Partida Rol por web

La batalla continúa mientras la tormenta descarga lluvia incesante sobre vuestros ropajes. Como si fuera consciente de la situación un rayo seguido de un truneo hace añicos una de las columnas, fragmentos de piedra rasgan a Kaelyn y Thelarion que siguen enzarzados con el siervo de la Reina.

Kaelyn mantiene atrapado con uno de sus tentáculos al doppelganger aumentando la presión sobre su cuello, mientras por la espalda el sacerdote asesta un contundente golpe con su martillo de guerra que hace crujir los huesos del cánido. Este no se detiene y consigue amputar el tentáculo que lo hacía prisionero, la sangre ahora brota empapando los ropajes de Thelarion, pero esto no detiene al pulpo que con otro de sus ágiles extremidades apresa de nuevo al hombre lobo.

Por otra parte Ptolomeo mantiene la presión sobre su hechizo en la reina, este parece no ser tan efectivo como antes debido a la nueva forma espectral de su objetivo. Erik decide cargar con toda su furia a la Reina, los ataques de los constructos lo dañan en su camino cuando de un salto consigue asestar sendos garrazos sobre su objetivo que emite sonoros quejidos de épocas pasadas.

Acto seguido Ella conjura un poderoso virote eléctrico que dándole forma punzante perfora el pecho del hombre lobo que cae fulminado al suelo mientras trata de taponar la herida que no para de sangrar, ahora agoniza y tose profúsamente... En su cabeza se escucha lo siguiente.

- MORIRÁS y no volverás a ver a tu Padre que estaría avergonzado de tu derrota, el Lobo abandonará ese cuerpo tan frágil y desaparecerás en el vacío abisal.

Thelarion se adelantó para poder canalizar su conjuro de curación sobre aquellos compañeros más heridos, el elfo mostró su símbolo sagrado que irradió una luz curativa sobre sus compañeros heridos...

Erik tendría que fallar 3 chequeos de muerte, aún no ha tirado el primero así que sigue vivo por el momento :) Las pifias son doble fallo y los criticos te devuelven con 1 pto de vida. Si lo curas ya está.

En su forma de pulpo gigante Kaelyn sigue aplastando al doppleganger para evitar que se mueva y ataque a sus compañeros.

¿Podían sonreír los lobos? El guerrero al menos lo estaba haciendo, en el mismo momento que sus garras laceraron la carne de la maldita reina. Por desgracia, su buena fortuna acabó ahí. No sólo los braseros habían atacado de nuevo, quemándole más zonas de piel, sino que la Reina le atacó con un poderoso rayo eléctrico y con ponzoñosas palabras.

Pero Erik Berglund no era uno de esos pueblerinos de espíritu frágil a los que ella estaba acostumbrada a amedrentar. Porque a pesar de la gravedad de sus heridas, la muerte aún no se lo llevaría. No antes de ver caer a la Reina a sus pies, escupiendo sangre.

Si Puedes atacar sin problema Erik, pongamos que el va antes. Pronto escribiré el final por que estamos muy lentos y prefiero terminarla antes de que no volváis a escribir jajajaj.

Y como si Thelarion le hubiera leído la mente, Erik sintió que las fuerzas regresaban a su maltrecho cuerpo gracias a la magia de su compañero.

Sin embargo, aunque la magia del elfo era poderosa, el daño que había recibido no se había eliminado por completo. Y eso hizo que sus ataques se resintieran y fueran menos eficaces que antes. Pero no pensaba rendirse. No mientras le quedara un soplo de vida.

El combate continua al abrazo de la tormenta, los restos de las cristaleras siguen cayendo a vuestros pies mientras combatís el amargo mal que habita en el antiguo castillo de la Reina. Ptolomeo que observa como Thelarion arranca de los brazos de la muerte a su compañero Erik saca el colgante negro de la túnica que ahora brilla con intensidad arcana. En este momento el espectro levanta de la no muerte a numerosos esqueletos de oxidadas y pesadas armaduras que salvaguardan a su reina.

Haciendo uso de sus cortas piernas el gnomo se dispone a emprender una carrera contra la Reina, esta dirige diferentes proyectiles etéreos contra el propio gnomo que con cierta agilidad esquiva hasta que el último consigue impactar en su torso atravesándolo, pero el dolor y la sangre no lo detienen prosiguiendo hasta alcanzar el cuerpo de Fara.

En cuanto el gnomo reposa el colgante en el cuello del cadáver de la pequeña Farah, el cuerpo comienza a ascender levitando y dejando atrás el suelo de piedra. La bruja emite angustiosos aullidos tormentosos mientras trata de avanzar a toda velocidad hasta la joven estirando su largo brazo que se torna esquelético y ruinoso.

