Motivo: Urban
Tirada: 1d20
Resultado: 18(+2)=20
Se me olvidó especificar que tiraría por Urban, ya que por Punk tengo 0 en habilidad y no le vería sentido xD. Dejo constancia de la tirada para aligerar y ya que las consecuencias sean las que toquen.
Motivo: Hardware
Tirada: 1d20
Resultado: 20(+1)=21
Si me dices un poco lo narro, pero vamos seguimos con tiradas buenísimas, miedo me da xD
- Cierto, lo había olvidado, gracias por recordármelo, ahora me pongo a ello.
Vuelvo a mi sitio no sin antes tirarle la pelotita al perro robótico que no paraba de insistir.
Menos mal que tenía a Elaiza, yo era demasiado olvidadiza para esas cosas, pero sí, quizás después de lo que había hecho por ellos pudiesen conseguirnos algo. Así que me pongo manos a la obra e intento ponerme en contacto con ellos. Si mal no recordaba el tipo se llamaba Kiv, o al menos así se había presentado, habían tenido un problemilla con sus aero-deslizadores y no andaban muy bien de pasta, así que les hice el favor. No eran malos tipos, o al menos eso tenía entendido, además si les ayudaba sabía que en cualquier momento podría cobrármelo y como bien me había recordado mi hermana, este era el momento perfecto para hacerlo.
La maquinaria del grupo se puso en marcha con la precisión y rapidez de un sistema nervioso neuroestimulado, como si cada miembro del equipo formara parte de un mismo organismo matricial sincronizado. Cada cual tenía su función, y todas sabían que gozaban de la plena confianza de sus compañeras. En escasas dos hora de tiempo, demostraron por qué era así.
Alma no tuvo ni que salir del Zulo para hacer su magia: sus manos corrieron a coger la conexión jack que colgaba de su terminal de hackeo, y se la conectó a la entrada que tenía instalada tras la oreja derecha. Se recostó en el sillón mientras sus ojos se ponían en blanco, su cuerpo físico se desconectaba, y su mente empezaba a flotar en la dimensión virtual.
Las diferentes pantallas empezaron a mostrar datos y accesos a webs diversos. Desde fuera de esa consciencia fundida con la Red, era totalmente imposible seguir la velocidad con que Alma saltaba de un lugar a otro, abriendo puertas de información y derribando alguna barrera de seguridad.
La Augen GmbH aparecía como una pequeña compañía emergente en los registros de hacía no más de 2 años. Era una empresa joven, pero parecía haberse abierto un hueco en el mercado a base de pocos productos, pero de calidad y fiables. Especialmente se dedicaban a ópticas y, en concreto, a ojos sintéticos implantados para sustituir a los naturales. No parecían ser una competencia en ningún aspecto para la Sony-Zeiss Corp. Entre los aspectos públicos y oficiales de la compañía no había nada que justificara una incursión de la Sony-Zeiss contra la Augen. Así que Alma trató de bucear en las profundidades de los registros de la compañía alemana, buscando algún rastro de ese "ingeniero genial" que parecía el motivo de toda esta operación. Tuvo que evitar un par de nodos protegidos por firewalls para llegar a la sección de personal, y algo llamó su atención. El Director General de la Augen, y su principal ingeniero investigador (¿quizás se trataba del cerebro tras ese descubrimiento?) se llamaba Franz Dehner, y había trabajado en la Sony-Zeiss. Alma no acabó de encontrar información sobre qué había pasado con él: ¿abandonó la megacorporación voluntariamente? ¿fue expulsado? ¿simplemente acabó su contrato y decidió iniciar una empresa por su cuenta? Además, algunas patentes de la Augen GmbH habían sido compradas por la Sony-Zeiss Corp. por precios bastante altos con contratos de exclusividad. Alguna relación había entre la Augen y la Sony, aunque Alma no pudiera acabar de concretar cuál.
