quedan dedos de repuesto, ¿no Pandora?- digo mientras intento meter la mano en la rendija que se abre

Pandora pone los ojos en blanco -¿podrías cuidar ese cuerpo tuyo un poco mas? el día que me quede sin piezas de recambio solo valdrás como cafetera-

La mecánica no para de caminar, pequeños pasos adelante y atrás que muestran su nerviosismo, Mr.Smith consigue meterla en toda clase de lios y tiene la sensación de que no sobrevivirá a muchos mas

-p.voltaica podría ser una pila voltaica, es un artefacto eléctrico y su apariencia es... a saber. Yo me especializo en engranajes, pero espero poder reconocerla si la veo-

Escena terminada, continuamos en el CAPÍTULO SEGUNDO