Partida Rol por web

Erebus

Escena II: Una Odisea Ártica

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19/02/2013, 20:30
Jacques Goubert

Jacques se inclinó sobre el cuerpo magullado del marino dispuesto a terminar con la vida del pobre desgraciado. “No sería buena idea disparar dentro de la aldea”, pensó y sacó un afilado puñal de su funda. Con un movimiento rápido de muñeca cortó el cuello del pobre Danton.
“Se acabaron las preocupaciones para ti, pobre idiota”
El soldado se levantó justo en el momento en el que el doctor,  pálido y con la cara desencajada por el terror, señalaba al techo e insultaba a los indígenas y Jacques no pudo evitar dirigir la mirada hacia el lugar al que apuntaba Tessier…y entonces comprendió la actitud de su compañero: la mano del marino pendía envuelta en plumas sobre sus cabezas.
¿Cómo no me di cuenta antes?, pensó
“Vamos, Catalina. Saque al doctor de aquí y salgamos corriendo…ya les dije que no era buena idea venir hasta aquí”, dijo, al tiempo que empuñaba con fuerza y decisión el mosquete.

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20/02/2013, 14:31
Ojo-de-Cuervo

"¿Regalos?", pensó Ojo-de-Cuervo, completamente asqueado, "¿Acaso este pobre hombre era un regalo?". Bruscamente, el algonquino salió fuera de la tienda apartando a todos y cada uno de los que le cerraban el paso. Necesitaba aire fresco, aire libre de podredumbre.

Una vez fuera miró al cielo... o a la capa blanquecina de nubes que ocultaban el viento puro y traía, en cambio, a horribles espíritus como Wendigo. La imagen de sus ojos taladrándole la mente le asaltó de nuevo. Se arrodilló y se golpeó la cabeza en un intento de alejar las pesadillas... pero ahora venían cargadas de nueva información. No era Wendigo sino el moribundo Danton quien le miraba sin ojos, quien le acusaba, quien le prometía volver a por él y llevárselo... como un presente. Se clavó las uñas en las palmas de las manos para que el dolor físico se llevara el dolor mental, pero la sangre que salió de los cortes no consiguió sacarse de la cabeza esos orbes brillantes.

Necesitaban de medicina poderosa para acabar con aquel mal, para huir de él, para sobrevivir a él. O todos acabarían como el cadáver de la tienda, un muerto que se cree vivo todavía.

Notas de juego

¿Hay algún modo de acceder a mis Vidas Pasadas? ¿He de hacer algún tipo de ritual?

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04/03/2013, 13:21
Director

Notas de juego

Supongamos que Ojo de Cuervo debe únicamente serenarse y rezar. Y hacer una tirada de Inteligencia+Ocultismo. Algunos aditamentos como aislarse, ayunar, bañarse en un lago helado, consumir peyote, etc, bajan la dificultad de la tirada. Pero te voy a otorgar un éxito automático por la idea.

¿Qué pretendes más concretamente? ¿O de otro modo, en qué crees que te pueden ayudar tus antepasados, dada la situación?

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04/03/2013, 19:29
Ojo-de-Cuervo

Notas de juego

¿Qué pretendes más concretamente? ¿O de otro modo, en qué crees que te pueden ayudar tus antepasados, dada la situación?

Memorias, consejos, algo... El miedo atenaza mi corazón y la incertidumbre hace presa de mi raciocinio. Ignoro si alguno de mis antepasados se las ha visto con algo semejante en algún momento del pasado, cuando los espíritus no conocían bien al hombre y éste tampoco los comprendía. Cuando, tal vez, el mundo era todo él igual a lo que actualmente rodea a la partida de rescate.

Si es necesario, me quedo en pelotas y me baño en nieve helada.

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04/03/2013, 21:33
Director

Notas de juego

OK. Voy pensándome a ver qué te dicen los ancestros... De momento vamos a seguir la acción, porque creo que tu personaje hará falta. Como tendréis en breve un momento de reflexión y recogimiento (espero que no echéis a correr todos por el ártico durante la noche), Ojo de cuervo podrá sentarse a rezar al Gitchi-Manitú y a sus antepasados (si te decides por un rito que incluya bañarte en pelotas en nieve helada, cambiamos Inteligencia+ocultismo por Resistencia+Ocultismo... pero agárrate como falles XD).

