Partida Rol por web

Guardó los papeles que tenía sobre la mesa. - Yo también tomaré te, gracias y miró inquisitiva a Hanah. Buenos días querida, ¿qué tal has descansado hoy?

-Éste sitio me pone los pelos de punta- dice Hellen mirando el mausoleo de reojo y echando un vistazo a su alrededor.

-Me recuerda a las novelas de terror tan de moda últimamente. Deberíamos volver a la mansión -.

El aspecto de la plantación era desolador; mucho peor de lo que esperaba John. Era obvio que hacía años...muchos años que nadie trabajaba estas tierras. El estado de abandono de las casas era evidente y tan solo aquel mauselo parecía haber sobrevivido al paso del tiempo. Evidentemente, debido a los materiales de que estaba construido.

-Sí, será mejor volver. Seguir nuestro paseo no nos hará ningún bien, me temo.

La mujer te mira -Gracias por acompañarme querida- y hace un gesto para que seas tu la que se acerque y se siente más cerca. -Bueno, no me gustan las tormentas, y menos en una casa vieja como esta, no he descansado demasiado, pero he dormido un poco- dice con voz cansada, de haber realmente dormido poco.

Si bueno reconozco que puede tener su encanto, pero yo me he vuelto muy urbanita, Ya sabes, los teatros, las boutiques. Todo lo que nos gusta a nosotras está en al ciudad, y las herramientas y los bichos, vamos lo que les gusta a ellos, aquí en el campo.

-Cuanta razón tienes hija- dice dibujando una leve sonrisa en su rostro, que se esfuma de forma fugaz. -¿Como va el articulo que dijo estaba preparando? ¿Son todos esos papeles?- dice intentando sacar un tema de conversación más animado e interesante.

- Sinceramente, ensoñaciones de una tonta querida, no me dejan más que redactar y firman otros, así que lo que escriba acabará en la papelera, pero quería mantenerme ocupada esta mañana y por eso este papeleo.

Tras una breve charla sobre que escribe Sonya y quien lo publica, tras un breve paseo llegan nuevamente a la casa Hellen y Jonathan a la vez que el criado trae la tetera con un par de tazas. El hombre mira a los recién llegados a modo de preguntar si ellos también querrán una taza de té.

Jonathan hizo un cortés gesto invitando a Hellen a pasar primero al interior de la casa, tras lo cual siguió a la mujer.

-¡Oh!, si. Gracias-contesta sonriendo al criado cuando percibe su mirada-.

El hombre buscó un sitio donde sentarse y luego miró a su amigo.

-Enhorabuena. Las tierras de esta zona son fértiles. La parte mala es que han estado demasiado tiempo abandonadas y requerirá mucho tiempo y trabajo hacerlas productivas.
 

-No, gracias Gullah, quizás en otra ocasión- contesta al criado mudo mientras se acerca a Sonya.

-¿Qué tal querida? ¿Has podido, hacer "cosas de periodistas"?- pregunta con una sonrisa a su amiga mientras hace el gesto de comillas con los dedos. -Nosotros hemos podido echar un vistazo a la plantación y la verdad es que da escalofríos... todos esos edificios en ruinas... y el mausoleo... eso si que pone los pelos de punta- dice mientras se frota el brazo.
 

- Sí, bueno he hecho poco más que ordenar y clasificar mis notas, le contaba a Hanna que no creo que me publiquen nada de nada mi jefe o el Director del periódico. Me tienen haciendo el trabajo sucio y se llevan la gloria, es tan típico.

Tras negar con la cabeza se giró hacia la señora Butler de nuevo.

Espero querida que reflexionéis sobre plantar nada aquí y regreséis  a Boston.

Jonathan asintió.

-Desde luego, hay mucho trabajo que hacer aquí y lo primero sería contratar gente. Harán falta semanas de trabajo para que esto vuelva a funcionar y...unos tres meses para que podamos ver las primeras cosechas...suponiendo que podamos tener preparado el terreno a tiempo para la siempra. La vida en el campo puede hacerse muy dura para quien no está acostumbrada a ella.

-Jonathan, hablas como si tuvieras pensado quedarte aquí. ¿No tienes responsabilidades que atender en Boston como para emplear tu tiempo en intentar levantar ésta plantación de la ruina en la que está sumida?- pregunta sin mucha sorpresa en su voz. Sabía de las intenciones de los hombres de remodelar la finca, pero pensaba que podrían haber cambiado de opinión tras una noche de descanso.

Jonathan mira a Hellen un tanto confundido por su interpretación.

-¡Oh!, no. No podría quedarme. Pero he arreglado las cosas para ausentarme durante una semana. Mi intención es ayudar a nuestro amigo común a encauzar las cosas. Ver qué se debe hacer y orientarle. Luego ya es cosa suya.