- La... La bi... Biblioteca pues.- Fueron sus únicas palabras al entregaros la dirección del lugar y la mínima información que había al respecto: se os emplaza a visitarla mañana de buena mañana, en el distrito Achicorias Gandul.
'Mal funcionamiento de las instalaciones. Extraer P. Voltaica. Ojo! Núcleo.' Reza el papel bajo la dirección. En la parte inferior, fijada con masilla azul está la llave del lugar.
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Tras el peculiar espectáculo desplegado en el lugar los gigantes habían vuelto sobre sus pasos, dedicándose a tratar de robar las pertenencias de aquellos que habían caído y no eran protegidos. En pocos minutos llegaron los vigilantes voluntarios del lugar y los abatieron con munición sedante antes de esposarlos y cargarlos sobre voluminosos traspales.
Unos enfermeros terminaron por cargar al maltrecho Drugos en una camilla antes de irse al trote. Desde la distancia visteis a Xtenza razonando con las autoridades. Parecía poco probable que uno de los promotores de la fiesta tuviese algo que ver en un intento de robo tan calamitoso pero aun así estaría entretenido hasta que vosotros terminaseis con vuestra misión.
A la gente pareció no importarle aquel pandemonio, en menos de 10 minutos la fiesta del puerto se reanudaba por todo lo alto y nadie, excepto los heridos y puede que vosotros, parecía tener intención de querer perdérsela.
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Los hechos se suceden de una forma realmente caótica e impredecible
-Cuidado, creo que vienene hacia...- alcanzo a decir antes de notar que los demás ya se han puesto a salvo.
Y a continuación soy arrollado por el pie de un gigante que me arrastra durante varios metros, un cuerpo mas orgánico lo habría pasado peor, y de hecho por un momento temo por la integridad física de mi recipiente.
Pero cuando la cosa pasa y me levanto compruebo que todo parece funcionar correctamente, flexiono mis articulaciones con los resultados previstos. Muy satisfactorio.
La que no parece haberlo llevado tan bien se mi mecánica, Pandora levanta una mano en la que hay mucha sangre y puede que menos extremidades de lo habitual. Me dispongo a ir a ayudarla cuando un aun mas maltrecho señor Drugos me tiende una nota que leo al momento
-es usted muy profesional.- Comento al caido. Luego tiendo la hoja de papel al primero de mis compañeros forzosos que se acerque
-disculpe, he de atender a mi mecánica, normalemente es al reves-
Me acerco a Pandora e intento ayudar en lo posible
Artintatus no podía creerse su suerte. Caila estaba más acostumbrada a las calles, pero él había sobrevivido a la guerra de casualidad, y parecía que la suerte le seguía sonriendo. Como ratas que huyen cuando el barco naufraga, la reunión se disolvió tan rápido como se había formado. Con grandes cantidades de dolor en el proceso.
Pasó al lado del señor Smith y cogió la nota de la dirección. Después le tendió la mano para ayudarle a incorporarse, no fuera que lo volvieran a pisotear
- Nadie se invita a una ronda ¿Verdad?- A todos les faltaba el dinero, como para ponerse a socializar. Sin embargo, la marabunta había pasado y Arti se encontraba más tranquilo.- Bueno, equipo. Si vamos a trabajar juntos deberíamos saber que somos capaces de hacer ¿No? Aquí, Caila, mi.... hija adoptiva, supongo, es encantadora, y yo, pues aquí estoy. Hago un poco de todo y no me peleo con nadie.
Mmm... Ya somos un equipo, lo que hace la desesperación. Esperemos que la biblioteca no cause problema alguno. Casi nunca las cosas son lo que aparentan!
¿Qué se hacer? mmm ... (Se muerde el labio y revolea los ojos) estudié arquitectura unos años y amo la jardinería. Las plantas son las verdaderas dueñas de todo Bastión o al menos de los vastos terrenos donde se ha ido erigiendo. Ellas saben; la tierra sabe y se lo susurra todo a ellas. A veces algo me cuenta la cochambrosa costra que se deposita sobre toda la ciudad. Mí búho es un fiel escudero, ¿No es así Phi? (el simpático plumífero desciende sobre su cabeza y luego de torcerla de manera extraña emite un ulular aun más raro).
Resumiendo puedo contarles cosas sobre personas y lugares, ah... Y volviendo a los tragos me encantaría desayunar algo.
¿Quién será el caballero que nos invite algo para llenar el estómago? nunca se me dió el trabajo y mucho menos cuando tengo hambre.
Una vez pasado el peligro, Kate bajó del muro de un salto y se acercó corriendo al tal Artintatus que tenía la nota.
-Hummm. Parece que vamos a encontrarnos con maquinaria averiada. Y promete problemas-Comentó, sujetando la mano de Artintatus, y la nota, delante de su cara para poder leer con comodidad.-Bien, espero que alguien aquí sepa de electricidad y esas cosas. -Dijo, soltándole la mano, ahora que ya sabía lo que quería-Pyotr y yo... que por cierto, podeis llamarme Kate. O Rata. Una de las dos, es lo que me llama todo el mundo. En realidad también me llaman muchas otras cosas, si contamos la gente menos agradable, pero estoy segura de que encontrareis vuestros propios apelativos, si llegamos a tener una relación de las menos agradables. Pero como iba diciendo, Pyotr y yo-Señaló a su acompañante, un joven de aproximadamente la misma edad, de pelo y barba castaños, y mucho más circunspecto, que saludó con la cabeza cuando lo presentaron- hemos crecido en los canales de Bastión. Mucho mejores que las carreteras, donde nunca sabes lo que hay debajo de los pies, y sólo puedes escapar en dos dimensiones si algo va mal. Pero supongo que en esta ocasión nos resignaremos a movernos por tierra, a pesar de sus inconvenientes.