Elaiza, por su lado, ya pensaba en cómo entrar y cómo salir del lugar. Como siempre, no trazaba un plan de incursión sin tener claro antes que iban a poder escapar con vida. Tras recordar la necesidad de obtener un vehículo a Kaisha, empezó a hacer llamadas para cerrar la posible localización del laboratorio clandestino de la Augen GmbH. Hablando con gente de la GlobalTech logró informarse sobre varios criterios que un local secreto debía tener: fuera de las zonas de escaneo de la policía, rápido acceso de transporte desde una vía principal, cobertura visual de imágenes cenitales por satélite,... Transmitió esa información a Nariko, y ésta no tardó en trazar un mapa mental de los lugares de Sendai susceptibles de garantizar esa protección. Más de una vez había tenido que mantener un perfil bajo durante un tiempo tras algún "incidente", y ella misma había usado localizaciones de ese estilo para desaparecer. Pero teniendo en cuenta el tamaño que necesitaba ese laboratorio, el cerco se limitaba a un lugar.
Elaiza y Narika se acercaron en sus motos negras al antiguo polígono industrial de Aoba-ku. Absolutamente abandonado desde hacía tiempo, al acercarse por la autopista elevada no tardaron mucho tiempo en detectar su objetivo: un almacén que se encontraba encastrado bajo uno de los puentes que creaba la carretera, fuera de la vista de drones voladores que pudieran supervisar la zona en busca de bandas callejeras. Además, estaba justo al lado de una salida de la autopista, por lo que cualquier transporte que entrar o saliera no tendría que circular más que unos segundos por el polígono abandonado, evitando levantar sospechas. La planta baja y el exterior carecían de vida a simple vista, pero distinguieron algo de movimiento tras algunas ventanas selladas del segundo piso, y eso fue la señal de que estaban en el sitio correcto. Nada ni nadie se movía por Aoba-ku desde hacía siglos. Pero no descubrieron sólo eso: desde el lateral de la propia autopista se podía descender hasta el tejado del almacén, donde se distinguía una caseta de entrada al edificio. Una vía alternativa de acceso al lugar. O de salida en caso de necesidad. Siempre estaba bien tener más de una opción a la hora de trazar los planes.
Y Kaisha se cobró la deuda pendiente con Kiv. Pertenecía a una banda de moteros de Sendai, que se dedicaba a organizar y participar en carreras ilegales por las calles, controlando las apuestas asociadas. Dinero negro, sí, pero sin matar a nadie. A menos que alguno de los pilotos no fuera tan bueno como decía ser, claro. Al final del día, se podía decir que Kiv y los suyos eran trigo limpio. Esa gente tenía vehículos de todo tipo, eran unos chalados de los motores, pero a veces les faltaban manos capaces para arreglar y ajustar los aparatos más precisos. Entonces llamaban a Kaisha. Una ayudita en un momento de necesidad, un "¡te debo una, Kaisha!" dicho sin pensar, y ahora la señorita Brooks se encontraba con que había conseguido una furgoneta con impulsores modificados para esta noche sin tener que desembolsar ni un bityen. En esa furgona cabrían todas con su equipo sin problemas, y el motor trucado les aseguraba la misma velocidad que cualquier deportivo en caso de tener que huir del lugar con prisas.
Tenían buena intel sobre el lugar a asaltar, tenían los medios para llegar y los medios para salir, y sabían a ciencia cierta que algo olía a podrido. Pero ¡ey! ¿cuántas veces podías ganar dinero teniendo sólo una de cuatro cosas en contra?
No parecía que en el poco tiempo de que disponían pudiesen obtener mucha más información, aunque siempre era posible que se les hubiera escapado algo. Podían seguir investigando, o trazar un plan sobre cómo iban a entrar con lo que tenían.
Era el momento de las decisiones.
- Este parece ser el lugar del que me han hablado, pero aquí no hay un alma. - Le muestro a Nariko. - Parece que no se ha usado en años. Todo esto está hecho un asco joder. Comparado con esto el Zulo es el paraíso - bromeo con ella sabiendo que odia ese lugar tanto como yo.
