Partida Rol por web

Marcelus se esperaba algo así. No le gustaba tener razón, pero cuando la tenia, no había manera humana de negarla.

Aquellos cabrones habían hecho una tregua, seguramente porque habría algo que explotar que les interesa a los dos, y le daba en la poya que eso era justamente lo que había venido el Padre Putadas a mirar.

Sin embargo no era el momento de quedarse parado. Porque sabía sin mirar que estaban justo en mitad de una trampa mortal. Quedarse quieto era un error, volver atrás, un suicidio. Y escalar en el mejor de los casos era pan para ahora, y muerte para después.

Miro a su alrededor y vio los riscos, seguramente por ser una idea insensata, nadie habría cubierto la posibilidad de que alguien escapara por allí. O quizás, los chicos inteligentes del otro lado de la valla hubieran decidido ponerse un seguro por si caían en su propia trampa.

No tendría tanta suerte.

.-Vamos, moveos, moveos, moveos-.

Grito el soldado al tiempo que se acercaba a los riscos, y empezaba moverse por allí. No era precisamente la clase de ejercicio que quería practicar ese día, pero que cojones podía hacer si no.

Ahora mismo, lo que imperaba era ver cuántos era capaz de sacar de allí de una pieza. Porque también era consciente de que no todos saldrían vivos de ese lugar. 

Las cartas estaban sobre la mesa y los marines no tenian ni una misera pareja! Tocaba salvar el culo, asi que Sailor agarro a sun de la mano y echo a correr hacia aquellas grietas en la roca, esperando que no acabaran en la nada o, al menos, que nadie le viera meterse en ellas.

- Tiene razon! Hay que moverse! YA!

Joder, joder, joder.

-¡Joder!

Demasiada charla para su gusto por parte del carroñero, lo que le jode es tener razón. ¿Una misión tranquila? Imposible. Por lo menos Sailor ha agarrado a Sun y no a ella. Se habría llevado una hostia, la que le debe desde las cavernas donde tuvieron que dejar al santurrón.

Echa un vistazo hacia la colina antes de empezar a correr detrás de Sheppard.

Con un poco de suerte el resto de las tropas con los santurrones están tan bien equipados como espera para hacer frente a lo que les viene encima. Ella bastante tiene con salvar su culo y el de su gente.

Siguiendo a Marcelus todos se lanzaron hacia la grieta más cercana. Tras ellos quedaba el repiqueteo de la munición automática, los gritos y las explosiones.

Los escarpados riscos dejaban el espacio justo para que pasaran de uno en uno, y en principio ascendían levemente pero luego se inclinaban hacia abajo. Abría el paso Marcelus, seguido de cerca por Sailor y Sun, luego Hadyn y tras ellos los marines que habían descendido como escolta. 

Al poco rato la grieta se ancheó para dar lugar a un espacio un poco más amplio, un pequeño valle de unos diez metros de ancho, con los filos escarpados a ambos lados. Había unos salientes que podrían permitir la escalada, pero la cima a ambos lados se encontraba como mínimo a unos treinta o cuarenta metros de altura. Una caída podría ser mortal. 

El espacio entre los riscos continuaba hasta que se parecía anchearse y volver a salir al otro lado de los mismo a la selva. 

Haciendo un cálculo rápido Marcus determinó que probablemente si siguieran por este camino saldrían a alguna meseta por debajo de la 'fortaleza' de los carroñeros, bastante por debajo.

A lo lejos seguía escuchándose el ruido de la batalla. 

Los marines se detuvieron guardando el pasillo de piedra, a la espera de las decisiones que Hadyn tomara a continuación.

El soldado había salvado no solo su vida, sino la del resto de los compañeros con aquella opción, no estaba seguro de que las grietas fueran una salida natural y lo eran, pero ahora estaban en terreno desconocido, y había que pensar rápido.

Para bien o para mal, tenían una misión que cumplir, y si el curita no decidía volverse a la base, cosa que seguro que no pasaban, puesto que esa gente tenía la peculiaridad de tener la cabeza metida en el culo, seguramente habría que buscar una alternativa.

.-Deberíamos de avisar a base de que los carroñeros y los simbiontes tienen montada una fiesta privada, y que claramente no estamos invitados-.

Dijo mas para que todos fueran conscientes del enorme peligro, teniendo dos grupos de enemigos feroces en la zona, y disuadirlos de querer seguir, y porque sinceramente esperaba que en algún momento alguien pensara en liquidar bajo fuego de mortero aquella posición que ahora les quedaba por encima de sus cabezas.

.- Si vamos a volver, será mejor decidirlo ahora. Si no, seguramente podremos seguir el camino por aquí, e intentar escalar más adelante tomando la retaguardia del enemigo, pero si se han aliado es porque debe de haber algo gordo en la cima de esa gran roca, y seguramente no nos lo pondrán fácil para echar un vistazo-.

