Partida Rol por web

El disparo de la guerrera consigue impactar en su objetivo, haciendo que una profunda grieta aparezca en el cristal, al tiempo que un nuevo rayo surge del extraño ser en dirección a Parfemius, el enemigo que ha demostrado ser el más peligroso. Por suerte para el mago, quizá debido a que la criatura está ya bastante debilitada, dicho rayo se estrella nuevamente contra el suelo.

Me acerco de nuevo, con cierto cuidado ahora por si volviese a despedir ese extraño humo, para golpear el cristal

La pícara mediana ataca al azulado cristal, en un intento de acabar, de una vez por todas, con el extraño ser que está materializándose en el portal. Desgraciadamente, quizá debido a la tensión acumulada durante la batalla, la joven no consigue acertar a su objetivo, desaprovechando la oportunidad.

No lograbamos destruir los cristales y la situación tenía pinta de ponerse peligrosa. Si surgía un nuevo rayo podría matar al viejo mago y eso haría que el portal se volviera inestable y peligroso.

Volví a atacar los cristales.

La urgencia apremiaba cada uno de sus golpes, pues de un momento a otro, uno de sus preciados compañeros podia caer bajo los poderes de esa criatura. Recuerda muy bien el olor a tierra humeda, varias tumbas recientes y sangre manchando sus escamas. No puede dejar que las cosas vuelvan a pasar. Intentó golpear el cristal, para terminar de una vez con esa lucha.

Un enorme silencio invade la sala después de que, tras la explosión del último cristal, el portal se cierre y la extraña criatura sea engullida por él. Un silencio roto solamente por el ruido causado por vuestras respiraciones entrecortadas y por aquel que, a vuestras espaldas, causa el mago al caer al suelo, inconsciente.

Habéis derrotado al mal que acechaba Tabalard, un mal que se remonta a la época de los Peregrinos. Ahora es momento de, tras recoger las pertenencias de la pequeña pícara, regresar a la superficie, entregar a Akalis a la justicia y descansar.