Buenas noches la noche ha llegado. ¿Queréis comer algo o ir directamente a las habitaciones?
Ely se puso mala sólo de pensar en comer. Saludó al tabernero con una sonrisa forzada y aceptó la cena a regañadientes: -¿Tiene una manzana o un par de galletas?- Suplicó con cara de asco.
Su interés estaba en los dos hombres de Madame Eva.
-Sabes Zack, tal vez esos dos nos digan si la vidente es capaz de identificar nuestros hallazgos sin necesidad de ir hasta su campamento- Susurró con precaución de no mencionar la espada en un lugar público.
La pálida muchacha se acercó a saludar a los feriantes con exquisita educación y les preguntó: -¿No conocerán a Madame Eva por un casual?-
Ely espero a una respuesta afirmativa para añadir: -¿Sabe si es capaz de identificar objetos mágicos?- preguntó enseñando una poción para no despertar mayores sospechas.
La joven se despidió con una hermosa sonrisa y regresó con Ashlyn
-Tengo que preparar mis conjuros y demás para mañana, No pierdas ojo de Irina por favor. Te relevaré antes de que amanezca.-
- Sí, yo comería algo antes de ir a dormir.- Me aseguro de que el tabernero acompañe la cena con una buena jarra de vino y aprovecho el rato para reposar y reponer fuerzas. Escucho la conversación que mantiene la clérigo con los hombres del campamento de madame Eva mientras lleno las tripas y caliento el cuerpo, el ánimo y el espiritu con un par de buenos tragos.
Terminada la velada, cuando todo el mundo decide retirarse ya a disfrutar del merecido descanso, hago lo propio y me dirijo a la habitación que me ha sido asignada.
Alcanzo a Ely de camino a la habitación.
-¿Querréis acompañarme a contemplar las estrellas esta noche?-
Aunque mi primera respuesta hubiese consistido únicamente en un extrañado alzamiento de la mirada al cielo para cotejar que difícilmente se haya podido ver en tiempos otra cosa que no sea la densa niebla en toda su variedad de tonalidades grisáceas, y en un inquisidor enarcamiento de cejas esperando una explicación más amplia de la propuesta que nunca llegó, la verdad es que el gusanillo de la curiosidad me ha estado rondando por dentro desde entonces. A saber qué narices le estará rondando por esa cabecita suya.
- Creo que un paseo para bajar la cena me sentaría bien. Si todavía sigue la oferta en pie, claro.
Sí, sí... claro que cenamos. ¡Posadero! Mira lo que te digo... a mí ponme carne. De la carne que sea. Los jóvenes necesitamos alimentos contundentes para mantener la energía.
En Tepest se dice: "lagartos electrizantes se comen mil guisantes, hambrientos dragones se comen todos los chuletones". Y Walt era más dragón que lagarto, así que quería su buena ración de bistecs. Además, con lo que había cavado y matado hoy, tenía doble motivo para celebrarlo con una comilona.
Y de beber, leche. No añoras la leche hasta que estas diez años viviendo en las montañas.
Los planes de Walt incluían irse a su habitación después de la cena, y rememorar qué era eso de dormir en una cómoda cama.
-Vuelvo enseguida- Comentó Ely cuando todos estaban retirándose a sus habitaciones.
La clérigo miró a un lado y otro de la calle y aguardó al fresco junto a la empalizada antes de desaparecer en la espesa bruma.
* * *
-Quiero mostrarte cosas marivillosas, Reluë- Dijo al semielfo cuando se reunieron en el exterior de la posada. Los ojos de la muchacha relucían de emoción. -¡Honraré a mi diosa y serás testigo!-
Esas palabras empezaban a sonarle familiares a Reluë, pero la chica ejecutó un conjuro de círculo contra el mal y echó a correr antes de que pudiera preguntar más.
La clériga solo se detuvo al llegar a la iglesia. Lanzó un segundo conjuro para esconderse de los muertos y entró por delante de su compañero, con su lanza preparada. -Gracias por estar aquí. Es muy importante para mí- Susurró al mago antes de adentrarse en la oscuridad.
Ely registró de nuevo la planta baja y a continuación bajó al sótano donde habían fallecido sus compañeros luchando contra Dánovich y su desgraciado hijo. Llevaban un día muertos y el dulce aroma a putrefacción empezaba a inundar el sótano.
