No tenia? O.... entonces me sorprendo y busco en shizuka alguna pda que me sirva y si no le digo a lev que le avise a kokoa
Shizuka tampoco tiene PDA :(
Doble Oooo. Jajaja pues le digo a Lev que le avise a Kokoa.
- Lev me voy a buscar a Saigo. Ponte a Salvo con Koko- saco el cuchillo del pecho de Jun y me encamino hacia la salida con muy mala cara.
Salgo de la cabaña armada con la cadena y el cuchillo en la mano, la mochila en la espalda y una sensación de vacio en el pecho. Busco cualquier rastro de Saigo y Nozomu.
Me acabo de dar cuenta de que como no tengo PDA no puedo saber que Saigo ha muerto asi que omitan eso de mis post
Encuentras un rastro que lleva hacia el bosque...
No conseguía ver nada, salvo por los mensajes de Saigo por la PDA no sabía qué estaba pasando y temía caer en una trampa si salía fuera. De pronto, la PDA vibró y vi sorprendida que alguien había acabado con Shizuka y Yona. Yona no me importaba, pero Shizuka...
- ¡Saigo! ¡Esa bruja era mía! - inflando los mofletes corrí de nuevo a la ventana tratando de ver algo. ¿Qué demonios estaba haciendo y dónde estaban? ¿Necesitaría ayuda? ¿Dónde estaban Kim y Lev? ¿Estarían bien?
La PDA volvió a sonar y el mensaje de voz de Saigo llegó.
- Pero espérame - traté de salir corriendo para ir a ayudarlo. Apenas tardé unos instantes, salía ya por la puerta cuando la PDA volvió a vibrar una última vez, en realidad, dos veces, casi seguidas.
Alcé el aparato para ver qué ocurría y me quedé petrificada. Di un par de pasos tambaleantes hacia atrás. La puerta se cerró de nuevo mientras mi PDA caía de mis manos temblorosas.
- Sa...Saigo... - con otro par de pasos alcancé una esquina donde me dejé caer al suelo sin terminar de creerme lo que estaba ocurriendo. Derramé un par de lágrimas, pero a parte de eso mi expresión permaneció casi imperturbable, como si una intensa tristeza me hubiera arrebatado cualquier sentimiento que pudiera tener.
Permanecí durante lo que me parecieron horas allí, mientras anochecía y las sombras se adueñaban de la estancia. Mi rostro pálido y ligeramente sucio a causa del polvo, miraba hacia la nada como si de una muñeca se tratara. Ni siquiera los nuevos recuerdos que acudieron a mi consiguieron arrancarme de mi estado, hasta que una triste y nostálgica sonrisa iluminó momentáneamente mi rostro.
- Nozomi, al final sí que eras mi amiga, no eras parte de aquellas personas... te hecho de menos... - el imperturbable gesto se rompió entonces en dolor y gruesas lágrimas resbalaron por mi mejilla - ¿qué debería hacer, Nozomi? Ya no sé a quien debería creer o ayudar...
Pero tu, pequeña, tienes lo mejor de cada mundo, eres humana y eres sangreazul ahora, así que no es que seas nada, sino que lo eres todo. Ambos bandos son horribles, pequeña, pero tu tienes la oportunidad de vivir en el que te parezca mejor... O renunciar a ambos.
Las palabras de Nozomi resonaron en mi cabeza. Durante unos segundos no hubo cambio en mi, mas mi rostro fue adquiriendo una expresión decidida.
- Entonces, elegiré renunciar a ambos - mi mirada se clavó en la PDA que se había quedado olvidado en el suelo, en mitad de la estancia.
Me levanté y lo cogí. Mis movimientos eran seguros, sin un ápice duda. Lo encendí y mandé un mensaje.
Tras mandar el mensaje miré fuera de la ventana.
- Saigo, puede que fueras de los Sangre Azul, pero eras mi amigo. Te vengaré - dicho esto, guardé la PDA, afiancé la chapa de metal bajo mi ropa y me aseguré de que llevaba los trozos de cristal y el cuchillo.
Después, salí a la calle.
Al recibir el último mensaje de Yoki me puse a olisquear la PDA como si algo no oliera bien.
- Puedo olerlo... el nauseabundo hedor de una trampa, ¿cuan tonta se piensan que soy? Soy una niña, no una tonta. ¿Quien se pondría ebrio en esta situación? Creo que ni siquiera había bebidas en Oasis. Es posible que Nozomu tenga la PDA de Yoki, como hizo con Jun.
Tomé la PDA y escribí un nuevo mensaje.
Con un suspiro, miré al cielo y escribí un mensaje. Tranquila conmigo misma, tiré al suelo los trozos de metal y cristal que había guardado, excepto un trozo de cristal y el cuchillo de Nozomi por si acaso. Me aseguré nuevamente de la chapa que cubría mi pecho y salí hacia el bosque camino a Oasis.
Voy a Oasis, hacia la verja, tratando de estar oculta entre la vegetación.
Lev dejó su PDA y resopló segundos antes de salir del baño de la "casa" de Kim. Cuando se asomó a la casa, todo se había vuelto dantesco... siempre pensó que esta vez sería distinto, que esta vez lo haríamos mejor, que sería diferente. Pero no, nos volviamos a matar entre nosotros...
Nunca íbamos a cambiar. Nunca.
Lev se va con su cuchillo de cocina hacia las afueras de Oasis..