Partida Rol por web

Umar te mira fijamente a los ojos.

- Lo que yo crea o no importa bien poco. La ley es la ley, y la decisión del Cadí no se puede discutir.

Te deja salir de la celda, y te lleva por el pasillo hacia la salida.

- En vez de arrastrar mi nombre por el barro, deberías agradecerme que haya conseguido que no te ahorquen como a un vulgar campesino. Conocí a tu padre muy bien y sé que es lo que merece su hijo. Espero que el hijo sepa lo que merece su padre.

Umar te espera en la salida con gesto neutral y te guía hacia los almacenes del palacete-prisión.

- No quiero engañarte, Farid, el Cadí te acaba de mandar a una muerte casi segura. Nuestro rey no moverá ninguna tropa más en apoyo de Al-Vakh. Cargaremos solos contra la horda cristiana y nos cobraremos el precio de nuestra vida con sus cabezas, pero olvida toda esperanza de ver amanecer.

¿No te asusta la muerte Farid? Dice como si te estuviera evaluando. Al poco llegais al almacen donde ves tu caballo y todo lo que traias. Reconoces a varios miembros de la Guardia en el almacén, parecen esperar.

Aquí tenemos tu equipo, las propiedades te han sido requisadas en nombre de Yusuf.
Partiremos ahora mismo hacia nuestro destino. Si necesitas algo para el viaje, dilo ahora.

-Ahhh, sin duda un bello pero estéril sacrificio. Créame, mejor sería para usted quedarse en su hogar. Nuestro buen rey nos ha abandonado a nuestra suerte, y un ejército de voluntarios no puede hacer mucho contra los demonios blancos.

Mira sus cartas y resopla.

-Umm, bien, apuesto dos monedas para abrir la baza.

Uno de los jugadores tira las cartas boca abajo, y el otro ve las dos monedas y sube otras dos.
Te miran esperando tu acción.

- Si, pero no entiendo el interés en defender la ciudad...ya se sabe la ley de los asedios, cuanto más resistes, menos piedad puedes esperar luego...er, va o no va?

El jugador que ha subido la apuesta mira sus cartas pensativo y se retira. En cambio el hombre con el que hablas pone en la mesa 6 monedas más.

- Ahí va eso. Cierto que no son precisamente seres de confianza, pero hay normas en la guerra que se solían cumplir...