Partida Rol por web

Dadehoki se quedó pensativo por un pequeño momento.

-Disculpadme, que maleducado por mi parte, aún no me he quitado el casco y no habéis visto mi rostro. Siento decirte, Cerion, que mi mirada ya no es la que era...

Poco a poco, Dadehoki se quita el casco y muestra su rostro, con un ojo malherido, varios cortes por toda la cara y un mechón importante de pelo grisáceo.

-Yo, en mis vagos recuerdos si que retengo algo, se que ambos teníamos... ya sabes, eso. Seguro que si me lo muestras me ayudará a recordar.

La encantadora mujer os agarró a ambos por los hombros.

- Pues en cuestión de momentos deberán llegar Sonja y Ziba ¿os acordáis de las chicas? aunque ellas siempre fueron más independientes pero cuando os juntabais los cuatro rebosaba armonía - de repente la mujer miró hacia el horizonte y se llevó la mano a la frente para ver mejor.

- ¡Creo que se acerca alguien más! - exclamó.

- Muchachos, dentro de poco podréis estar de nuevo reunidos los cuatro, creí que nunca llegaría este día -

Por fin llegaste al orfanato de Hagand, el lugar estaba algo alejado del núcleo urbano de la ciudad, un lugar perfecto para criar a los huérfanos al aire libre, pudiste reconocer la figura de tres personas. Una de ellas era de una mujer, parecía muy sonriente y te resultaba familiar ¿sería la directora Bariday? y... ¿te estaba señalando? parecía que le hablaba a las otras dos que estaban con ella, eran dos hombres, uno más imponente que el otro. Pudiste intuir que la mujer les estaba mostrando tu posición a los demás

Ziba vislumbró desde la lejanía las figuras pudiendo imaginarse quien era una de ellas, aquella mujer le resultaba familiar, seguramente se tratara de Bariday y sus labios se estiraron en una sonrisa. Avanzó unos pasos mas retrocediendo la velocidad sobre su chocobo y bajó dándole unas leves palmadas cariñosas en la cabeza de Chop.

La mujer parecía reconocerla, vio como la señalaba y cuando Ziba miró a quien la acompañaba no supo saber de quien se trataban pero seguramente habían compartido en ese escaso tiempo el orfanato. Se acercó con firmeza y también con cierta alegría, no supo porqué pero sintió algo parecido a la nostalgia, extraño al no recordar demasiado de ese sitio, tal vez era el hecho de volver allí, todo resultaba familiar.

- Es un placer volver a verla señora, aunque me cueste reconocerla- dijo sinceramente con una pequeña sonrisa tímida. Luego pasó sus ojos hacia los dos chicos y los saludó a ambos asintiendo con la cabeza y con un "hola".

Cerion se quedó extrañado ante las palabras de Dadehoki.

¿A qué se refiere con "eso"? se preguntó mientras se llevaba la mano a la altura del pecho de una manera inconsciente

Antes de responder se presentó una chica. Se le quedó mirando, pero no fue capaz de reconocerla.

Hola, soy Cerion, no se si te acordarás de mi... Aunque, siendote sincero, yo de tí no me acuerdo. ¿Quién eres, Sonja o Ziba?

Dadehoki se fijó en el gesto instintivo de Cerion y cambió su expresión facial a una mas confiada. Cuando la mujer se dirigió a ellos le prestó atención y la miró de arriba a abajo, algo había en ella que le resultaba familiar.... pero no terminaba de acordarse de el que. De una forma cordial le dijo -Y yo soy Dadehoki, encantado.

- Es normal que ahora estéis confusos, a fin de cuentas los recuerdos se disipan facilmente y más a esas edades, sin embargo lo que importa es que os habéis reunido casi por completo, tan solo falta por llegar una persona más - después sonrió a Ziba al ser la última en llegar.

Ziba asintió levemente a la presentación de Cerion y Dadehoki ofreciendoles una pequeña sonrisa.

- Un placer conoceros, yo soy Ziba. -Les dijo. - Y yo tampoco os recuerdo, es normal aunque sienta una pequeña sensación familiar al veros.

La chica asintió a las palabras de Bariday, pronto estarían todos reunidos y se sabría el verdadero motivo por el que estaban ahí.

La mujer suspiró

- Entonces ya tan solo queda que llegue la pequeña Sonja, al final la reunión dará encuentro mucho antes de lo esperado, no hará falta ni que entremos dentro, si todo sale según mis cálculos no debería tardar mucho en llegar, de hecho hasta llegué a pensar que sería la primera - sonrió afable.

- Dentro os daré algo fresco que beber, estaréis agotadísimos -

La verdad, directora Bariday, estoy ansioso por saber cómo ha logrado contactar con los cuatro y el por que de esta reunión dijo sonriendo mientras se estiraba un poco.

Entraré, me apetece sentarme en una silla y beber algo, que el camino lo he hecho todo de golpe y estoy cansado

Dadehoki se quedó impasible ante las palabras de la directora, estaba cansado pero podría aguantar perfectamente un rato más hasta que la última persona llegase.

Mientras tanto, intentó fijarse en Ziba y se esforzó por ver si recordaba algo... Sin suerte alguna.

Lo único que recuerdo de estas personas es que deberían tener un colgante semejante al mio...

