Cuando el agente Parker y el profesor Rogers entraron en la cafetería vieron que la mujer y el cura estaban ya allí con un café que había sido rellenado ya un par de veces. Parecían estar hablando seriamente pero os saludaron cuando os vieron entrar. No pudieron evitar mirar al profesor que tenía la ropa arrugada y alguna hoja por la camisa.
El profesor se mostraba triunfante y portaba un grueso tomo negro bajo el brazo.
Ale ya estáis los cuatro. Al fin.
Cuando entramos en la Cafetería me dirijo hacia la mesa donde estaban el Padre Alexander y la Sra. Leefolt y me siento con ellos tras lo cual me quito alguna hoja que todavía llevaba conmigo.
- Espero que la espera no haya sido demasiado larga. - digo. Por lo menos hemos conseguido nuestro propósito, ¿verdad Agente Parker? - añado con una sonrisa para dar paso a continuación a una buena carcajada.
- Tenía que ver la cara que se le quedó al Agente Parker cuando me vió salir de un Arbusto. - comento. Fué muy divertida. No se lo podía creer. - otro ataque de risa inunda la cafetería.
Alexander miró a las dos personas que entraban a la cafetería sin reconocerlas inicialmente. Fue el aspecto del profesor el que le sacó de su sopor. ¿Dónde se había metido?
Fue entonces cuando abrió los ojos después de escuchar los comentarios del profesor.
Señor Rogers, ¿qué ha hecho para conseguir ese libro que lleva?
- Mejor no quiera saberlo Padre. - le respondo. No creo que le gustase oirlo.
- Además, va siendo hora de ponerse en movimiento. - añado como quién no quiere la cosa. Todavía nos queda un buen trecho hasta nuestro destino.
En la Cafetería no pienso decirlo. ;)
Viejo estupido... Meterse encima en problemas legales...
Sybill lanzó una fría mirada al profesor. No había olvidado la discusión que habían tenido por la mañana y cada vez aguantaba menos las impertinencias de aquel hombre. Luego miró extrañada a Michael, no creía que el policia le hiciese mucha gracia verse metido en asuntos ilegales, no parecía ese tipo de persona.
-¿Realmente creen que vamos a poder leer este libro en lo que llegamos al pueblo? preguntó distraidamente sin esperar en realidad respuesta. Antes de que el profesor respondiese la joven posó su mirada en Michael e ignorando abiertamente al profesor y a sus molestas carcajadas se dirigió a él.
-Michael, ¿tendrás disponible algún coche o dependemos de autobuses?-pregunto sabiendo que aquel era un asunto ajeno a las autoridades
A Michael aún se le notaba algo contrariado, incluso habiendo pasado un buen rato desde que habían llegado a la cafetería. No dejaba de darle vueltas a lo que les había tocado hacer. Oyó los comentarios que surgían a su alrededor, pero no abrió la boca hasta que Sybill le preguntó directamente.
- Seguro que podemos conseguir un coche patrulla en la comisaría -dijo-. La verdad es que no nos vendrá mal alejarnos una temporada de aquí...
Trató de esbozar una pequeña sonrisa para que su última frase sonara un poco a broma... pero quizá no anduviese muy desencaminado.
- Sra. Sybill, no creo que nos dé tiempo a leerlo de aquí a que lleguemos a la Granja. - le digo. No obstante cualquier sitio será mejor que este.
Con esta última frase espero ser lo suficientemente contundente como para que la muy estúpida entienda la situación actual.
- Si quieren quedarse aquí de chachara háganlo. - añado. Yo me voy a mi habitación a leer este libro.
Dicho esto me levanto y me dispongo a salir de la Cafetería.
Diviertase
Desde luego no iba a ser ella quién impidiese que abandonase la mesa y, si como se imaginaba, había hecho algo ilegal para conseguir el libro mejor que no la relacionasen con ella. Sin responder al profesor puso los ojos en blanco y buscó en su bolso una analgesico que se tomó de un trago y el horario del autobus hacia Ross's Corner mirando las diferentes paradas que había antes de la misma para así hacerse una idea de la carretera que debían tomar.
Decid que haceis todos y cambiamos de escena.
El cuerpo de la escritora pareció relajarse cuando el profesor abandonó la cafetería practicamente sin despedirse. Tan maleducado como siempre pensó enfadada mientras seguía mirando las paradas del horario y se lo pasaba al policia para que mirase el recorrido.
