Partida Rol por web

Fionn continuaba ignorando las amenazas de Shauna, la tensión aumentaba, los músculos de la joven estaban poniendose rígidos, sentia cada fibra de su ser tirante. Fionn intentaba convencer a Bergen de que se pusiese de su lado. Da igual si intenta pararme, no podrá.
Siempre es igual. La joven reguladora nunca tuvo amigos, después de la muerte de sus padres no quería tener que sufrir el perder a alguien querido de nuevo, lo que sintío en aquel momento la había destrozado. Pasó su infancia leyendo libros sobre detectives y misterios sin resolver, segun los leia el incidente de su familia le parecia mas irregular y por eso decidió buscar respuestas. Por eso se unio al cuerpo de reguladores, pero no todo fue como ella queria; al entrar a ese lugar todos la miraban mal. Algunos la veian como una mujer extraña, poco habladora y no solian dirigirle la palabra, mucho menos pedirle cooperacion en algun caso. Otros la veian como una niña pequeña, la trataban de inutil, cosa que le dolía en lo mas hondo de su ser. Las pocas reguladoras que habian la criticaban o bien por su forma de ser y de vestir o por ser la hija de otro regulador. Enchufada. Pensando esto su puño apretó más el mango de su arma. Nunca me toman en serio, pero se equivocan, esta vez me recordaran.
Se encontraba junto a la carcel de ojos en la que estaba encerrada Elinde, con su pistola apuntando a donde debería de estar la cabeza de Elinde.
No me has tomado en serio, esto acaba aquí. Sentenció. No sabía que pasaría después de que apretase el gatillo, quizas Bergen y Fionn la atacasen, si no fuese así podría meterse en lios con la ley, lo de matar a gente indefensa no es muy legal. No se paro a pensarlo, estaba harta de que nadie la tomara en serio.
Shauna disparó a bocajarro a la cabeza de Elinde. Todavía no desactives tu poder Kochen.
Te lo advertí. Le dijo fríamente a Fionn mirándolo mientras apuntaba hacia su próximo objetivo, el alquimista.

Abrió tanto los ojos que si no fuera por los nervios ópticos, los globos oculares podrían haberse dejado caer al suelo rebotando mientras el científico intentaba recobrar la compostura. La muchacha había perdido el juicio, o simplemente hizo lo único que quedaba por alternativa.

El corazón le latía y no se recuperó del sonido que hizo el arma al dispararse en, al menos, unos cuantos segundos.

Vio el polvo alejarse de la zona de choque por detrás del montículo de ojos que se había tragado a Elinde. Creyó ver un agujero en el piso. Si eso es lo que yo creo, la bala tuvo que atravesarla de punta a punta. ¿Qué clase de reguladora mata a sangre fría a una mujer completamente indefensa sólo para manipular a alguien?

Giró la cabeza volviendo a analizar el terreno, tenía que encontrar una escapatoria, o al menos recursos suficientes tanto para atacar como para defenderse. 

Eran días de primavera y el radiante sol tocaba con sus rayos cada rincón de la montaña, se habían despertado temprano para recoger unas bayas que sólo crecían en esa época, su maestro le prepararía un pastel para festejar su séptimo cumpleaños. El mejor lugar que conocían para la recolección era en un paso intermedio entre las afueras de Grau y la montaña. Mientras avanzaban iban silenciosos pero el pequeño contenía las ansias por encontrar los frutos, sólo podía probar ese pastel que tanto le gustaba una vez al año y no quería esperar.

Una vez en "el lugar especial" como le decían, comenzaron a buscar entre las plantas ya que estas pequeñas y deliciosas bayas no abundaban y crecían en rincones difíciles de encontrar. Después de recorrer un rato, Fionn avisó a su maestro, con emoción que había hallado las primeras. Mientras continuaba revolviendo entre las hierbas, un estruendo sonó, las aves que se posaban en los arboles cercanos se echaron al vuelo y las paredes de las montañas repitieron el sonido con un débil eco. Lo primero que pensó el muchacho era que un trueno lo había provocado, pero recorrió el cielo de un lado al otro con la mirada y no se asomaba ni una nube negra. Cuando volteó hacia su maestro para preguntarle que era, se dio cuenta que estaba mirando atento hacia las afueras del pueblo. Inocentemente consultó qué había sido eso y la respuesta que recibió fue que era una de las causas por las que jamás vivirían en Grau, que era el sonido de la injusticia y la desventaja, que no lo olvide jamás, mas nadie tenía derecho a provocar ese sonido contra otro ser vivo. Luego de eso marcharon, solo con las pocas bayas que había encontrado antes el niño.

El sonido del arma de Shauna había traído al ermitaño aquel recuerdo que había permanecido dormido hasta exactamente el momento del disparo, en el mismo instante en que supo el significado completo de aquel pasar. Las palabras de su maestro, que para él eran casi sagradas, resonaron en sus oídos como aquel eco que había reproducido la montaña. Era la peor aberración que podría haber ocurrido, casi la explicación más certera acerca de la vida y la muerte que había logrado recibir, a pesar de sus experiencias pasadas.