-Y ahora-Dijo, dando una palmada-¿alguien ha hablado de comer?
Tras comprobar que Pandora está en buenas manos y la inutilidad de mi ayuda me reuno con este grupo de personas con las pque parece que estoy obligado a asociarme
-yo me hago llamar Mr.Smith en este mundo. Estoy realizando un viaje de descubrimiento en Bastión o mmm, ¿como lo llamaron?.. turismo- sonrio satisfecho por haber recordado el arcano término -mis habilidades... mi cuerpo es bastante resistente y fuerte y mmm Pandora es una mecánica muy competente, ella hace el mantenimiento de mi cuerpo-
Vuelvo a mirar hacia mi compañera humana, ya se ha levantado y aunque está livida se la ve bastante bien
-yo no como, gracias- respondo con una sonrisa
¿Un ángel? ¿Sería que ya estaba muerto? Pero no, sentía mis latidos más fuertes que nunca. Sin duda quien me había agarrado era aquella mujer de cabellos blancos.
- ¿Se encuentra usted bien? Le pregunté por cortesía. Ella afirmó y escuche a uno de los hombres que se erigía en cabecilla preguntar por nuestras habilidades.
- Las mezclas y experimentos se suponen que son lo mío, aunque como todos, si hubiéramos tenido éxito en los que somos buenos no estaríamos aquí. Creo que dije bastante y al mismo tiempo no dije nada.
¿Comer? Aquel verbo y acción no lo realizaba desde hace tiempo, pero claro, no había encontrado incauto que invitara en esta ciudad hostil ni tampoco había ejercitado mis dotes de ladrón de comida desde hace un tiempo. Quizás camino de la biblioteca acompañado de esta.... ¿banda? encontrara un poco de alimento para cuidar mi cuerpo y mi mente.
Mientras os conocíais la noche continuó son el imparable paso que le dan las celebraciones. Puede que vuestras prioridades y anhelos estuviesen enfocados al problema práctico que a todos os acuciaba, pero al mismo tiempo el conocer a nueva gente y saber que tu vida podría estar en sus manos mañana no dejaba de ser un imperativo para el conocerse, la conversación y el matarratas comercializado por los cantineros de la zona portuaria en las grandes ocasiones.
Entre unos, otros, la gentileza de los extraños (Os llamó la atención ver a una troupe circense que os pagó con mucho agrado un par de rondas haciéndoos carantoñas y gracias desde la distancia) y algún simpa flagrante (incluyendo alguna carrera bien corrida a vuestro favor), la madrugada os abrió sus puertas, y aun siendo conscientes de que eso conllevaba que las cerrase a vuestras espaldas, os tocó apechugar con las circunstancias.
Uno de los temas que más os preocupaba era el saber a qué distancia estaba el distrito conocido como Achicorias Gandul y qué vías de acceso podía tener, ya que Bastión era una urbe molesta y picajosa, siempre dispuesta a prepararos sorpresas si vuestro deambular era demasiado inseguro.
Para bien o para mal, Rata sabía que aquel nombre era relativamente reciente, antes era el Barrio de Hojalata, una zona industrial en la que se centralizaba parte de las empresas conserveras de la ciudad, peor había sido comprada por la sociedad anónima responsable del empaquetado y distribución de la achicoria que ahora le daba nombre.
La intención de sus nuevos propietarios había sido la de crear un barrio residencial para familiar de clase media/alta, pero su situación (Algo alejada de barrios con gente del mismo poder adquisitivo), el olor de sus tierras (A entrañas de pescado podres) que permaneció durante años, una inundación que causó daños considerables en la zona de obras y las leyendas sobre actividades paranormales de temática marina (Tanto se hablaba de espectros de ahogados con garfios en sus manos como de una criatura a la que los niños bautizaron como la Cosa Pescado), provocaron la perdida de interés por parte de sus inversores (incapaces de retomar las obras y su limpiado de cara desde cero una vez más), quienes aun así abrieron el barrio a los trabajadores de zonas anexas, realizando obras más baratas y facilitándoles la compra de viviendas a cambio de hipotecas a pagar a tres generaciones vista.
La zona quedó casi deshabitada pero aun así había el mínimo de vida requerido como para que no fuese una zona dejada a su suerte o directamente tapiada. Se encontraba a cinco barrios de distancia y terminasteis por aceptar que, dadas las horas, lo preferible sería hacer noche en un centro de acogida próximo (La remodelada Gran Iglesia del Cilindro Atómico, antes Nuestra Señora de los Pesares) y estudiar las inmediaciones del barrio con las primeras luces de la mañana.
Esta tarde/noche os abro nueva escena para ver cómo llegáis al barrio.