— ¿Qué más tiene para mí? — le preguntó Casban a Aridai Leuenberger — Tengo ojos en cada rincón de este pueblo y esta mañana he visto a Moir pasearse por su pastelería. ¿Qué me puede contar de ese adorable encuentro?
Acompañó la puerta que se cerraba detrás de Galina con la mirada, y se sobresaltó con el chasquido de la cerradura al encastrar con el hueco en el marco.
— No hay mucho que saber, pidió demasiados panecillos para ella sola. Lo único que podría inferir es que se vería con alguien. Aunque de eso nada me comunicó. Simplemente comenzaría el día con un desayuno abundante, supongo.
— Moir Anne entró a la biblioteca que permanecía cerrada durante la noche, si es que opto por dar crédito a su hipótesis, generosa Aridai — Galina juntó las manos frente a ella suavemente para darle seguridad a la pastelera — entonces quienquiera que desayune hoy con la bibliotecaria ya se encuentra dentro de la biblioteca. ¿Parece ridículo que un dato tan insignificante como el haber comprado demasiados bollos delaten una actitud tan misteriosa, no? — Galina abrió la puerta tras de sí y sin voltear para ver hacia afuera escuchó los pasos de tres agentes apresurarse hasta Aridai para tomarla de los brazos y taparle la boca. La mujer forcejeó pero no pudo hacer más que dejarse arrastrar por la puerta hacia donde los agentes la llevaran.
Galina salió detrás de ellos para comunicarle sus avances a Loke.