Partida Rol por web

Escena privada para gestionar el personaje, tanto la creación como la progresión posterior

 Saxon levantó la cabeza prolijamente afeitada y pudo ver que fuera de la sucia taberna en la que se encontraba, en la oscuridad que trae el atardecer, dos matones increpaban a un viejo para que les de su dinero.

Sonrió y sacó de la faja que era su cinturón algunas alas de fénix, que dejó en la mesa para pagar la comida. Luego se paró, y colocó su espada en la espalda. Luego, mientras instintivamente comprobaba la textura del rosario que tenía colgado, se dirigió hacia la calle.

Mientras daba la veintena de pasos que lo dirigían hacia fuera del oscuro tugurio, Saxon no pudo evitar pensar en que el establecimiento era muy parecido al lugar en que se crió. Su infancia había sido triste, trabajando casi como esclavo para el dueño de esa  vieja taberna cercana al puerto, llena de borrachos de mala muerte.

Recordó también, con una sonrisa en la boca, el día que llegó al lugar un Hermano de Batalla llamado Vitter, y pidió una sopa de arroz. Todos se burlaron de él, pero la tomó imperturbable y callado. Cuando la terminó, sonriendo les preguntó a todos si no sentían un sabor raro en sus cervezas. En los siguientes minutos todos cayeron muertos por veneno, y Vitter se fue silbando, caminando lento, con Saxon de la mano.

Recordó que Vitter lo llevó a DeMoley y lo entrenó para que se convierta en un soldado del Pancreator. Vitter era cruel, y se abusaba de su poder. Quería entrenar a Saxon para que sea una máquina irracional de matar, y supuso que el entrenamiento de pequeño serviría.

Pero Saxon supo siempre que su espada solo servía a propósitos mayores y no a los designios de una sola persona. Con los años comenzó a crear la filosofía de estar tranquilo y disfrutar de las pequeñas cosas de la vida. Solo desenvainaba su espada cuando no había otra forma de hacer las cosas.

Recordó como se discutió cada vez más con Vitter por sus formas antagónicas de ver el poder, y también recordó cómo, ya hace años, pidió permiso a sus superiores para recorrer los Mundos Conocidos. DeMoley no era el lugar para él, estaba demasiado cerca de Vitter.

Un grito sacó al Hermano de sus pensamientos. Estaba en el umbral de la puerta, y los dos matones lo miraban fijo, con un ojo en su cara y el otro en su espada, que colgaba de su espalda. Saxon los miró fijamente a los dos por unos instantes. Eran grandes y más altos que él. Portaban cuchillos largos y armaduras de cuero trabajado. Uno de los matones dio un paso adelante. Saxon alzó la cara, para mirarlo mejor y sus miradas se enfrentaron. De repente, luego de unos instantes, el gigantesco matón comenzó a retirarse del lugar caminando rápido, y mirando para atrás con cautela, seguido de cerca por su compañero.

Saxon sonrió y le ofreció la mano al viejo increpado. “Ven” le dijo con vos suave “te invito una comida caliente.” Y se internaron los dos nuevamente en la taberna.

Oh, gran director ¿qué era lo que querías cambiar de la historia? En cuanto me lo digas hago la ficha de Pj

Bueno, aún no sé qué hace en un sistema recién descubierto, lleno de piratas, mercenarios, saqueos y demás

Pensaba que el personaje es bastante versátil en ese sentido al no estar arraigado a un estricto código moral. Pero si no te gusta lo cambiamos, no tengo problema.

No, no. Me refiero a porqué ha ido a Elorado, cual es su objetivo, qué espera de la gente de allí. Es un hermano de batalla, los conceptos elevados de moralidad los definen y les preocupan a otros.

Bien, veamos... 

La búsqueda de Saxon lo llevó a lugares lejanos en los Mundos Conocidos, además de encontrarse con gente muy variada, con distintas culturas y formas de ver la vida. En uno de esos viajes pudo haber conocido a la persona que es el capitan de la nave en la que viajamos (o quien consideres oportuno). Se hicieron buenos amigos, y pasaron por un par de aventuras. Una noche, el Hermano de Batalla fue atacado por algunas personas vestidas de forma misteriosa y hubiera muerto de no ser por la ayuda de su amigo. En medio del combate, Saxon vio que uno de los atacantes tenía tatuado el símbolo de la Orden. Eso solo significaba una cosa: Vetter quería venganza. Así, el Sacerdote decidió acompañar a su amigo el capitan por un tiempo en sus viajes, huyendo de la venganza de Vetter. 

¿Qué te parece? 

Me parece correcto, pero el capitán de la nave no es válido. Ya buscaremos a alguien, quizá el piloto. O simplemente has decidido que el recién descubierto y convulsionado sistema Elorado es un buen sitio para esconderte un tiempo de Vetter.
Puedes ir haciéndote los números.