Partida Rol por web

Atributo usado Fuerza
Nivel = 1 ambos
HP: 33%

0.77 * 0.5 * 0.33 * 120 = 15HP

0.53*1.1*0.33*120= 24HP

El dolor se hacía más punzante y aunque intentó volver a zafarse de las garras de Fionn no lo logró.
Su mano derecha no dejaba de propinarle golpes a la cara intentando desestabilizarlo pero notó que no estaba ganando demasiado terreno. No puedo ser tan tonta... ¿Cómo no me fijé si había gente dentro antes de irrumpir? ¿Qué tengo en la cabeza?

Al volver a dejar su mano derecha libre volvió a convocar a uno de sus stub: Cragly... sus ojos se entrecerraron y el bastoncito de las piedras volvió a aparecer frente a ella, ahora apuntando a las 12hs.

Varias piedras aparecieron en el aire rodeando el brazo izquierdo de Giondra y sus afilados cantos vibraron. La decena de piedritas salieron disparadas hacia la mano de Fionn que la aferraba.
 

Ese último golpe hizo reaccionar rápidamente al joven, aparto su mano de la muñeca sin que sus uñas dejen de rozar la piel de la mujer.

Entendió que demostrando su ira no estaba consiguiendo hacerla entrar en razón, era el momento de poner a prueba su habilidad con la alquimia; la tapa del frasco voló por los aires y concentró su mente en el pecho de Giondra.

¡​VOGELAIR! Al gritar palabra, incluso parecía que su voz era distinta, había puesto toda su energía negativa en ese golpe.

Automáticamente al sentir que la mano de Fionn se apartaba de su muñeca recibiendo reiteradas veces los piedrazos de su stub, se hizo a un lado para quedar fuera de su alcance.
Al oír que intentaba emular a Vogelair decidió apartarse de allí haciéndose invisible. Gram! gritó mirando hacia atrás. Allí donde se encontraba revolviendo todo la criatura violeta. Pero por alguna extraña razón no le hizo caso. Estúpido caótico ¡¡¡Ven para aquí ahora mismo luego desvalijamos este lugar!!! Sus histéricos gritos retumbaron en toda la tienda. Cuando una brisa le despeinó el flequillo.
Ay noooo... me digas que eso es todo lo que puedes conseguir. ¿Un soplido que no sabría separar del mismo aire que flota alrededor mío? Este tipo si que es espantoso junto con su alquimia. ¿No sabe siquiera abrir un frasco o qué le pasa?

La burla de la mujer hacía enojar más a Fionn, si bien había puesto mucho empeño en ese ataque al parecer aún no dominaba la técnica, decidió unir las palmas de las manos frente al pecho y concentrarse aún más, después de todo a su frasco le quedaba un uso.

Vogelair. Esta vez mencionó la palabra con mas suavidad pero aún así con gran determinación.

Poco a poco, comenzaba a tomar conciencia de toda la situación.

¿Por qué no vienes para aquí criatura del demonio? No me hagas obligarte a los golpes! Giondra no dejaba de gritarle cosas a Gram que seguís sin prestarle atención cuando algo le golpeó de lleno entre sus senos. Las pieles de lo que parecía alguna clase de zorro brillante volaron por los aires dirigidas por el fuerte viento. Parecía haber venido de aquél alquimista. O era que la tendera también se había unido a la lucha.
La miró de soslayo pero esa zorra no parecía moverse ni a favor ni en contra de ella. Parecía completamente inmovilizada. Su cabeza dio un golpe fuerte contra el piso al salir volando por los aires. Se apoyó sobre una rodilla para ponerse en pié y descartó a Ayesha como la atacante. Estoy segura de que me tiene miedo. Dejaré fuera de combate a este insulso bicho antes de encargarme de la tendera. ¿Cómo te atreves a despeinarme otra vez? ... esto no te lo perdonaré tan fácil insecto. Te haré tragar una por una esas botellitas que tanto os gustan a ustedes escoria miserable. Muere rata apestosa!!! Giondra ya no estaba jugando, estaba enfurecida.