Con gestos, hizo que todo el mundo se pegara a la roca escarpada que estaba debajo del puesto carroñero, no quería que se dispersaran y ofrecieran blanco si llegaban enemigos. Y tras su larguísima perorata, volvió a concentrarse en encontrar indicios de que alguien o algo había pasado por allí, y cuál podía ser el camino indicado. 

Alice jadeaba tras la carrera. Aquella situación es lo que venía esperando desde hacía horas. No por que quisiese encontrarse con aquellas cosas, si no por que sabía que todo acabaría así. Todavía no había visto una sola misión que fuese sobre ruedas pero empezaba a acostumbrarse. 

-Creo que retirarnos no es una opción-al momento se dio cuenta de que no tenía que haber dicho nada, pero le costaba mantener la boca cerrada- quiero decir, somos muy pocos para tomar el lugar pero escapar de esta encerrona va a ser igual de complicado...-Alice cerró la boca, al fin y al cabo iría a donde dijesen y dispararía a quien tuviese que disparar. Con suerte ni siquiera tendría que curar a nadie.

-Bien, tenemos dos opciones, intentar rodear todo esto para ayudar a los santurrones o intentar entrar en el asentamiento. Las dos son una mierda.

Hadyn niega levemente, si es que no hay ni una vez que tenga una misión relativamente tranquila.

 -Yo creo que si retrocedemos tardaremos demasiado en llegar, lo único que podemos hacer es continuar hacia delante para ver si podemos colarnos dentro de alguna manera.

Mira uno a uno a los pocos efectivos que tiene, es una puta locura, pero también lo es retroceder para ayudar al resto, no le gusta eso de dejar tirados a compañeros, pero también es consciente que la misión es importante, si no, no estarían aquí.

-Nuestras órdenes eran ayudar a los santurrones si había problemas con los bichos, ahora que todo se ha ido a la mierda tenemos que improvisar. Intentaré ponerme en contacto con la base, pero no podemos esperar refuerzos. Sheppard, comprueba que no tengamos sorpresitas. Chicos, a la retaguardia. - Dice a los tres marines que les acompañan.

- La mision sigue siendo la misma. Averiguar que pasa en ese risco. Ahora bien, para llegar alli habra que considerar las opciones. De momento, concentremonos en salir de aqui, que ya me parece bastante. Si salimos del cañon tendremos mas posibilidades de usar la radio...

Hadyn sacó su radio de la mochila e intentó sintonizar la frecuencia de la base. La suya era una radio de posición pero con suerte conectaría con el repetidor de una de las tanquetas y desde allí podría retransmitir lo que estaba sucediendo a la central. Claro que la suerte no estaba de su parte. Interferencias. ¿Qué mierda pasaba en aquel planeta que siempre que intentaban contactar por radio salían interferencias? Si salía de esta iba a proponer el uso de putas palomas mensajeras. Al menos tendrían la oportunidad de enviar un jodido mensaje.

Los marines obedecieron su orden protegiendo la garganta por la que habían llegado mientras todos se posicionaban contra el risco, siguiendo la sugerencia de Marccelus para no ofrecer un blanco fácil. Éste último recordó que entre su equipo le habían dado un mapa de la posición y echó un vistazo: efectivamente el camino descendía por la ladera hasta llegar al lado contrario de la colina, por la parte trasera del asentamiento de los carroñeros. Según las indicaciones de topografía había un risco ascendente y quizás un camino de subida. De haberlo estaría mucho menos defendido que la puerta principal ya que un ataque por un risco sería imposible para una tropa grande... claro que ellos no eran precisamente una tropa grande. ¿Y si había alguna cueva o acceso? No sería raro en una jungla con una orografía tan castigada como aquella.

Mientras sopesaba esa posibilidad la radio de Hadyn respondió repentinamente con una claridad diáfana:

- Aquí unidad Lobo Negro. Capitán Sterling solicitando refuerzos. Repito, capitán Sterling de la unidad Lobo Negro solicitando refuerzos.

Hadyn y Marccelus cruzaron las miradas incapaces de ocultar su sorpresa ante la extraña respuesta del aparato.

Hadyn y Marccelus se quedaron mirando el uno para el otro. ¿Había dicho capitán Sterling de los Lobos Negros? Eso era imposible. El capitán Sterling era una leyenda condecorada del principio de la guerra en Estigma pero él y su unidad, una de las mejores del Imperio, habían desaparecido en combate ¡diez años atrás! 

Si el soldado especialista Sheppard hubiera podido ponerse una ceja en la nuca, lo hubiera hecho en aquel momento.

Los Lobos Negros de Sterling. Que cojones.