Me bajo de la moto y doy una vuelta por el lugar - ¿Quien querría poner aquí un laboratorio a menos que se tratara de algo turbio? No se Nariko, pero algo aquí me huele muy mal y me temo que la gente de Sony no nos ha contado una mierda.
Es entonces cuando a lo lejos podemos ver luces en la planta superior. - Vaya, pues parece que sí hay movimiento por aquí...
Después de estudiar los alrededores desde la distancia, decidimos regresar para trazar un plan con el resto de compañeras. Deseando que hayan tenido tanto éxito como nosotras.
* * *
Un par de horas más tarde regresamos con el rugir de las motos. Nos quitamos los cascos y las metemos por una entrada algo estrecha, por la que no cabría un vehículo mayor. Ahora que estamos dentro esperamos ver que han averiguado ellas y de esta forma crear un plan conjunto.
De pronto suena una furgoneta en el exterior. - Alguien ha aparcado fuera. - advierto mientras me llevo inconscientemente la mano a la pistola. Una sonrisa se me dibuja en la cara y me relajo al ver que se trata de mi hermana. - ¡Perfecto! Con este monstruo no creo que nadie pueda cortarnos la retirada. Así se hace hermanita. - la felicito chocando la mano.
- Y ahora vamos para dentro a ver que nos dice Alma... - digo mientras entramos de nuevo en el Zulo para ponernos todas al día.
* * *
- Así que eso es todo lo que hemos visto... - termino de explicar. - Creo que la mejor opción es dejar aparcada la furgoneta cerca del acceso a la autovía. Así, si algo sale mal, sólo tenemos que correr y salir pitando. Pero para acceder preferiría hacerlo desde arriba. Dudo mucho que se lo esperen.
Nariko tu y yo podríamos acceder a la autovía con las motos y descolgarnos por cables hasta la azotea. Alma y tú - digo mirando a mi hermana. - esperáis a nuestra señal para salir de la furgoneta y entonces entrar desde abajo.
Dividir al grupo era una estrategia efectiva para abarcar más terreno, pero peligrosa. Era decisión de todas el hacerlo de esa forma o ir todas a una... con sus pros y sus contras.
No es mal plan, pero… ¿No os va a dejar eso muy expuestas?- Pregunté ante el plan de Elaiza.- Dijisteis que parecía haber movimiento en la parte de arriba. Quizá sea realmente por donde esperen que alguien entre.- Musite mientras me cruzaba de brazos y reposaba toda la espalda en el asiento.- Aunque seguro que es mejor que entrar por la puerta principal.- Argumenté contra mí misma.
-De todas formas había cámaras ¿no? Deberíamos de encargarnos de ellas primero.- Mis brazos seguían cruzados y los dedos de mi mano derecha tamborileaban encima de mi antebrazo.- Me extrañaría que siendo una empresa de ópticas tengan las cámaras de seguridad sin activar. Aunque no creo que las tengan ancladas al sistema principal si se han aislado, probablemente estén en un circuito exterior.
-Mientras os preparáis encima de la autopista podemos comprobar si hay electricidad en la parte exterior del recinto y si hay, con suerte podría intentar congelarles la imagen y que no se enteren de nada hasta que sea demasiado tarde.- Comente mientras desviaba la mirada hacia Kaisha.- Como lo ves, ¿Podrías conseguirme acceso de conexión a red exterior desde uno de los postes de luz? Te he visto hacer cosas más raras con un clip y un chicle.
Mientras regresaba en el vehículo que había conseguido al cobrarme el favor que me debía Kiv sonreía, había sido fácil, más fácil de lo esperado, parecía que los astros se habían alineado para que tuviésemos la vía de escape perfecta gracias a aquella banda de moteros. Empezábamos bien, además estaba segura de que mis compañeras habrían hecho su parte, pero desde luego que ahora empezaba lo difícil, infiltrarse en aquel lugar y realizar el rescate sin morir en el intento, que tratándose de un asunto de la Sony Corp... no iba a ser fácil.
