Partida Rol por web

- Me llaman Storm. - digo a la Directora. Es un placer conoceros.

De repente empieza a llover.

- Deberíamos entrar. - añado. La Tormenta parece que va a ser fuerte.

---Si, deberiamos entrar...- digo con tono ausente mientras observo la tormenta con gesto sombrio.- Encontramos un libro con un texto bastante interesante, pero creo que este no es el lugar para hablarlo ¿me equivoco?

Estar en un lugar cerrado o abierto es indiferente. Si algo nos tiene que pasar, ocurrirá en ambos lugares añadí mientras miraba al cielo. Tiré de la directora hacia el orfanato, para que pudiéramos entrar antes de que comenzar a llover.

No había una manera de decirle a la directora Bariday quién eran esos dos, así que esperé que ella misma se diera cuenta de que no eran nuestros amigos.

La directora aun continuaba muy afectada y no se sorprendió de la aparicion de aquellos dos que ahora acompañaban a los que aun llamaba "sus pequeños", Ziba no se atrevió a decir nada, se pudo haber equivocado y no quería volver hacerlo, pero tampoco hizo nada por presentarlos, de todas maneras ya lo hacían ellos mismos menos el chico, él fue el único que no se presentó ante la directora.

La muchacha percibió que su compañero Cerion no respondió a la pregunta de Bariday sobre lo que encontraron ahí dentro, sobre lo que leyeron en ese libro, si la mujer ya sentía alguna especie de mal augurio, la sentiría aun mas cuando ellos le contaran. La tormenta consiguió estremecer a Ziba cuando rompió justo tras las ultimas palabras de la directora.

- Directora... - Dijo dejandose guiar por Cerion si guiaba a la directora hacia el interior del edificio. - en el libro encontramos eso... un texto que bien podria ser una profecia. 

La directora también miró al cielo y accedió a entrar, invitando a Storm y su compañero también a hacerlo. Si algo caracterizaba a esa mujer es que tenía un alma muy bondadosa y ofrecía siempre todo a cualquier persona que creyera que lo necesitaba. Eso también implicaba que sufriera demasiado por personas o situaciones en la cual debería mantener la fortaleza.

Una vez dentro del orfanato la mujer siguió hablando.

- Un libro... y una profecía... - repitió en un tono más bajo.

- Por favor, es muy importante que me digáis si en esos textos indican alguna localización, algún lugar donde ir, un rumbo. Y sobre todo, lo más imprescindible es si se hace algún tipo de alusión a cualquier tipo de cristal - mientras decía aquello se quedó contemplando los cristales de Dadehoki y Sonja.

- Si no hay nada respecto a lo que acabo de comentar, significará que aún hay mucho trabajo que hacer en aquel pueblo abandonado -

- Lo hay. - digo. Habla de una Cueva de Cristal y de Cuatro Portadores de Cristales.

- Aunque desconozco la ubicación de dicha cueva así como cualquier significado de los cristales.

Una vez dentro contemplo el lugar donde nos hayamos mientras los demas siguen hablando  acerca del texto encontrado, sin embargo, me mantengo callado de momento a diferencia de Storm, asi que busco un asiento y me siento en él cruzandome de brazos y de piernas.

Sí asentí a las palabras de Storm. De hecho, creo que lo mejor es que lo leas, a ver qué opinas tú, por si se nos ha pasado algo por alto dije mientras abría el libro y buscaba la página que habíamos leído.

Storm no dudó en responder las dudas de la directora, Ziba no sabía si lo hacía para despejar las dudas de la mente de Bariday o para ganarse su confianza con otras intenciones. A paso lento se fue acercando hacia uno de los sillones para tomar asiento sin decir nada, todo lo habían dicho entre Storm y Cerion, así que ahora quedaba esperar la reacción de la directora.

La directora no tardó un instante en tomar el libro y comenzar a ojear por ella misma tomando como referencias las indicaciones de Cerion. El gesto de la mujer era de absorción absoluta, estaba tan concentrada en el texto que hasta parecía haber dejado atrás el lamento por la pérdida de sus dos "niños".

En cuanto sus pupilas dejaron de recorrer de un lado a otro Bariday se quedó callada. Después os miró a todos y observó su mano, la cual aún portaba los dos cristales de Sonja y Dadehoki.

- Esa cueva... estoy segura que puede estar relacionada con los orígenes de los cristales, son demasiadas coincidencias... - aquellas palabras sonaron extrañas para vosotros, pero sobre todo para Cerion y Ziba, que conocían de "algo" más a la directora.

- Estos cristales fueron encontrados originalmente cerca de una cueva, ¿se referirá a la misma? pero nunca ha tenido nada especial, solo era un agujero de rocas ennegrecidas por el tiempo... - la mujer cerró el libro

- Por favor, necesito que vayáis allí, quizás este libro esté indicando el camino para encontrar algo en esa cueva, quizás sea la solución a esta catástrofe climática, o como mínimo que nos de una explicación de qué provoca esta espiral de oscuridad en nuestro mundo... necesito que hagáis esto a pesar de saber que no estáis atados a responder a mi súplica - dicho aquello lentamente le entregó cada uno de los colgantes a Storm y a Coren, gesto que fácilmente les podía parecer un error a Ziba y Cerion puesto que no sabían nada de ellos dos.