Realizó un segundo intento por el poder del caótico Gram! Como no vengas esta vez sufrirás, como que me llamo Giondra gato hediondo.

Una fuerza más allá de sí lo obligó a dejar lo que estaba haciendo y hacerse presente frente a su ama. Gram desapareció en el aire. Como si fuese una sombra atacada por la luz desapareció instantáneamente. Volviendo a aparecer por intervalos cortos. Primero sobre la mesada de madera, luego sobre la cabeza de Valentine. Más tarde con sus garras sujetas al tablón de los recados y por último frente a Giondra.
Gram se encontró frente a frente con Fionn entre su ama y el alquimista. Un segundo después la mujer y él desaparecieron.

No poder ver a la mujer no era parte de su preocupación ya que aún sus sentidos estaban funcionando a su máxima capacidad, aún podía oír su respiración. Sin embargo ese golpe que la golpeó sin fallar parecía ni siquiera haberla lastimado. Notó que su poción no estaba vacía por completo, al parecer el primer intento fallido no había consumido el contenido. Esta vez tenía bajo su manga el factor sorpresa, ella no sabía que él conocía su exacta posición.

Concéntrate Fionn del Aire, haz honor al nombre que te dio tu maestro... intentaré elevarla por los aires, lo más alto que pueda y que la gravedad haga el resto.

Se puso de espaldas, mirando a Ayesha que estaba inmóvil por el miedo, como medio de distracción.

Cerró sus ojos y susurró para que apenas se escuche.

Vogelair.

Todo lo observaba sentada sobre el mostrador. El muchacho se había puesto de espaldas a ella. ¿Me está buscando o qué?  Se cruzó de piernas detrás del manto de invisibilidad sintiendo la suavidad de sus pieles acariciarle el muslo. Mientras calculaba cuál sería su próximo movimiento estudió a Fionn.
Su vestido comenzó a ondear sobre la mesada cuando el ataque del alquimista le dio de lleno en el mentón. No había sido ni la mitad de potente que el anterior, pero su direccionamiento la hizo elevarse un metro por encima de la mesada. Al tocar su punto máximo, sintió cómo el tiempo y el espacio se detuvieron un instante. El corazón le dio un vuelco y descendió de culo al piso dos metros en caída libre.
El ataque le había hecho perder concentración y Gram tuvo que hacerse a un lado dejándola visible nuevamente. ¿Cómo supiste dónde estaba? Por qué no me dejas en paz y te largas de aquí si yo venía por una tarea simple! Quiero mis stub!! Haciendo berrinche como niña pequeña se acarició el trasero y desde el piso, como estaba, volvió a conjurar Cragly!
De la columna del centro de la habitación salen disparadas pequeñas rocas que se acumulan en la base de los pies de Fionn dejándolo imposibilitado para moverse. Su pié izquierdo está absolutamente recubierto hasta por debajo de la rodilla, el derecho sólo hasta el empeine, pero aún así lo deja sin posibilidad de voltearse para tenerla de frente. La ventaja ahora es mía.
 

Aún de espaldas puedo seguir atacándote, lo hice antes y sin necesidad de moverme. ¡¿Sigues creyendo que tienes la ventaja?!

La realidad es que Fionn se sentía en aprietos y hasta un poco exhausto  pero no podía retroceder ni un paso, todavía sus sentidos estaba extasiados y era algo para aprovechar, ademas tenia un segundo frasco con dos cargas para utilizar.

Al parecer la caída la dañó mucho... lo mejor sería usar los dos intentos que me quedan... el primero para sacarla de este lugar, la segunda para elevarla lo más alto que pueda para acabar con esta pelea... necesito tener éxito, no hay otra opción.

¡AHI VOY! ¡VOGELAIR!

Como una columna de aire salió disparado desde el pecho de Fionn hacia adelante en dirección a una de las ventanas. Denso como un cascote avanzó en dirección opuesta a Giondra alejándose del alquimista. Lo que era una ráfaga imparable de viento se fue convirtiendo en un pico fino y alargado. Como saliendo de un vórtice invisible una cabeza de ave asomó desde el vacío a una velocidad increíble. Seguida, sus alas y el plumón azul que completaba a Vogelair.

