Partida Rol por web

El hombre te mira con suspicacia...es un zorro viejo y parece que no se fía ni de la madre que le parió. Y no parece en absoluto que sea uno de los mercenarios almogáraves, sino que parece ir con el joven y el tipo de la armadura completa.

- Um. Si. Fueron ellos.

Te da una pequeña palmada en el hombro, antes de darse la vuelta y volver a su carreta.

- Ha sido una buena pelea, moro. Me alegro de estar en el mismo bando.

Mientras Álvaro ha ido y vuelto de su búsqueda, y Abdel aun no ha regresado de la caravana, Gonzalo se debate intentando salvar a Efrain.

Los segundos pasan y puede notar como la vida se le escapa poco a poco...finalmente, ya desesperado, intenta hacer algo introduciendo hierbas de los alrededores en la herida, lo que termina provocando la muerte de su compañero.

Cuando Abdel patea la cara del bandido, éste cae hacia atrás...y deja de estar en peligro inmediato por la cimitarra de Haschid, cosa que aprovecha para rehacerse y abalanzarse sobre...Abdel. Parece que al verle desarmado es el objetivo más viable. Veis como se tira como si fuese una fiera sobre el...y en su mano se puede ver una daga...

ejem...yo tenia la daga desenfundada y tambien le habia amenazado con ella...y la patada no le aturde ni nada? joooooo

Al ver al bandido arremeter contra Abdel, Álvaro intenta darle un golpe, más con la intención de dejarle grogui que otra cosa...pero es más facil de decir que de hacer, y falla su acometida...Abdel esquiva tranquilamente al agresor de un salto, se diría que está acostumbrado a hacer estas cosas, y el bandido no consigue alcanzarle, aunque aun se mantiene encarado con él.

Entonces Gonzalo alza la azada y...nada. Su objetivo se mueve demasiado rápido para él, pero no para Haschid, que consigue descargarle un tajo al bandido en su brazo izquierdo.

Me arrojo valientemente....fuera del alcance del joputa ese que la ha cojido conmigo

La pelea sigue, y Álvaro intenta enganchar la pierna del bandido con su hacha, pero no consigue su objetivo...el bandido vuelve a lanzarse con las de Caín contra Abdel, pero éste a su vez sigue poniendo tierra de por medio, una actitud que parece enfurecer al bandido.

Entonces Gonzalo vuelve a amenazar al bandido con la azada, pero está quedando patente que lo suyo no es el combate. Ahora llega Haschid, que coge la cimitarra de forma que pueda golpear con el lado plano al atacante y así dejarle inconsciente. Sin embargo, al intentar golpearle, erra su ataque...golpeando el suelo y doblando el filo de la cimitarra, que queda inutilizado.

Parece que el dichoso asaltante tiene la suerte consigo, cuando aparece el soldado viejo de antes por la espalda, y le descarga un golpe tremendo sobre la espalda, que derriba.

- ¡Joder! Ahora se estará quieto.

Y tan quieto...al darle la vuelta está claro que el bandido está muerto.

Al dar la vuelta por la caravana, ves que en la parte de delante es dónde han sufrido más...un bandido parecía ser especialmente hábil con la espada y ha malherido a varios viajeros, compañeros del soldado viejo que os ha ayudado con el asaltante que atacaba a Abdel.

Al seguri por la linea de carros, preguntando por un herrero, encuentras a uno, pero segun él, no tiene mucho género en el carro...dice que te puede vender una espada normal, pero por 40 monedas.

Echas un vistazo a la caravana, y estas seguro de que no hay más comerciantes, y que los que hay son cristianos. No pinta bien la cosa para conseguir una cimitarra.

Al subir al carro, no ves tu arco. Buscas en la cercanías, pero no lo consigues encontrar...

Agacho la cabeza y hablo más bajo:

-Muchas luces no has demostrado pues has intentado saquear el cuerpo de un compañero caído en combate mientras tú dormías la mona.

Dicho esto lanzo un ataque con el hacha contra Abdel

¡Coño! no ,si encima de intentar robarme el arco me intenta matar el hijoputa este!!

Vale,un hacha blandida en un espacio pequeño como es el carro,has fallado el golpe...¿a que compañero darás?titittiitititiit(redoble de tambor)

Mis reflejos condicionados en luchas hacen que reaccione instintivamente clavando mi daga en el vulnerable y desprotegido estomago de Alvaro.

Si existe la posibilidad de esconderme la daga entre las ropajes así lo hago.

Dejo todas mis armas en el carro excepto la daga que intento esconder en mi tunica, y me dirijo hacia el interior de la finca. y aviso a mis compañeros:

Entremos aqui compañeros, creo que debiesemos entrar.

Mientras todo esto ocurre, desde dentro del carro analizo las posiciones de los soldados... por si acaso...

Recojo mi laúd y doy un trago corto a un odre de vino. Levemente, casi como desperezandome, me incorporo y bajo un poco torpemente de la carreta. Al pasar junto al soldado le rozo, como adormilado o borrachuzo:

- Perdón caballero...

Y me alineo con mi grupo, aparentemente remetiendome la camisola... en realidad con las manos cerca de mis dagas.

Me acerco al soldado en forma desafiante.

La desconfianza viene a cuento de que estamos en territorio cristiano y los cristianos son especialistas en traiciones y ataques por la espalda. Miro al resto de los soldados que nos rodean ¿Acaso crees que tú y tus ratas me asustan? He combatido con perros sarnosos más peligrosos que la banda de forajidos que te acompañan.

Me alejo un paso y desenfundo la cimitarra de un tirón, pero manteniendo la punta hacia abajo, de tal forma que quede claro que no es mi intención combatir (al menos por ahora). La dejo en el carro junto con mi escudo y mi daga y vuelvo a mirar al soldado en forma amenazante.

Por vuestro bien y el de vuestras familias más les vale que estas armas estén aqui cuando regrese, en caso contrario los buscaré y los cazaré uno por uno a vosotros y todos sus parientes.