Ziba miró a Bariday con una agradable sonrisa después de las presentaciones y explicando que aun quedaba alguien por llegar. La esperarían y luego se adentrarían para tomar algo fresco, cosa que a la chica le apetecía muchísimo.

Asintió a las palabras de Cerion, también tenía curiosidad de saber como había sabido contactar con todos ellos.

- De acuerdo señora, la verdad es que vendrá bien un descanso y tomar algo después del viaje. - Sonrió y miró alrededor con aire despreocupado, en busca de la ultima integrante.

La directora abrió la puerta os invitó a pasar.

- Por favor mis pequeños, entrad, pasad a la habitación del fondo y poneos cómodos, os serviré algo refrescante mientras llega Sonja, estoy ansiosa por veros a los cuatro... - volvió a suspirar. Comenzasteis a entrar en el orfanato, los sentimientos que comenzasteis a percibir fueron indescriptibles, recordabais aquellas paredes, aquel "aroma", todo era mucho más grande para vosotros en aquel entonces pero os sentíais como si aquella fuera vuestra casa de toda la vida, era "mágico" sin lugar a dudas. Ahora parecía que el lugar estaba vacío, quizás los otros huérfanos estaban durmiendo la siesta o con alguna cuidadora en la parte trasera, divisasteis los cómodos asientos al final del pasillo, reposar vuestros cuerpos durante unos instantes os venía a las mil maravillas, sin embargo parecía que la directora se estaba retrasando. De repente, aproximadamente unos 10 minutos más tarde cuando dudabais sobre si iba a volver la directora o no, escuchasteis un golpe, como si algo pesado cayera al suelo y provenía del exterior, justo de la puerta... cualquiera que se dirija hacia el lugar podrá observar que la directora está de rodillas en el suelo, tapándose la cara con algo que no podéis ver demasiado bien porque os encontráis de espaldas...

Mi corazón se desbocó cuando entré por la puerta. Era todo extraño para mí, pero al mismo tiempo me resultaba tremendamente familiar.

Emocionado, empecé a dar vueltas por esa sala. Toqué las paredes, miré los cuadros. El olor me era reconfortante. Mi memoria parecía agitarse. ¿Estaba recordando cosas? Miré por todas partes

Creo... Creo que allí dije susurrando y señalando a una esquina, sin hablar con nadie en particular Allí nos poníamos a contar cuando jugábamos al escondite. Y ese señalé a un armario era mi lugar favorito para esconderme...

Me acerqué con rapidez al armario, pero no llegué a abrirle. Se escuchó un golpe y me asusté. Miré en todas direcciones y vi que no estaba la directora. ¿Cuánto rato habían estado allí? Algo le decía que mucho, y que estaba pasando algo malo.

¡Directora Bariday! grité y, un segundo después, salí corriendo.

Allí estaba ella, de rodillas, tapándose la cara. Miré a mi alrededor, observando el lugar mientras me acercaba a ella. ¿La habían atacado?

¿Qué ocurre, directora? ¡Qué ocurre!

Muchas gracias.

Estoy mejor. La muerte de mi abuelo era esperada. Aunque es triste, también es un pequeño alivio. Lo primero por él. No llegó a sufrir. Murió durmiendo, sin dolores y, sobre todo, acompañado. Creo que murió feliz. Y también es un alivio para mi abuela. Estaba todo el día con él y estos meses que ha estado en el hospital le han pasado factura. Ahora podrá descansar.

Me veo con ánimos para postear, al menos de momento ^^ Es una distracción, como bien dices, que es lo que necesito :)

Fui al fondo, dónde las sillas y dejé mi pesada mochila llena de suministros al lado de una silla, en la cual me senté, me sentía bastante cansado y un pequeño descanso estaría bien. Mientras tanto me dediqué a observar detenidamente toda la sala y los recuerdos empezaron a fluir dentro de mi, pero justo en ése momento, antes de que esos recuerdos cogieran consistencia, se escuchó el golpe seco.

Rápidamente cogí mi arma, apoyada al lado de la silla, sobre la pared y me apresuré de dónde venía el ruido. Me quedé atónito al ver la situación e apreté el mango del mandoble con fuerza al ver a la directora en esa situación...

Mis pasos me guiaban hasta el final del pasillo donde podía verse unos cómodos sillones que inconscientemente reconocía, pero de otra forma, tal vez mas grandes. Sonreía escuchando como Cerion hablaba de lo que recordaba siguiendolo aveces con la mirada. Ella no lograba a recordar algo tan consistente como lo hacía su compañero, pero sentía dentro de ella esa  enorme sensación de familiaridad.

También tomó asiento cuando Dadehoki así lo hizo dejando su bolsa a un lado en el suelo,  y justo cuando la dejó escuchó el golpe seco. Alzó el rostro hacia la dirección de donde provenía el ruido. Sus dos compañeros se dirigieron rápidamente hacia el lugar y así lo hizo Ziba también, tomando su bolsa nuevamente y corriendo lo mas rápido posible hacia el exterior, pues fue allí de donde provino ese ruido.

Allí pudieron ver a Bariday arrodillada y tapandose el rostro con algo, estaba de espaldas y Ziba comenzó a caminar lentamente hacia ella.

- ¡¿Directora Bariday?!-  dijo algo alarmada. ¿Que le pasa?, ¿que ha ocurrido?. ¿Estáis bien?. - Las preguntas salían de forma apresurada, altamente preocupada.