Por cierto que la traducción de la voz algonquina Gitchi-Manitú no es únicamente Gran Espíritu, sino también Gran Misterio y, muy apropiadamente en este caso, Gran Conexión XD

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04/03/2013, 21:41
Director

El sol desaparecía rápidamente por el horizonte, cubriendo de sombras alargadas el poblado. Cuatro mujeres cargando grandes fardos llegaron siguiendo a un hombre vestido con una extraordinaria piel blanca, que se confundía con el gris pálido de sus propios cabellos. El hombre saludó a los extranjeros mostrando las palmas de sus manos, estudiándolos cuidadosamente con la mirada sin despegar los labios. Luego todos entraron inmediatamente en el cobertizo sin mediar palabra, dejándolos allí.

Notas de juego

Quien desee volver a entrar, que me lo diga.

Si deseáis vagar un poco por el poblado, adelante también.

Si deseáis hacer cualquier otra cosa, indicadlo.

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04/03/2013, 21:44
Director

Los indígenas se miraron sorprendidos, por la acción de Goubert, mientras la sangre de Danton manchaba las mantas que cubrían su cuerpo. Los dos hombres intercambiaron algunas palabras y sacudían la cabeza con extrañeza.

La mujer se aproximó velozmente al soldado y tomó el cuchillo de su mano. Lamió la sangre que cubría la hoja y estudió, sorprendida, el brillante acero antes de devolvérselo mansamente con una sonrisa infantil.

Las pieles de la entrada se apartaron, y el frío polar penetró en la calurosa choza. Un hombre, ataviado con una magnífica piel blanca, entró y saludó a todos mostrando las palmas de sus manos. Tras él, cuatro mujeres entraron también portando fardos que comenzaron a desempaquetar nada más acceder al interior.

El recién llegado miró el cadáver de Danton y comenzó una conversación con los otros dos varones, que contestaban a sus preguntas con voz respetuosa. Se despojó de su abrigo de piel de zorro polar, dejando al descubierto sus cabellos grises. A medida que hablaban, el hombre miraba a los extranjeros, estudiándolos, y fue envolviendo parsimoniosamente el cadáver en sus pieles, dejando fuera del sudario su única mano, retorcida y ennegrecida por el frío.

Mientras, las mujeres envolvieron el barrilete en una manta y lo alejaron un poco del centro de la estancia. Repartieron un buen número de mantas y pieles por la sala y extrajeron pescado y carne seca de sus bultos, situándolo sobre el barril. El olor del guiso empezó a llenar el aire. A una indicación de una de ellas, los indígenas tomaron asiento en el centro de la estancia formando un círculo, indicando con gestos a sus huéspedes que hiciesen lo mismo. La cocinera distribuyó cuencos de hueso entre todos. El cuerpo del difunto quedó en medio como un macabro invitado de honor, asomando sus dedos engarfiados entre las pieles.

Notas de juego

Señor Goubert, la piadosa acción de rematar a Danton requeriría una tirada de Humanidad (no deja de ser el asesinato a sangre fría de un inocente indefenso). Dado su historial de crudeza y desmanes bélicos, la pasaremos por alto ;)

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05/03/2013, 12:03
Jacques Goubert

Jacques aferró con fuerza el arma al tiempo que miraba nervioso a sus compañeros. Incluso para alguien como él, carente de escrúpulos, era incomprensible la reacción de los indígenas: no había duelo por la muerte del marino como tampoco lo había habido para el miembro de la tribu que había sido muerto por el certero disparo de Ojo-de-Cuervo. En lugar de lloros, rezos, indignación y dolor solo había tranquilidad, parsimonia e indiferencia ante lo ocurrido. Aquellos seres eran tan fríos como el medio en el que habitaban.
“Yo no pienso quedarme ni un minuto más aquí, ni loco compartiría mesa con estos humanoides…además, nuestra misión ha terminado: Danton está muerto y nosotros deberíamos volver al barco”, dijo a sus compañeros al tiempo que salía de la choza.