¿Qué demonios habeís hecho? pregunto inclinando la cabeza y bajando el tono para que nadie les escuchase. Finalmente había formulado la pregunta que tenía en la cabeza desde que viera aparecer al profesor cubierto de hojas. ¿O más bien que demonios "ha hecho"?
Michael se había estado temiendo la pregunta, y se habría apostado el sueldo de un mes a que sería Sybill quien se la haría. Así que no pudo por menos que sonreír cuando sus sospechas se vieron confirmadas.
- No me hagas hablar de ello -le susurró a la joven-. Si hubieses estado delante cuando me sugirió su... plan, seguro que te habrías caído de espaldas. En fin, por lo menos salió bien y conseguimos el dichoso libro. Pero ya veremos si no tenemos problemas a la vuelta...
El policía había estado todo el rato dando vueltas a aquello. Sin embargo, era indudable que detener al monstruo que sin duda estaría suelto a saber dónde era mucho más importante que sus empleos o su libertad. Aunque claro, aquello tampoco le consolaba demasiado...
- Bueno, mejor que nos preparemos para ponernos en marcha -dijo finalmente encogiéndose de hombros.
-Por mi parte está todo preparado. Estoy lista para partir, ya sea en coche o en autobús.
Aquello era verdad, la noche anterior, la joven practicamente no había deshecho la pequeña maleta de mano que la acompañaba en sus viajes. No era muy dificil deducir que tendrían que abandonar rapidamente el hotel para cazar nuevas quimeras. Además, ahora que sus sospechas habían quedado confirmadas, quería largarse cuanto antes de la ciudad. Aunque no tuviese nada que ver con el robo, si la interrogaban saldría a la luz su estado civil. Y si sus compañeros se enteraban, prefería que fuese por ella, no por un policia en una comisaría. Además, había algo que la hacía desear confesar la verdad.
Entro en la cafetería y digo mientras levanto el libro.
- ¿Viene Padre? Seguro que le resulta interesante esto.
Pero qué estamos haciendo.
El padre Alexander no salía de su asombro. Por lo que habían insinuado tanto el profesor como el agente no habían conseguido aquel libro por medios lícitos. No podía verla, pero su cara debía ser un fiel reflejo de lo que estaba pensando y sintiendo. Con resignación miró el libro que el profesor sostenía en sus manos.
Tal vez sea la única forma de acabar con todo esto. Supongo que cuanto antes acabemos con esto, antes podremos devolverlo.
Eh, sí profesor. Será mejor que echemos un vistazo a ese libro. Y que Dios nos ayude.
La última frase fue más bien un susurro, e incluso podía distinguirse un pequeño deje irónico.
El profesor y el cura pasaron parte de la noche tratando de leer el libro. Era demasiado grande y tardarían varias semanas en poder estudiarlo a fondo pero pudieron comprobar que lo que habían leído sobre él era cierto y confirmaba lo dicho por Allen sobre el animal atrapado en un ámbar. Hablaba sobre muchas tradiciones árabes pero no lograrían sacar más en claro pro lo que pasada la media noche decidieron ir a dormir.
Haced una tirada de cordura. Si la fallais perdeis 1d3 puntos de cordura. Esto no es por leer el libro si no por daros cuenta de que todo aquello que habíais leido en las cartas y demás resulta ser mas real y oscuro de lo que imaginabais.
Hacedlo solo para el director, claro.
---Siguiente escena---
Motivo: Cordura
Tirada: 1d100
Dificultad: 75-
Resultado: 31 (Exito)
El Máquina del Profesor (seguro que el cureta falla la tirada). XD
¿Tanto tiempo leyendo libros en Latín no me da Bonificador? XDD
Si te los lee el cura! XD
Michael y Sybill se dirigieron juntos al lugar donde se hospedaban tras una agradable charla en el camino debatiendo lo que había ocurrido con el profesor y compartiendo la preocupación por todo el asunto que tenían entre manos. A la puerta de sus habitaciones se despidieron el uno del otro y se durmieron, listos para salir al día siguiente hacia Ross Corner's.
---Siguiente escena---
Bueno pero de ver y escuchar tambien se aprende. XDD
El alma de Alexander parecía estar acostumbrándose a aquella oscuridad que se cernía sobre ellos. No le sorprendió sobremedida que lo que sabían se viera confirmado por lo poco que pudieron leer en aquel libro.
Motivo: Cordura
Tirada: 1d100
Dificultad: 54-
Resultado: 27 (Exito)
Revisa que la tirada esté bien.