Los ojos de Ely destellaron en la penumbra -Ya están en su punto- Sonrió como si hablase de fruta madura.
-Quiero sustituir a Marcus por otro fiel compañero que nos proteja- Explicó al fin. -Pero esta vez podría ser suficientemente fuerte como para enfrentarnos a Strhad- Dijo sacando el Liber Blaspheme y mostrándole una de sus páginas. La joven se sentó junto al mago y confesó sus deseos y temores: -Además…Me siento muy sola. Necesito llenar ese vacío, pero no puedo esperar a que Walt o tú os muráis para haceros míos de esa manera- Explicó con toda naturalidad. Entonces su tono se entrecortó: -…De hecho, me gustáis más vivos- Admitió al fin.
-Eres el único que me comprende- Dijo abrazándolo.
La mujer volvió a ocultar sus extraños sentimientos bajo una máscara de frialdad y colocó frente a ella sus símbolos sagrados.
-He de preparar mis conjuros. Necesitaré una hora-
Tras rezar, ejecutó un conjuro de comprensión idiomática y descifró los textos del libro que aún no había asimilado.
Ely señaló a los caídos: -Elije quien quieres que sea-
Se hizo un largo silencio y añadió: -Rannhart sería la opción más discreta por su estatura y porque que nadie del pueblo lo conoce, pero respetaré tu decisión- Explicó como si fuera un honor condenar a alguien a ser un títere de la estrafalaria nigromante.
La joven maniató el cuerpo con todas sus fuerzas y después comenzó el terrible ritual con la ayuda del libro y su instrumental médico.
-Nunca he despertado nada tan poderoso- Confesó sobrecogida y agradeció que el mago pudiera ayudarla.
Finalmente Ely reanimó el cuerpo entonando el último salmo y el cadáver se estremeció bajo las sogas.
-Shhh, Shhhh. Ya está corazón. Estoy aquí contigo- Susurró dulcemente, acariciando su cabeza descolorida.
-Eres Jack. Jack “el conquistador” ¿Puedes repetir tu nombre?- Preguntó Elyzabth con una mezcla de euforia y temor.
-Los zombis normalmente no hablan- Explicó al semielfo. -Si este lo hace, habremos hecho historia, mi querido Reluë-
Otro rasgo de los zombis era su absoluta fidelidad nacida de su ausencia de cerebro. Los Blasfemos por contra, eran tan astutos como poderosos y comandar uno era tan emocionante como aterrador.
No sé si es Blasfemo o un simple zombi. Si es lo primero…¿Está bajo mi control como Marcus?
Mañana termino el relato (disfraz y vuelta a la posada)
El grupo finalmente se encaminó hacía la posada para poder reposar y recuperar fuerzas. El semiefo pidió de cenar y Don Urik se sentó a su lado, compartiendo el vino.
Mientras masticaba, volvió a fijarse en la espada que colgaba del cinto de Ashlyn, supuestamente, era una parte importante para acabar con Strad.
-Así que estamos un paso más cerca de tener alguna posibilidad... -dijo casi para si mismo.
[Continuación]
Tras examinar el cadáver, la expresión de Elyzabeth se fue relajando. Liberó al ser de sus ataduras y una sonrisa triunfal se dibujó en el rostro de la muchacha. El cadáver por el contrario tenía un aspecto mortecino y olía a los productos alquímicos de la clériga.
-Esta es mi parte favorita- Confesó Ely frotándose las manos. La joven desplegó su set de maquillaje y disfraz y comenzó a acicalar al no-muerto.
-Los bigotes me encantan- Sonrió encolando un mechón de pelo bajo la nariz y rizando las puntas.
La elección de la colonia era capital para la muchacha y preparó varias mezclas para que el semielfo escogiese “la mas varonil”. La parte que más confundió al mago fue la indumentaria. La levita negra y el sombrero de copa recordaban a Zack, pero el exceso de colorete y el monóculo le daban un aspecto distinguido.
Tras recoger sus estuches, Ely volvió a abrazar a Reluë. -Ahora debemos pensar cómo presentar a Jack a los demás- Dijo con voz triste. -Las gentes sencillas no toleran los tonos grises que hay entre la vida y la muerte. Tenemos tanto por enseñarles…- suspiró.
