Partida Rol por web

El guerero permaneció muy quieto mientras Thelarion le atendía. El dolor había desaparecido casi por completo y la piel se había cerrado gracias a la ayuda de su compañero, pero aún persistía el entumecimiento del brazo. Eso no le gustaba un pelo, su fuerza era su mejor baza  ala hora de proteger a sus amigos. Si sus brazos se debilitaban no podría seguir siendo el protector de los suyos. Y entonces acabarían como el pobre Argalad.

 -Gracias Thelarion, te debo una.

Con la curación terminada, Erik se inclinó para cerrarle los ojos a Argalad antes de ponerse de pie.

 -Deberíamos incinerar el cuerpo o enterrarlo. Ponerlo a salvo de las bestias. Él habría hecho lo mismo por cualquiera de nosotros.

Pero antes de ponerse a cavar o a reunir leña, el enorme guerrero se acercó al gnomo, señalando el brazal antes de decir:

 -Ptolomeo, dices que eso se puede usar para contener, ¿no es así? ¿Crees que podría contener una infección y evitar que empeore? Porque creo que los lobos me han pasado algo al moderme. Noto el brazo entumecido y débil y no sé exactamente por qué, si la herida ya está curada. Sospecho que puede ser eso, una infección, pero no soy médico.

La verdad era que se conformaba con que no fuera permanente ni algo que le hiciera perder el brazo.

Thelarion examinó con detenimiento el brazo de Erik, después se recogió entre sus libros para ver lo que había visto si estaba diagnosticado entre aquellos libros, una vez concluido su estudio se aproximo otra vez a Erik. - Vaya este último conjuro no ha servido de nada, Erik se trata de la maldición de licantropía, para curarte se necesitaría un compuesto especial hecho con una mezcla de ingredientes; grasa humana, Althaea officinalis que es un tipo de hierba, y una gota de sangre fresca de licántropo, se puede efectuar pero tiene una moderada probabilidad de éxito. Además para que así sea habrá de repetirse al menos una vez al día sobre la herida, hasta que haya desaparecido.

Además este tomo que versa sobre la enfermedad canina expone que el proceso es lento y podría llevar semanas, progresivamente la enfermedad comienza con altas fiebres hasta culminar con una adaptación de los huesos, tendones y materia muscular para ser un lobo humanoide en tamaño y forma.

Por último aconseja cauterizar la herida del mordisco con fuego, pues eso retrasaría la infección.

En cuanto Thelarion dio su diagnóstico acerca de la misteriosa dolencia de su brazo, Erik se puso pálido. ¿Licántropo? ¿Significaba eso que iba a terminar como...? El guerrero miró de reojo el cuerpo sin vida de Argalad. Mierda.

 -Avivad el fuego. Hay que cauterizar la herida ya.

Y por descontado que tenían que reunir los ingredientes del bálsamo ese. La planta seguro que Kaelyn o el mismo Thelarion podrían encontrarla sin problema. En cuanto a los otros dos ingredientes, la grasa humana podrían ir a buscarla a la casa del enterrador del pueblo o algo así. La sangre de licántropo, que normalmente sería el ingrediente más complicado de encontrar, la podían obtener fácilmente del cuerpo de Argalad o del licántropo muerto en el pueblo, si es que el cuerpo aún estaba entero. No le hacía maldita la gracia coger la sangre de su compañero para fabricar un ungüento, pero si no lo hacía acabaría igual que él, completamente loco e intentando matar al resto de sus compañeros.

 -Y si alguno tiene un vial, yo mismo recogeré sangre de licántropo para elaborar el ungüento.

Era su maldición, así que él haría el trabajo sucio. Lo que fuera para evitar acabar siendo una bestia asesina.

Thelarion utilizó la fogata para poner incandescente la espada corta... una vez que estuvo el metal caliente:  - Esto te va a doler pero retrasará el efecto de la enfermedad, ahora no te muevas...  y lo depositó en la herida de Erik. 

Ptolomeo trata de hablar con Erik mientras cauterizan su herida. Después le devuelve el brazal mágico.