La piel de Farah comienza a regenerarse hasta recuperar esa tez joven y delicada. De pronto el espectro comienza a ser absorbido por el colgante mientras la reina trata de escapar desesperadamente, el abalorio brilla con más intensidad hasta que la tormenta y la lluvia dejan paso a un destello que os ciega durante unos segundos.

Cuando conseguís ver lo que está ocurriendo, la pequeña Farah aun levitando desciende poco a poco hasta reposar sus descalzos pies sobre el frío suelo de la sala del trono, el colgante destruido en mil pedazos pero en el rostro de la muchacha ambos ojos abiertos irradian una luz blanca como dos faros. Tal es vuestro asombro cuando observáis que la joven vuelve a la normalidad tras cerrarlos, desorientada os mira y dice:

- ¿¿Don...Donde estoy??, ¿¿Papá??, ¿¿Mamá?... (después se derrumba en el suelo).

Una vez Ella es vencida nada queda en el salón, ahora ruinoso, salvo una niña tumbada sobre la fría piedra, tanto los esqueletos guardianes de la Reina como el dopelganger yacen en el suelo y el cuerpo vuestro compañero Gnomo permanece junto a ellos, tratáis de despertarlo pero al ponerlo hacia arriba un gran agujero en su pecho os da a entender que ha sido un impacto letal que ha atravesado su pequeño corazón...

El castillo parece un lugar totalmente diferente al que creíais conocer. Los muros ahora están derruidos en su mayor parte; la bóveda del techo es inexistente; los tejados, aleros y algunas de las partes superiores de las dependencias no existen; puertas y ventanales están hechas pedazos y un viento frío resuena entre las solitarias columnas y las mudas piedras, allí donde ahora sólo crecen líquenes y hierbas.

El castillo presenta ahora el aspecto de haber estado abandonado desde hace muchos, muchos años. Ya no hay sirvientes, ni peligros ni guardianes. No queda nadie en esta vieja ruina. El tesoro de la reina sigue aún allí, eso sí, tras el trono encontráis cuantiosas riquezas, monedas acuñadas de épocas pasadas, viejos abalorios dorados y plateados, utillaje para rituales de plata.

El bosque, libre del poder de Ella, no es más que un bosquecillo corriente, silencioso e inofensivo... 

Vuestro regreso al pueblo transcurre sin incidentes. Cuando llegáis, cansados y exhaustos, no hay recibimientos, ni abrazos, ni cálidos clamores de júbilo. Al momento os percatarais de que nadie os recuerda. Nadie tiene constancia de los sucesos que allí tuvieron lugar, no conocéis a nadie, ni siquiera queda ninguno de los personajes que allí conocisteis.

Nadie, absolutamente nadie, se acuerda de vosotros ni saben quién fue Ella, Fara, o cualquier otro asunto relacionado con esta historia. Simplemente, parece que esto no ha sucedido, nunca  ha sido un hecho en la historia del lugar.

Pero podéis estar orgullosos pues habéis cambiado el orden de las cosas y las consecuencias se han transmitido hacia el pasado y hacia el futuro. Nadie recordará tampoco a Fara. Su madre, hace tiempo que se marchó a tierras lejanas. Desvalida y huérfana os pide que la acojáis como un miembro más y la entrenéis como una aventurera.

Tras dar los santos sacramentos, un entierro digno a vuestros compañeros y comprar provisiones, proseguís vuestro propio camino, lejos de aquel lugar....Después de todo seguís perteneciendo al Gremio de los Leones Blancos  y vuestro destino no es otro que Fallcrest, la gran capital.

Pero Ella volverá, debéis creerlo... Y ahora, muy, muy furiosa, volverá a por todos nosotros...

Epílogo

“En el pueblo de Atwater los granjeros siguieron trabajando como siempre durante el día, pero al anochecer cuchicheaban junto a las chimeneas y por las noches, soñaban… Poco a poco, alimentados por esos cuchicheos y esos sueños, los árboles del bosque crecieron, las zarzas se espesaron y las verdes culebras anidaron en los troncos. Entonces el castillo se reconstruyó a sí mismo, las nubes se enroscaron en sus almenas y torres, y Ella regresó para proteger las casas y los campos de los granjeros, arrebatándoles a cambio a sus hijos; cuando llegaba la hora los enviaba a buscar, y los niños se internaban en el bosque y se perdían. Nunca más volvió a nacer una niña tan hermosa como Fara, Ella, puso buen cuidado en que no volviera a suceder”. 