Era una esencia conocida tanto para Fionn como para Ayesha. Giondra, sin embargo, no pareció percatarse de su presencia.
Al llegar en picada hacia la ventana dio media vuelta y flotó.
Frente a Vogelair estaba aquellos tres con el alma blanca. Su objetivo era evidente: La mujer que destilaba hedor a egoísmo y rodeada por un aura roja y negra debía sucumbir.
Tomó carrera desde su posición y comenzó a aletear fuertemente. Sabía que era la primera vez que Fionn lo veía en el mundo físico. O al menos así lo llamaban ellos. Los humanos se complicaban mucho. Pero lo más lógico era ayudarlos. Siempre y cuando no quisiera terminar siendo un stub.
Comenzó la carrera que pondría fin al egoísmo. Aumentó su velocidad y el viento se cortó en un silbido. Pequeño como era dio de lleno en el estómago de Giondra y la embistió logrando elevarla por los aire y lanzarla como un proyectil al exterior de aquella estructura.

Una vez se aseguró que el aura negruzca se hubo apagado dio trompos en el aire y volvió a entrar en la tienda. Volando hacia Fionn se detuvo frente a él y luego se puso a chupar el frasco con insistencia.

Todo ocurrió tan rápido que no logró ponerse frente a Giondra y hacerla desaparecer. Eso iba contra las reglas. Debía haber hecho todo lo posible por salvarla pero la velocidad de aquel de alma blanca había sido increíble.
Un lazo se cortó en un mundo que no era este. Sentado en el piso de El Alquimista miró hacia afuera. Allí donde yacía el cuerpo inerte de Giondra.
No estaba seguro de que el resto pudiese ver lo que estaba ocurriendo. Era uno de los momentos más maravillosos de su falta de existencia. Recuperar lo que había perdido hace tanto tiempo atrás le hizo querer rebotar.
Corrió hacia el exterior para verlo de cerca.
Dos stubs levitaron por encima del pecho de la mujer, pero él sólo tuvo ojos para uno de ellos. El violáceo. Casi extendió la mano para tocarlo cuando éste se deshizo como el polvo.
El mundo ahora era suyo, podía rebotar nuevamente. Podía aparecer y desaparecer a su antojo... podía espiar y comer, romper y rasgar. Si no fuese porque era un caótico, hubiese llorado. Miró hacia atrás, allí donde el muchacho de alma blanca alimentaba al Vogelair. Miró a Ayesha, quien le sonrió indudablemente y se dirigió hacia algún punto dentro de la tienda, probablemente a atender al tipo que dormía sobre la mesa.
Nadie lo buscaba, nadie le ordenaba. PUEDO REBOTAR! ¿Qué hago que no estoy rebotando?
Gram inspiró hondo y dejó todo el peso de su cuerpo sobre sus patas traseras. Levantó la vista y dio el salto más pronunciado que consiguió hacia la libertad.

A los saltos desapareció en el horizonte.

El combate te deja exhausto. Como si no tuvieses energías. Tras los golpes recibidos sangras en algunas partes del cuerpo, sobre todo en el brazo y los tobillos.
Sientes un sabor amargo en la boca.
 

La cantidad de energía que había empleado en la batalla lo había dejado exhausto, sus pupilas volvieron a mostrar una forma más natural, aún se mantenía de pie pero apoyado sobre el tablón que lo separaba de Ayesha. Miró a la chica de una manera tranquila y le sonrió.

Ayuda... a Valentine...

La amargura del sabor en su boca era total, parecía sentirlo en cada centímetro. Perdió el conocimiento quedando aferrado al mostrador frente a él, aún casi sin estar consiente se negaba a caer al piso, a mostrarse derrotado por el cansancio.

Antes de desmayarse suspiro una palabra con su ultimo aliento:

...Vogelair...