- Sé que no estoy en posición de pediros nada, pero son cuatro los cristales que se poseen y rara vez el destino se deja llevar por el azar, quizás vuestra presencia aquí sea algo más que un fortuito acompañamiento... - dijo mirando a Coren y Storm mientras les cerraba la mano donde había colocado cada cristal. Después, lentamente miró a Cerion y Ziba

- ¿Podéis llevarlos con vosotros chiquillos míos? no quiero que vayáis solos sin saber que clase de peligros puede haber en los alrededores de esa cueva, si es que aún se puede entrar en ella... -

Cuando la Directora pone el Cristal en la palma de mi mano me quedo petrificada. Por primera vez desde que recuerdo me quedo sin saber que decir o hacer hasta que finalmente consigo articular una pregunta.

- ¿Qué son estos cristales? - le pregunto a la directora.

Una vez consigo reponerme las preguntas fluyen por mi boca sin parar.

- ¿De que cueva habla? ¿A que distancia está?

Cojo el cristal que me ofrece sin decir nada mas y me lo cuelgo al cuello.

--- Parece que sabe mucho  sobre el origen de estos cristales...- comento con tranquilidad- Pero cambiemos de tema, cuentenos que ha podido sacar del texto, si ha sacado algo aparte de lo que ya dice de por si,claro...

Mis ojos se desorbitaron cuando la directora les dio los cristales.

Directora Bariday, ¿está segura? pregunté recordando lo que le había pasado a Dadehoki con su cristal. Además, no pensaba que fueran dignos. Ni siquiera me fiaba de ellos.

Parecía como si Cerion y Ziba se hubieran coordinado para abrir los ojos de par en par casi a la misma vez cuando observaron que la directora les daban los cristales a los dos desconocidos. La directora era una mujer muy confiada y se dejaba llevar muy rapido por lo que creía que era el destino, la muchacha peliazul se quedó sin saber que decir ni como actuar, ni siquiera que pensar... por una parte podía pensar que ella sabría lo que hacía, que tendría razón pero por otra parte no. No solo para otorgarle algo tan importante a ellos sino que también ahora peligraban sus vidas, ahora Ziba se sentia algo realmente confusa.

- Iremos... a esa cueva Bariday... - Dijo algo entrecortada aun con la sorpresa. - necesitaremos indicaciones para saber donde dirigirnos. - Dijo mirando hacia los dos nuevos con desconcierto. 

La directora cerró los ojos y tomó aire. Antes de comenzar a hablar os miró durante unos segundos en completo silencio, era una mirada directa a los ojos, muy expresiva y sobre todo sincera.

- Estoy segura de todo esto - dijo mirando a Cerion. - Los prejuicios son los que llevan a este mundo a la ruina, y  más si estás involucrados estos cristales - dicho aquello miró a Storm

- A simple vista solo son cristales... un simple abalorio pero yo sé que son algo más, no forman parte de la simbología de ninguna casa noble o reino y sin embargo estos niños - haciendo referencia a Ziba y Cerion - llevaban uno en su cuello, era como una señal, pero en su momento no quisimos investigar más, no lo vimos apropiado.

- Yo creo que estas piedras tienen un mensaje, un mensaje que debe ser llevado al lugar adecuado y... - volviendo a centrarse en el libro - el único lugar que puede tener un vínculo con los artefactos es esa cueva, pero a partir de ahí no puedo adivinar qué es lo que sucederá o qué es lo que hay que hacer. Por eso necesito que estéis juntos, que portéis estos cristales e investiguéis esa cueva, debe haber algo, una señal, un rastro, cualquier mera pista será un avance - después se acercó a Ziba

- Esa cueva está situada dentro de la cadena montañosa septentrional, no está lejos de aquí pero hay un problema, no sé si después de tantos años el lugar seguirá teniendo un acceso visible y claro, pero sé que seréis capaces de encontrar la manera de acceder ¿verdad? - acto seguido comenzó a daros indicaciones más específicas de donde "debería" estar la cueva, para que así pudierais tomar rumbo.

- Por favor... si encontráis en el interior cualquier peligro, del tipo que sea, no arriesguéis la vida, ya buscaremos más indicios o pediremos ayuda, pero no quiero que más vidas inocentes se esfumen por ayudar a este mundo -

- O sea, que estos cristales tienen que ver con la cueva. - digo sosteniendo el mío. Y por lo que se deduce del libro además deben de tener algún otro significado oculto.

- La verdad es que me pica la curiosidad por saber más sobre el tema. - añado poniéndome el cristal.

- Por el acceso a la cueva no se preocupe. Tenemos sobrada experiencia en entrar en sitios angostos.

---Pues no perdamos el tiempo- digo levantandome del asiento y procedo a caminar hacia la salida- Como bien ha dicho Storm,nos las apañaremos, tenemos experiencia en estas cosas...

No tenía prejuicios. Es que no les conocían, no sabían qué planes tenían ni con qué finalidad habían entrado en la biblioteca. ¡Y ahora poseían dos de los cuatro cristales!

Observé a la directora y desee que estuviera bien serena, que la muerte de dos de sus huérfanos no la hubiera afectado tanto como para perder la cordura. Pero no podía decir nada en ese momento, no delante de esos dos.

Cuídese, directora, volveremos lo antes posible.

Ziba se quedó mirando fijamente a Bariday atendiendo a sus palabras y mirando a Cerion de reojo, comprendía sus dudas porque ella misma también tenía las mismas pero decidió confiar en ella aunque no con optimismo ni con grandes esperanzas. Ante sus indicaciones asintió con la cabeza, esperaba que sus nuevos compañeros que ahora poseian cristales les ayudaran a encontrar esa gruta.

- Nos marchamos, Directora. - Asintió con una pequeña inclinación. - cuidese. - Tras eso miró a sus compañeros uno a uno sin ninguna distinción aparente en su mirada, se volvió dirigiendose hacia la salida con intención de cabalgar sobre su chocobo y dirigirse hacia donde  le habían indicado.