Notas de juego

Cierto, querido Master. Pido disculpas y agradezco que se tenga en cuenta el historial del soldado para pasar la tirada por alto ;-)

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05/03/2013, 12:30
Ludovic Tessier

La mandíbula del médico se apretó tanto que era sorprendente que sus dientes no estallasen.

-Guíenos, señor Goubert -clamó, sin dejar de mirar a los salvajes con rabia sostenida-. Señorita, no se quede atrás...

Sin perder ni un segundo más, salió de la tienda, tomando aire. Buscó con la mirada a Ojo-de-Cuervo, a Adrien, dispuesto a salir de aquel malhadado sitio enseguida. No pasaría ni un segundo de más entre... Ninguna de las palabras que pensó era merecedora de definir a aquellos salvajes...

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06/03/2013, 10:31
Director

Cuando el soldado levantó las pieles que cubrían la entrada, una nueva bocanada del viento polar le golpeó el rostro. Después de haber pasado unos minutos en el calor, aquel gélido mordisco le resultó casi reconfortante. Sin embargo, las largas sombras comenzaban a fundirse en un nuevo ocaso ártico. Apretando los dientes, Goubert maldijo su suerte. No lograrían avanzar mucho antes de que anocheciese totalmente, y viajar de noche por aquellas tierras, incluso con el mejor de los guías y el tiempo más apacible, significaba jugar con la muerte.

Notas de juego

¡Je! Creo que se os olvida que lucháis contra uno de los climas más duros del globo...

Este inciso-aclaración no representa, evidentemente, un nuevo turno, pero podéis repetir post con nuevas iniciativas.

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06/03/2013, 14:37
Ojo-de-Cuervo

Más tranquilo una vez pudo escapar del ambiente recargado de la tienda, se di cuenta de que LeBrun también había salido. El algonquino miró hacia atrás, a la choza. A saber lo que estaría sucediendo. No tenía muchas ganas de volver allí, pero bien cierto era que el guerrero encuentra el valor enfrentándose a lo que no quiere enfrentarse.

Saludo con la cabeza al joven y regresó al sofocante interior de la tienda.

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06/03/2013, 16:29
Jacques Goubert

“¡Maldición!... ¡Maldición!... ¡Maldito lugar y maldito Danton!”
El soldado gritaba y pateaba el suelo helado maldiciendo su suerte y la de sus compañeros. Su rostro se encontraba totalmente desencajado y enrojecido por la ira, pues sabía que la oscuridad de la noche les obligaría a permanecer con aquellos salvajes. Trató de tranquilizarse respirando hondo, pero el gélido viento penetró en su garganta con la fría punzada de un cuchillo bien afilado que se abría paso en su interior rasgándolo por dentro, intensificando así la rabia del soldado, que se tiró al suelo dando manotazos en la nieve y llorando hasta que, por fin, se hubo calmado.
“Doctor,-dijo poniéndose en pie- nos será imposible avanzar de noche…temo que habremos de quedarnos con estos salvajes”

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06/03/2013, 16:55
Ojo-de-Cuervo

Al volver a entrar en la tienda y cruzarse justo en el camino de Goubert, Ojo-de-Cuervo entendió perfectamente la frustración del soldado. Le sujetó del brazo en un intento de llevarle calma.

-Tranquilo, Goubert. La ira no nos llevará a ningún lado -le recordó-. Saldremos de aquí -les dijo a los demás-, pero no ahora. No con la que está cayendo. Comed -les instruyó con sequedad.

Sin decir más, entró del todo en la tienda. A pesar del cadáver infortunado de Danton, a pesar de lo grotesco de la situación, sin duda alguna había algo que no podía  dejar de ser su estrella guía: la supervivencia. Así pues, el montaraz se acuclilló y aceptó un cuenco de guiso. Prefirió no pensar en sus ingredientes y, en cambio, eligió centrarse en entrar en calor y llenar su estómago. La perspectiva de la noche que le esperaba le indujo a prepararse para lo quiera que fuera a venir. Quién sabía cuándo podrían volver a comer caliente.