***
- ¡Perfecto! Con este monstruo no creo que nadie pueda cortarnos la retirada. Así se hace hermanita. - la felicito chocando la mano.
Sonrío mientras me bajo de la furgoneta y escucho las palabras de mi hermana chocándole la mano.
- Gracias, espero que sea suficiente - escucho lo que han averiguado en aquel lugar y lo que dice Alma, sopeso las opciones y valorando lo que sabemos en mi cabeza se va formando un plan - sí, me parece que así tendrá que ser, no digo que vaya a ser el mejor plan, pero es lo que tenemos. Cuenta con ello Alma, así que resumiendo, Nariko y mi hermana entran por arriba y tras intentar apagar el sistema de seguridad y a la espera de una señal entramos Alma y yo por abajo, ¿no? Aunque también opino que quedaréis a merced de quienes estén arriba no tenemos muchas más opciones así que... por mi parte, adelante chicas.
Miro de reojo a Nariko por si tiene algo que añadir, quizás a nosotras se nos ha pasado algo.
Ya conocía esa sensación; la de que todo el plan estaba trazado y era de ejecución sencilla. Luego siempre llegaban los problemas. Torcí el gesto analizando qué cosas se les podían haber pasado por alto al equipo que conformaba con sus otras tres compañeras. Cogería un cargador más, sólo por si acaso.
- Fijad el blanco; yo disparo - es cuanto respondí casi como si fuera un autómata.
Como si realmente no quedara más por añadir, me volví para preparar mis cosas, no sin antes pasarme por la nevera y pillar una lata de cola, la que sería la tercera del día. Me encantaba esa basura.
La fugoneta prestada arrancó con el ronroneo de un gato y aceleró con la potencia de un galgo de las biolympics.
-Si esta furgoneta sale viva de esta noche, hasta me plantearía comprarla -decía Kaisha mientras comprobaba cómo el motor respondía con suavidad a su pie a fondo.
Alma no parecía escuchar. Aún se preguntaba cómo habían podido acceder a su terminal sin su autorización, y qué mierdas debía ser ese programa que le habían cargado en el terminal. Conectarse a algo con él era como hacer parkour con una botella de nitroglicerina encima.
La ciudad se desplazaba a su alrededor, las iluminaciones halógenas de la autopista elevada marcando un ritmo de ecualizador.
Fue Trigger quien respondió a Kaisha por el intercomunicador. Aunque fuera en su moto a una distancia prudencial de la furgoneta y de su amiga "Fixer", todo el grupo estaba comunicado constantemente.: - Si llega a haber tiros, espero que el grosor de esas planchas sea suficiente para salvarnos el culo. Hasta que no hayamos comprobado eso, no te recomiendo comprar ningún cacharro con ruedas. O, al menos, no te encariñes con él.
Elaiza resumió el plan cuando el almacén apareció a la vista desde su moto. La carretera estaba vacía, y la ciudad que se extendía bajo ellas estaba sumida en la oscuridad que las farolas largo tiempo apedreadas no podían ahuyentar.
- Nariko y yo por arriba, hermanita. Mientras nos descolgamos, ve con Alma a buscar un escondrijo para la furgo y acercaos a la valla. Si encontramos resistencia en la azotea, la neutralizaremos y después os hacemos una señal si vemos el terreno despejado. Os encargáis entonces de la vigilancia digital externa y entramos todas juntas.
- Recibido - respondieron tres voces como una sola.
Apagaron los motores, descendieron de sus vehículos, y quitaron los seguros de las armas.
Mientras Elaiza fijaba las cuerdas de microfibra a los laterales de la autopista, Narika se dirigió a sus dos compañeras por la radio:
- Silencio de radio hasta nueva señal, chicas. Vamos a entrar.
Continúa en la Escena 2.