-Ptolomeo, dices que eso se puede usar para contener, ¿no es así? ¿Crees que podría contener una infección y evitar que empeore? Porque creo que los lobos me han pasado algo al moderme. Noto el brazo entumecido y débil y no sé exactamente por qué, si la herida ya está curada. Sospecho que puede ser eso, una infección, pero no soy médico.

- Yo tampoco soy medico grandullón, apenas he podido saber algo de este brazal y no tengo ni idea de que hará si lo portas contigo.

- Quien sí es conocedor en esta materia parece ser nuestro compañero Thelarion que ha descrito perfectamente que necesitas para no ser otro peludo de esos... así que será mejor que nos pongamos en marcha para conseguir esos ingredientes.

- Nos convendría enterrar a Argalad o los animales del bosque devorarán su cadáver, podemos coger prestado algo de grasa y una gota de sangre, estoy seguro de que a el no le importará esté donde esté ahora mismo.

Dicho esto el gnomo se acerca al cuerpo amputado su compañero y tras disculparse con el extrae unas gotas de sangre y corta algo de grasa con un cuchillo.

- Será mejor que nos pongamos en marcha, no sabemos más acerca de esa tal Althaea officinalis sería bueno que estuviera en este bosque o tendremos que atarte de pies y manos.

Erik hincó una rodilla en el suelo para que Thelarion pudiera acceder a su herida con más facilidad, quedándose inmóvil en aquella posición como el clérigo le había pedido. El acero candente mordió su carne, provocándole un intenso y ardiente dolor que le hizo gritar mientras tensaba todo su cuerpo en un intento de resistir el tratamiento completo.

Con la herida cauterizada, Erik se sentó en el suelo a esperar a que el dolor se disipara mientras escuchaba a Ptolomeo.

 -El ungüento es también mi primera opción, aunque también es cierto que estoy dispuesto a probar si ese brazal funciona. Lo que sea con tal de retrasar esto todo lo posible.

Cuando escuchó la sugerencia de atarle de pies y manos, el guerrero negó con la cabeza.

 -Nada de ataduras. Si no logro curarme, me mataré antes de convertirme en una de esas cosas. Así no tendréis que preocuparos si no conseguimos el remedio a tiempo.

- Ponte el brazal Erik hagamos caso a Ptolomeo, necesitarás llevarlo unas horas para que se sincronice, y si es de contención puede que contenga a la bestia que ahora reside en ti. En cuanto a esa planta no sé si puede nacer en este bosque...

La druida había estado atendiendo sus propias heridas, que también eran bastante graves, mientras escuchaba en silencio y con rostro grave todo lo que sus compañeros iban diciendo sobre el mal que afectaba a Erik.

Se pone en pie decidida, aunque los cortes que ha sufrido le duelen todavía bastante, no es tan importante como lo que afecta al guerrero.

- Quédate con el brazalete, Erik, e intenta hacerlo funcionar de alguna manera. Cuanto más lo lleves más fácil será que averigües para qué sirve. Tenemos la receta de la cura pero cuantas más ayudas mejor. Ahora vamos a ver si podemos buscar esa hierba. El tono de su voz es firme y serio, sin dudas.

Se pone a revisar la vegetación que les rodea, intentando averiguar el tipo exacto de bosque en el que están y si sería posible encontrar aquí los ingredientes que necesitan. En un momento, cuando Erik está recogiendo la sangre del cambiaformas, se acerca a él y aprovechando que el guerrero ha tenido que agacharse y por tanto está a una altura más razonable para ella, pone su cara a un par de escasos centímetros de la del hombre.

- Vamos a centrarnos en curarte. Nada de pensar ahora en matarte, atarte o qué hacer si la maldición llega a completarse. ¿De acuerdo?. Aunque la voz es un susurro, lo más baja posible para que la conversación quede entre los dos, la mirada de Kaelyn es dura, y mantiene sus ojos firmemente clavados en el único ojo del guerrero. -No sirve de nada pensar en el fin ahora. ¿Queda claro?

- Kaelyn he descansado lo primordial para recuperar mi hechizo de curación deja por tanto que te cure algo tus heridas... Dijo Thelarion viendo que estaba herida, - con tu permiso deja que te cure, y así convocó su poder para sanarle poniéndole su mano en la zona herida.