* * *
Elyzabeth y Reluë regresaron a la posada entrada la noche. Iban acompañados de una tercera figura. Era un hombre de brazos y cuello alargados. Vestía una levita negra y un pañuelo anudado al cuello. El sombrero de copa le hacía parecer aún más esbelto. Tenía un bigote respingón y un monóculo que sujetaba con expresión impertérrita.
-Hemos reclutado a Jack para ayudarnos en nuestra cruzada- La clériga se esmeró con las presentaciones de sus compañeros, pero el hombre se mantuvo en silencio con expresión hierática.
-Ejem…Jack es el primo rico de Marcus. Un partidazo, así que no me lo espantéis con preguntas incómodas. Voy a equiparlo con la armadura y el escudo hasta que encontremos un comprador para esas cosas. Hasta mañana. Que descanséis bien- Se despidió con voz cansada. Ely relevó a Ashlyn de su guardia y tras un par de horas pidió a Jack que se quedase en la puerta de las chicas hasta el amanecer.
Motivo: Saber religión
Tirada: 1d20
Resultado: 13(+5)=18
Tiro Saber Religión para asegurarme de que el muerto viviente que he reanimado me obedece antes de crearlo o desatarlo.
Si puedo, elijo 20 para disfrazar a Jack +8=28. Si no, tira por mi añadiendo +10 adicionales del conjuro Manejar habilidad.
Zack asintió ante las palabras de Ely dejando que se acercara a los hombres de Madame Eva para que hablase con ellos. Después se sentó junto a Relüe, no se sentía muy cómodo con ninguno de sus compañeros, pero al menos el mago le había ayudado a buscar en la tumba y no le había dejado solo. Había sido un bonito detalle, así que era una buena excusa para compartir las últimas charlas del día.
Zack pidió una cerveza y un caldo caliente, sentía como si sus huesos se hubiesen congelado al pasar tanto tiempo en el cementerio. La humedad de las brumas y el estar bajo tierra le habían provocado mucho cansancio, ahora tan solo pensaba en cenar y marcharse a la cama lo antes posible.
Ashlyn se sentó junto a sus compañeros en la mesa. Pidió cualquier cosa caliente que hubieran cocinado los posaderos y la jarra más grande que tuvieran de cerveza oscura. Después de todo aquello, necesitaba un trago.
Asintió a las palabras de la pálida joven (¿cómo podía alguien ser tan pálido?) y se mantuvo pendiente de Irina, invitando a ésta a tomar asiento a su lado.
-Sí, eso parece -respondió a Don Urik, ante la alusión a su espada-, si es que es ésta realmente y si es que logramos activarla -añadió, mientras colocaba la espada sobre la mesa y comenzaba ahora a examinarla en detalle, con calma.
Ely se acercó a los hombres de Madame Eva, pero no consiguió nada. Ellos seguían jugando a sus cartas, no levantaron la mirada cuando la mujer llegó, y lo único que consiguió fue que se encogieran de hombros. Si esperaban que fueran receptivos, se equivocaron.
El tabernero sirvió con velocidad todo lo que le habían pedido. Seguía totalmente agradecido por conseguir acabar con la plaga de los zombies. Seguramente porque estos no consumían nada de lo que él podía servir.
Podéis seguir hablando o decidid qué hacéis.
Ely, en este post todavía estás en la taberna. Si quieres poner el inicio de tu post oculto para salir de allí, hazlo sin problema, pero tardaréis bastante en llegar a la iglesia, reanimar al zombie y volver
Una vez se había terminado su cena decidió que era hora de marcharse a la cama. Agradeció al tabernero la comida servida y miró al resto de sus compañeros. Marcho a dormir. Informó de ello. Mañana será un nuevo día, luego miró a Elysabeth directamente a los ojos, quizá si les ofreces algo más que tu cara pálida y bonita logres soltarles la lengua.
Al resto, buenas noches. Mañana será otro día y tendremos que averiguar como despertar la luz de la espada. Así que descansad. Se despidió mientras se marchaba de allí.
-Vuelvo enseguida- Comentó Ely cuando todos estaban retirándose a sus habitaciones.
La clérigo miró a un lado y otro de la calle y aguardó al fresco junto a la empalizada antes de desaparecer en la espesa bruma.
La noche es fresca y oscura. Las luces mortecinas apenas consiguen atravesar la densa bruma y me cuesta distinguir la figura de la clérigo a pesar de que sus pasos suenan cerca mío. Mientras camino tras ella a ritmo ligero, me pregunto a dónde nos dirigimos. Obvio la pregunta a sabiendas de que, o no me responderá, o lo hará de forma enigmática. Conocidas sus aficiones, no me extrañaría que volviésemos de nuevo al cementerio de la población.
