Los tres investigadores algo conmocionados hicieron lo que el profesor había dicho. Habían tenido roces con el profesor Rogers durante todo el viaje desde Arkham pero ahora lo que el decía parecía tener sentido. No podrían explicar aquello como lo de la casa Corbitt a la policía, ni siquiera con el testimonio de Parker.
Pese a todo la situación se complicó. Declararon ante la policia e incluso el hijo de Merriweather trató de denunciarles, exigiendo la propiedad de su padre, por daños y perjuicios contra la granja. Tras varios meses de juicios lograron demostrar su inocencia por falta de pruebas y lograron dejar atrás aquel infierno.
El profesor se retiró y dedicó sus últimos años a desentrañar el misterio de aquel horrible libro encuadernado en piel humana. Poco a poco fue perdiendo el contacto con el mundo exterior apartándose de los demás. Cuando, alertados por la policía, entraron en su apartamento lo único que encontraron fueron las paredes y el suelo lleno de dibujos y escritos acerca de dioses, mundos extraños pero no se encontró rastro de él...
Sybill hizo un comunicado público en la radio con la salida de su último libro "El misterio de la casa encantada". Sacó a la luz que ella era la verdadera escritora bajo el pseudonimo de hombre. Como era de esperar la opinión pública la machacó y criticó pero aquello no tuvo repercusión en las ventas de sus libros que se siguieron vendiendo como antes de que hiciera publico aquello.
No la importó demasiado por que a la salida de la entrevista le esperaba Parker, que se había retirado de la policía. Había logrado abrir un pequeño comercio con el que podía mantener a Sybill ayudado en gran medida por las ganancias de ésta. Ambos trataron de olvidar juntos los horrores que habían vivido en el pasado pero no podían olvidar todo aquello. Cada año iban a visitar la tumba del Padre Alexander Brandt y dejaban en ella unas flores. Pues sabían que habían pagado un precio muy caro para salvar las vidas inocentes que estaban en peligro por na imprudencia, un ritual, que ellos no habían cometido.
-FIN-