El sacerdote sonrió ante una nueva demostración de politiquería noble. Se cruzó de brazos y esperó, en silencio a un costado. Observó mientras con atención al oficial Hawkwood a ver si notaba algo interesante.
El oficial, que parece de alto rango o un noble menor, se aparta un momento para habalr con Lord Kilij.
¿Qué queréis Barón? En la residencia del conde podéis adecentaros, comer algo y descansar antes de la audiencia. En este sistema no abundan los modales pero el Conde es partidario de mantener las formas.
El tono es amistoso, pero no parece acostumbrado a que le repliquen.
Por la calidad de la ropa y otros detalles, te parece que debe ser alguien de buena familia. Seguramente debe ser alguno de los barones o caballeros que han seguido al Conde buscando acrecentar su fortuna.
Contesta solo para el director, el resto no os oyen
-Bonitra fiesta se esta preparando, aun que me inviten yo no pinto nada, a ver si me puedo escabullir...- repara en los gestos de Alberth, y como respuesta inclina los hombros y enseña las palmas indicando que no sabe que conducta es la apropiada en este momento, acto seguido indica disimuladamente que prefiere otro tipo de ambiente.
Hago un gesto marcial de saludo a un superior sin los detallados movimientos de la corte.
– Veréis, seguro que sabéis que acabamos de llegar en una nave. La Dama debe llegar al banco de la Liga para acabar de pagar su pasaje al capitán de la nave.
– Es por el motivo que os pedía un poco de tiempo antes de presentarnos ante el conde.
Shandrakor escucha las palabras del noble. Parece que alguien ya sabia de su venida, era extraño. Pero no algo que debeira escamarle. Aunque la verdad sentia algo mas en el fondo de todo este asusnto. Observo la zona por si acaso, aun indeciso de si accederia o como las palabras de Lady Sophia habain sugerido necesitaban tiempo para poder adecentarse.
Su mirada se movio por el Hermano de batalla, el Auriga y los otros 2 sujetos que se hacian señas como si no supieran como actuar. Shandrakor les miro a ellos y con su mano les pidio tranquilidad.
Alberth entiende que Parches prefiere largase a hablar de negocio y no pavonearse con el resto de nobles. Me gusta este tio.
Elevando ligeramente el tono y expandiendo su voz, como le habían enseñado para comportarse enfrente de la nobleza, comenta.
- Bien, parece que nuestros caminos se bifurcan. Ha sido un placer - sonrie al decir esta última palabra - haber viajado junto a ustedes. Espero nuestros caminos se crucen en el futuro.
Tras una reverencia bastante seca y de poca práctica, mira a sus dos nuevos compañeros y empieza a dirigirse hacia otro lugar en busca de algun lugar donde tomar algo para hablar
Como entenderéis, el conde no va a esperar más tiempo por una simple transacción comercial. Si es necesario, haré que alguien de la Liga acuda a la residencia del conde para gestionar ese pago tan urgente.
No parece que esté dispuesto a ceder.
Si me disculpáis, ni soy criado ni amigo y mi función de guía parece innecesaria.
Sigue los pasos de Alberth y comienza a alejarse.
Asiento ante sus palabras en señal de acatamiento mientras le indico a Lady Sophia Halan y a Luisa si se pueden acercar.
No es cuestión de comunicar a todos lo del pago.
Saxon miró a Alberth marcharse, y luego a los nobles. No dejaría a su amigo solo, sobre todo en un mundo tan hostil. El piloto era bueno combatiendo, pero no tenía las habilidades de un Hermano de Batalla.
Se incorporó un poco, y se preparó para seguirlo si partía. Era la ventaja de no tener un rumbo fijo: podía cambiar de objetivos con el viento.
-Lady, caballeros, tengo unos asuntos que tratar con el señor Ryddle.- Dice con su mejor sonrisa de auriga- Si no les importa, les dejo en buena compañia y reitero mi humilde ofrecimiento, si alguna vez necesitan un piloto estare encantado de servirles.
Sin mas ceremonia sige los pasos de Alberth.
Como parece claro que el grupo se separa, genero escenas privadas.