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06/03/2013, 21:31
Catalina d'Uberville

Catalina se sentó con el grupo y trató de integrarse en el entorno. No era la primera vez que participaba de algo así. No obstante, el clima es algo que la preocupa. Han encontrado a Danton, y está muerto. Deberían volver al barco, pero ahora ellos mismos están varados en la aldea... ¿cuánto tiempo dijeron que les esperarían?

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06/03/2013, 22:09
Ludovic Tessier

-Por las arterias de Vesalio -maldijo el doctor, mirando a un lado y al otro. Al llegar, aquel lugar le había parecido una joya: tan interesante como brillante. Ahora todo era oscuridad-. Seguro que será una noche tranquila entre gente civilizada... -masculló, regresando a la tienda. Sentándose junto a Catalina, cruzó los brazos, negativo-. ¿Dónde están Adrien y su perro?

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06/03/2013, 22:15
Director

Notas de juego

Je. Cuando su jugadora me lo indique, os diré que Adrien y su perro estaban en la puerta (o no) o que entraron mientras los indígenas preparaban al muerto y la cena (supongo que será esto último, aunque nunca se sabe). Ha habido un pequeño desfase temporal...

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07/03/2013, 12:05
Director

Cuando regresaron al interior, los indígenas les sonreían débilmente, claramente confundidos por los exabruptos de los blancos. Las mujeres continuaban afanándose en su guiso, que adquiría un olor cada vez más apetitoso después de la larga jornada de marcha a través del hielo y la nieve.

-¿Dónde están Adrien y su perro? -inquirió el Doctor.

-Se han marchado. Volverán -respondió Ojo de Cuervo, de nuevo tan inescrutable, conciso y flemático como de costumbre.

 

Notas de juego

Pues mira por donde, Adrien ha decidido ir a dar un paseíto. El Polo Norte está lleno de sorpresas, oiga.

Para aclarar las dudas de la baronesa, cito al Capitán Bourmont:

[...] Si el Erebus quedase libre antes de que regresaran las partidas de búsqueda se les aguardará un mínimo de cinco días, siempre en tanto la meteorología lo permita. [...]

Hale, a disfrutar de la velada.

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07/03/2013, 13:06
Director

Harald saludó efusivamente a su amo, moviendo la cola como un cachorro. El aire frío del ártico hirió el rostro de Adrien, pero sirvió para apaciguar su espíritu. Incapaz de regresar al lastimoso espectáculo que Danton ofrecía, comenzó a caminar por entre las casas más que medio enterradas en la nieve, decidido a aprovechar los últimos ratos de luz y todo el tiempo posible fuera de aquella cabaña.

La mayoría de los indígenas se habían recogido para pasar la noche, pues el frío comenzaba a hacerse severo. Sólo algún rezagado se cruzó en el deambular del joven, y se limitó a mirarle con su sonrisa amenazadora antes de escapar de los gruñidos del terranova. Adrien observaba las estrellas que comenzaban a mostrarse, su peculiar brillo y su innatural alineamiento. De cuando en cuando alguna risa opaca le llegaba desde el interior de las chozas, pero por lo demás parecía estar solo en el poblado.

Un poco después alcanzó una zona llana y abierta. Estaba, recordó, en una especie de tosca plaza hacia el centro aproximado del poblado. A su derecha vio, cubierta de nieve y adornada de carámbanos, una pared de piedra oscura, más alta que las cabañas circundantes. Aunque muy maltratada por el clima y derruida en parte, se mantenía vertical con una especie de orgullo arquitectónico. El dintel de una ventana se había desplomado, pero lo que había sido una puerta permitía atravesar el muro con comodidad y asimismo percibir que el techo había también desaparecido. Por toda la fachada, asomando entre la nieve, se percibían rastros de grabados imposibles de interpretar.

Adrien cruzó el marco como quien accede a un recinto sagrado, al interior de una ruina egipcia, un templo griego o a un círculo de piedras celtas. Los siglos, el viento y el hielo habían acabado por arrebatar su grandeza, su propósito y casi su forma, pero aún se percibía en el lugar un venerable pálpito de antigüedad, de edad, de vida.
 

Notas de juego

Te noto una cierta obsesión por las estrellas, ¿no? Bueh, a otros les da por chupar candados...