Arrugo el ceño. No tengo claro si estamos dando palos de ciego o si nos estamos acercando al misterio. Miro por encima del hombro del padre Kintana el papel y suspiro. En las novelas siempre aparece una pista como un rayo de luz para poner un punto y a parte en el asunto.
- Opino que usted es el detective. Seguro que sabe hacer su trabajo.
-Buena idea, perro recuerden también las dos pistas del diario. Creo que deberíamos investigar el asunto de los anillos e indagar sobre los últimos trabajos del Señor Croswell, para ver qué es eso que su mujer llamaba "su obsesión".
Apoyo todas sus propuestas señores. - dijo el padre Kintana mientras un vaho blanquecino acompañaba sus palabras debido al frío. Con los guantes de cuero puestos se frotó las manos y observó al joven Peter que seguía en estado de letargo. Seguramente sería algo psicológico y se repondría con normalidad. - Tenemos que llevar a Peter a la ciudad cuanto antes. Ya no quedará mucho para el amanecer, seguro que entonces cesa la tormenta. Propongo que pasemos la noche en esta habitación, cojamos unas mantas y tratemos de descansar algo a la vez que hacemos unos turnos de guardia.
-Sí, no nos vendrá mal descansar un poco -asintió el capitán-. Si les parrese bien, yo haré la primera guardia.
De todas formas, no creo que fuera a poder dormir. Añadió para sus adentros.
Hër Käpitan hizo la primera guardia, y antes que él mismo pudiera dormir, vio como los primeros rayos tocaban la ventana. Estaba amaneciendo. El frío seguía sintiéndose fuera, de eso no había duda, pero ya era de día... y con suerte y algo de esfuerzo podrían llegar al pueblo.
Junto a él, Sally y Garibay dormían como troncos, mientras que John no parecía capaz de dormir.
Intentas dormir, pero a cada segundo te despiertas... Notas que dormir por alguna razón te asusta. Cuando cierras los ojos ves a aquel niño y escuchas esa terrible canción. No... bajo esa casa nunca hallarás descanso.
En cuanto os acostáis caéis presa del agotamiento, durmiendo a pierna suelta junto al poco calor que emana de la chimenea.
Al cabo de 5 minutos me levanté... miré alrededor a ver si mis compañeros dormían y me acerqué al Kapitan:
- Me es imposible dormir aquí... cuando cierro los ojos veo a aquél maldito niño... - susurré. Bajé un instante los ojos, - Herr, creo que deberíamos irnos de aquí cuanto antes. Dejemos a Crosswell en un hospital y hablemos con Simon. -
solo incluyo al kapitan (si garibay y sally estan despiertos incluyeles tb)
-Le entiendo perfectamente, yo tampoco podría -respondió el capitán con voz queda-. Sí, creo que deberríamos llevar a Herr Croswell a un hospital lo antes posible, por el bien de su salud.
Se puso en pie y se acercó a los durmientes. Titubeó un momento, pero decidió que tocarlos no sería decoroso.
-Despierten -dijo el capitán con tono amable-. Despierten, por favor. Ya está amaneciendo. Tenemos que llevar a Herr Croswell al hospital.
Entreabro los ojos, aún agotada, y me estiro mis brazos. Probablemente no sea la manera más elegante de despertarse pero... la verdad es que estaba tan bien dormidita.
- Si, claro, ¿qué tal la noche?- murmuro más para mi que para el Capitán, aún adormilada.
-Corta -respondió el capitán con cierto pesar-. Me temo que no han dormido más que un par de horas, pero han sido dos horas tranquilas, no ha pasado nada extraño.
Esbozó una leve sonrisa.
-Buenos días.
- Bien - dije con síntomas de apenas haber pegado ojo. - Llevemos al señor Crosswell al hospital, que ya es hora. - dije después de un breve examen para corroborar que nuestro cliente estaba igual que la noche anterior.
Miré al resto y con un gesto indiqué al Kapitan y al padre que me echaran una mano para transportar al señor Crosswell hasta mi vehículo, luego de ahí iríamos todos al hospital lo primero.
Herr Kapitän se puso la chaqueta y el abrigo y levantó al joven señor Croswell por las axilas, mientras el detective le sujetaba las piernas.
-Bien, vamos allá.
Entre ambos llevaron a su cliente al vehículo, donde el padre les abrió la puerta y les ayudó a introducirlo en uno de los asientos de atrás.
No sé si alguien quiere hacer algo distinto, pero es por abreviar un poco.
- Denme un par de minutos- pido-. Una señorita debe asearse antes de salir de casa.
Arqueo un poco las cejas y sonrío: - Además, así le dará tiempo al padre a despertarse un poco más. Solo un segundo, lo prometo... ¿alguien sabe dónde está el baño?
Salgo de la habitación rápidamente, en busca del baño para asearme.
xD A ver si contesta el Padre, ¿no? :3
Continuamos en la escena El Hospital.