Pero no. El sitio al que hemos llegado es la iglesia. Bajamos de nuevo al sótano y allí me informa de sus intenciones. Ninguna sorpresa, pero sí una duda:
- ¿El Liber Blaspheme? -digo al mostrármelo, algo extrañado. Se vé que lo poco que entendí al leerlo mientras esperaba a que saliesen de casa de la madre de Gertruda, no lo entendí bien.- Pensababa que sólo servía con un familiar. Como Danovich, con su hijo...
Aclarado el punto, espero a que prepare sus conjuros e instrumental y a que me haga un macabro ofrecimiento.
- No, mira, Ely. Yo estoy aquí encantado viendo lo que haces. No tengo ningún conflicto moral que me impida disfrutar del conocimiento que adquiero con todo esto pero...
Mira, mejor que el paciente lo elijas tú, ¿eh? Tú eres... la artista.
Y dicho esto, me paseo distraido por el conocido sótano mientras acaba los preparativos y luego observo atento todos sus tejemanejes, admirado de esta magia divina que hace volver a la vida a quien ya la abandonó. Aunque los resultados finales sean más o menos... aceptables.
20/12/2016, 20:37 La muchacha alzó la mirada y allí, tirado a un lado del altar, encontró otro libro que identificó. Se trataba del Liber Blaspheme, que describía cómo crear un blasfemo a partir de un cadáver humano reciente. El proceso era muy laborioso (varios días) y requería materiales muy costosos. Además, sólo se podía intentar con el cadáver de algún pariente cercano.
25/05/2017, 14:12 Yo, la verdad, me alegro en cierta manera de habérmelo quitado de encima. Era un tomo pesado y no puedo decir que disfrutase de su lectura mientras estuve esperando a que saliesen de casa de la madre de Gertruda. Crear un blasfemo a partir de uno de mis familiares muertos no cuenta entre mis aficiones preferidas, así que Ely sabrá lo que hace con él.
Si no entendí mal, creo que sólo puedes crear un blasfemo con un familiar. Ése es uno de los motivos por los cuales Reluë te dio el libro, que él ya había ojeado. Porque pensó que no habría gran peligro en que lo llevases, ya que difícilmente podrías usarlo aquí, en Barovia. Por eso, y por que se veía que a Ely le hacía mucha ilusión, y el semielfo no sabe decirle que no... ;)
Otra cosa. No he contestado antes porque no he visto tus posts hasta hoy. No sé si se me habín pasado por alto o si ha habido algún lío con los destinatarios.
Oh, vaya...
Walt había dado por sentado que Ely custodiaría los sueños de Irina, y aunque había dicho que volvería... No lo tenía muy claro, pero el tepestaní creía que le iban a hacer un (como lo llaman en su tierra), "perro intermitente, no está ni se siente", y no iba a volver. Se sentía como aquellos que dicen tener un perro intermitente a pesar de llevar décadas sin verlo.
Entonces... Mira lo que te digo, ¿duermes tú con Irina, Ashlyn? Yo estaré en la habitación de al lado. Cualquier cosa, pega un grito.
Y como ya estaba bien cenado, también se retiró a su cuarto.
Elyzabeth y Reluë regresaron a la posada entrada la noche. Iban acompañados de una tercera figura. Era un hombre de brazos y cuello alargados. Vestía una levita negra y un pañuelo anudado al cuello. El sombrero de copa le hacía parecer aún más esbelto. Tenía un bigote respingón y un monóculo que sujetaba con expresión impertérrita.
-Hemos reclutado a Jack para ayudarnos en nuestra cruzada- La clériga se esmeró con las presentaciones de sus compañeros, pero el hombre se mantuvo en silencio con expresión hierática.
-Ejem…Jack es el primo rico de Marcus. Un partidazo, así que no me lo espantéis con preguntas incómodas. Voy a equiparlo con la armadura y el escudo hasta que encontremos un comprador para esas cosas. Hasta mañana. Que descanséis bien- Se despidió con voz cansada. Ely relevó a Ashlyn de su guardia y tras un par de horas pidió a Jack que se quedase en la puerta de las chicas hasta el amanecer.
Máster: abre el post a todos mis compañeros si lo consideras oportuno.