FIN

Los hechos siguientes del combate se desencadenaron muy rápido... algo sucedía que escapaba a la razón del clérigo hasta que todo finalizó. Si no llega a ser por el mago Ptolomeo y a sus grandes ideas... no hubieran podido vencer al mal. Pues como descubrieron el mal siempre es más poderoso, e intenta vencer siempre por la fuerza de las armas, teniendo el ejército más poderoso, los conjuros más mortales, y la posición estratégica de su entorno. Lo que la Reina no esperaba de ningún humano, elfo, gnomo, enano o cualquier otra raza era que se enfrentara a ella con otra argucia que no tenía nada que ver con lidiar con su ejército o querer destruirla, sino con la idea de salvar a aquella de la que dependía su fuerza vital. El objeto que depositó el gnomo en el cuerpo de Fara demostró que aquel ser se alimentaba de sus almas, de sus miedos, de sus pensamientos, y que si se recuperaban de su estado que los llevaba a la muerte entonces la Reina perdía aquel sustento vital que la alimentaba. 

Hasta que todo finalizó Thelarion no se dio cuenta de que el mal no se vence con mal sino con el bien, como demostró el buen mago, pero el acercamiento a la niña lo pagó con su vida. Thelarion entonces habló con Erik pues sabía que el hombre lobo lo comprendía, y le dijo que recogiesen todos los objetos preciosos, joyas y dinero que allí se encontraban, pues sabía de grandes clérigos que poseían poderosos hechizos para resucitar a los amigos, pero estos hechizos eran muy costosos y solo los hombres más ricos podían costearse el poder resucitar a un amigo a la vida.

Todo lo envolvieron en bolsas que allí encontraron y lo distribuyeron entre los más fuertes con la intención de ir a una ciudad y pagar a un clérigo por la resurrección de su amigo. Cuidaron de la niña Fara que no recordaba nada de lo sucedido, y habiendo perdido a su familia, el grupo la adoptó como parte de su equipo, los más fuertes llevaron los tesoros y el cuerpo del mago, no volvieron a la aldea o pueblo sino que se encaminaron hacia la ciudad próxima para pagar a un sacerdote.

El hecho de que pudieran pagar la resurrección de su amigo o no, quedó a discreción de la providencia. No obstante, su cuerpo permanecería enterrado dado el caso en una ciudad y en la más costosa tumba que se pudieron permitir si no les llegaba el dinero para su resurrección.

Allí en la ciudad... dejaron a Fara en un templo femenino para que fuera educada en el amor y luz de una diosa del bien, además para que aprendiera una profesión, la de sanadora y clérigo. Thelarion se puso bajo las órdenes del templo masculino para seguir con su tarea de rezos y oraciones, a la vez que intentaba investigar una cura entre los libros para poder darle a Erik su forma humana. Aquellos encuentros siempre se hacían a la luz de la luna y afueras de las murallas de la ciudad, allí no solo asistía Erik sino también Kaelyn y Tara. Bajo la suave brisa de la noche y sin leyes que acatar, ellos como un grupo de héroes que eran, planificaban y tomaban decisiones sobre el devenir de los acontecimientos que vendrían. Sobre todo nunca abandonaron a Fara, y siempre la visitaban para ver que se desarrollaba dentro de un recinto donde aprendería buenos valores, como la bondad, el amor y el servicio a los más necesitados.

La reina estaba muerta. Habían pagado un muy alto precio, pero todo había acabado por fin. Farah estaba a salvo y los monstruos que les amenazaban, cayeron sin vida junto a su soberana. Pero Ptolomeo había muerto. Y aunque su sacrificio había conseguido acabar con la reina, la victoria tenía el sabor de la hiel.

Con la reina muerta, el castillo recobró la que debía ser su apariencia original. Una ruina maquillada con esplendor, una ilusión que había mantenido aterrorizados a todos los habitantes del pueblo y dejándoles sin sus familias. En un movimiento reflejo, Erik se miró las manos, esperando verlas recuperar su forma humana habitual. Sin embargo continuaron siendo peludas garras lobunas. Maldita sea.

Tras recoger el cuerpo de Ptolomeo y a Kairon, el grupo se marchó de allí. Sin embargo el recibimiento que les dieron en el pueblo no fue el esperado. La gente no les recordaba. Pero no que se hubiera olvidado de ellos, sino que directamente era como si no les hubieran visto en su vida. ¿Qué diantres? Ahora sí que su aspecto lobuno era un problema. Tendría que ingeniárselas para disfrazarse y evitar que cundiera el pánico en el pueblo. Y lo peor era que la familia de Farah tampoco la recordaban. La pequeña habría sobrevivido, pero ya no le quedaba un hogar al que volver.

Sin recompensa ni felicitaciones, antes todo lo contrario, y con la responsabilidad añadida de una chiquilla y el reencontrado Kairon, el cual no parecía querer despertar. Se ocuparían de Ptolomeo y luego se marcharían de ese lugar para no volver.