Tú... aún no había reparado sobre el daño causado a Elinde, la escena del sonido había capturado toda su atención Shauna... acabas de atacar a un inocente en total desventaja... sentía pena al saber que alguien que creyó que estaba de su lado podía ser la protagonista de semejante acto Y todo para defender a un maniático... ¡no hay diferencia entre él y tu! reafirmó su postura y no le quitó la vista a la chica ni un segundo, concentró todo su ser en utilizar el frasco que antes había dejado en el piso ya que estaba más cerca de Shauna. ¡Quítala de mi vista! ¡VOGELAIR!

Del frasco frente a Fionn, una aparición se reveló. Algo que ya había visto en otras ocasiones, sólo ido en sus meditaciones había, hasta ese momento, observado a Vogelair. Por primera vez le era factible ver al ser en el plano físico. Si es que Oposslumber podía considerarse un plano material.

El ave azulala desplegó sus alas y arremetió contra Shauna atravesando su pecho en cuestión de un instante. Una vez del otro lado volteó para aletear en el lugar observando a Fionn. Por imperceptible que fuese, Fionn supo que Vogelair le había sonreído antes de evaporarse nuevamente.

Lo siguiente fue sentir un retorcijón que le hizo escupir ácido gástrico. El alquimista estuvo a punto de vomitar pero logró controlar la arcada.

Una vez reincorporado, supo que él era el único que había podido observar a Vogelair por el momento en que se hizo presente. 

Un profundo y antinatural viento envolvió a Shauna y la arrojó a un lado con el arma aún en mano. El golpe seco que dio su espalda contra el suelo le hizo escocer. 

¡Adelante Kochen! Gritó mientras cerraba los ojos para concentrarse. Rocas, enormes, cayendo hacia Fionn, desde todas partes, afiladas, desgarrando su carne, rompiendo sus huesos, puedes hacerlo Kochen, adelante.

Un repentino viento había tirado a Shauna al suelo. Escuece. Pensó al reparar en su espalda. Esa ráfaga ha sido un poder de Fionn. Se levantó sin soltar su arma, apoyandose en su mano izquierda, una vez en pie se sacudió, el suelo estaba cubierto de tierra suelta.
Se volvió hacia Fionn, estaba cerca de Tillen el cual seguía tirado en el suelo. Por ahora no tengo que preocuparme por ese. Shauna no sabía que hacer, todos los intentos por detener el poder de Fionn sobre el chico rubio habian sido en vano. Miró hacia los lados para ver que estaba haciendo Bergen, le vió metros mas atras mirando a los alrededores. Parece que se pondrá a correr en cualquier momento, cobarde. Sentenció en su mente, no podia contar con él.
Se acercó con la cabeza gacha un poco a Fionn, manteniendo una distancia de seguridad con el alquimista. Empezó a reir
según se iba acercando. Se detuvo.
Asi que yo he atacado a un indefenso inocente ¿verdad? Ella nos atacó al principio, solo que perdio contra mi poder. Si ella está así es por tu culpa, tu la dejaste tirada, yo te propuse un trato y tu lo declinaste. Le espetó mientras sonreia con malicia. Por cierto, si piensas que soy una mala persona o alguna estupidez como esa.. Te recuerdo que tu atacaste a un inocente sin que el se pueda defender. Dijo refiriendose al chico rubio. Por cierto, el chico duerme y tu amigo despierta.. Que casualidad ¿no? ¿no será que le estas robando su fuerza vital para despertar a tu amigo? Insinuó. ¿A caso te crees buena persona? no hay gente buena ni gente mala, todos somos unos cabrones, por fuera y por dentro, buscando nuestros propios intereses y es obvio que tu intención es que tu amigo Tillen vuelva contigo, has sido capaz de sacrificar a ese. Dijo señalando al chico inconsciente. Incluso a tu amiga Elinde con la cual maquinasteis este plan ¿verdad? Es cierto que yo disparé.. Pero ¿quien es el verdadero monstruo? Le preguntó mirandole fijamente a los ojos.
Shauna sacó el stub de Kochen con su mano izquierda, apuntó hacía Fionn. No puedo permitirle seguir con su plan, hagamoslo Kochen.
¡Adelante Kochen! 

Sintió un golpe directo en su cabeza, apenas se  podía mantener en pié. El poder de Kochen había aturdido sus sentidos y el equilibrio de su cuerpo era una tarea difícil de conseguir. No lograba enfocar bien con los ojos, si miraba hacia el suelo, este parecía alejarse hasta el infinito; si por el contrario, miraba hacia arriba, sentía como si se le fuera a caer el cielo encima. Probó cerrar los ojos para recuperarse, pero incluso en esa oscuridad que los parpados le proporcionaban, destellos luminosos acababan con todo intento de concentración.

No sólo el golpe contribuyó a su estado desequilibrado, sino también las palabras de la chica. No entendía como se había llegado hasta este punto si tan sólo ella hubiese podido escuchar a los golems... si tan sólo supiera que Maynard era quien había ocasionado la ira de Opposlumber... 

Por más que estaba poniendo todas sus ganas en lograr hacer algo, ese estado que le había provocado la treiber mediante su stub, lo incapacitaba. Él aún sentía que estaba en lo correcto, el grave error de Shauna era actuar sin la información correcta.