El mismo había oído hablar de esa unidad cuando llego destinado. Y siempre le pareció un cuento de viejas. Mucha mierda para novatos. Pero ahí estaban al otro lado de la radio.

Miro a Hadyn, y sonrió.

.-Bueno, contesta, mira a ver si pueden ayudarnos-.

Su voz sonaba completamente escéptica, como si el aviso hubiera sido una broma pesada. Pero no perdió tiempo.

Dejando de lado la conversación de la sargento en la emisora, se volvió hacia el resto, para enseñarles el mapa.

.-Mirad, estamos aquí abajo, podemos tomar la espalda a los carroñeros. Esta zona es un suicidio para un grupo de tropas, pero podría ser el punto de entrada perfecto para nosotros. Somos pocos y deberíamos poder pasar sin muchos tiros, máxime si sigue el combate en la puerta de adelante-.

.-Si queremos terminar esta trabajo, será mejor que nos colemos por la puerta de atrás, haciendo el menos ruido posible. Pero hay que moverse ya, si esperamos mas, pueden mandar gente de refuerzo a la retaguardia. O pueden que manden a alguien a buscarnos-.

Estaba claro el plan de acción. No había manera sensata de unirse al combate, y eran la única unidad desplegada que tenia verdadera oportunidad de pasar las defensas del enemigo.

Sabía que la sargento confiaría en su criterio, en los momentos de necesidad, solían pensar igual, y el estaba allí precisamente para eso. Así que espero a ver qué contestaban por radio, preparándose el primero pasa seguir el camino. 

-Todo lo que implica meterse a escondidas me suena mejor que ir abriéndose paso a tiros. Veamos, eso si, qué dice Hadyn al respecto, que es la autoridad al cargo. 

Esto último lo dijo Sailor con un tono casi provocador, como si el estar bajo las órdenes de Nova le encantara.

-En cualquier caso, quienes son esos "Lobos Negros de Sterling"? No me suenan ni de mi época en el cuerpo.

-Son soldados en problemas... Están jodidos. Si nosotros somos su mejor refuerzo los van a hacer picadillo-dijo la chica pensando en aquellos pobres diablos. Aunque dentro de unos minutos ellos no estarían mejor-entrar sin hacer ruido será lo mejor, cuanto mas pasemos desapercibidos menos problemas...

¿Pero qué cojones? La sorpresa al escuchar la voz por la radio de Hadyn es palpable. Ante la respuesta de Sheppard se encoje de hombros.

-Aquí la sargento Nova, necesitamos su posición, capitán. Repito, necesitamos su posición.

Luego ya vendrán las preguntas, las respuestas o lo que sea. Mientras espera la contestación, si es que llega, mira al resto.

-Vamos a intentar entrar, mientras esperamos respuesta mejor será movernos, cuanto más tiempo estemos quietos peor será, Sheppard, tú guías.

Mira un momento a Sailor y enarca una ceja, dudando si responder a su pregunta duranto un momento, aunque Sun responde antes, no, ella no sabe tampoco.

-Soldados que desaparecieron hace diez años, joder era la mejor tropa que he visto en toda mi vida, de pequeña jugaba a ser el capitán Sterling, quería ser como él.

Recuerdos, recuerdos viejos y casi emborronados, pero recuerdos al fin y al cabo.

-Andando.

Niega ligeramente intentando quitarse de encima la sensación de que no saldrán vivos de esta, pero tienen que intentarlo.

Mientras seguían a Sheppard ladera abajo, pegados a la pared, Hadyn intentaba obtener una respuesta de aquel maldito cacharro. La misma voz apremiante volvió a hablar:

- ¡Por fin! Maldita sea... hemos encontrado el jodido objetivo pero los simbiontes nos tienen rodeados. Nuestra posición es Eco Nueve Charly Siete Delta Siete, en lo alto del cerro. Los simbiontes han aparecido de la nada y rodean la cripta. Hemos logrado ganar tiempo sellando la entrada principal y situando explosivos en el túnel. Podemos abrirnos una salida alternativa con más explosivos pero una vez estemos fuera nos superarán del orden de seis a uno. Necesitamos fuego de cobertura y nave de extracción en Eco Nueve Charly Nueve Delta Nueve. 

Marccelus volvió a consultar su mapa para encontrar las coordenadas. Por posición estaban hablando de la zona trasera del cerro. La altura de la petición de bombardeo era a mitad de alzado de la colina, la extracción en lo alto. ¿Era lo que tenían que investigar ellos? ¿Se trataba del emplazamiento de los Carroñeros? A todas luces parecía que ambas cosas coincidían.

Un rápido vistazo al mapa le dijo algo que solo temía y se confirmaba. Aquella gente debía de estar encerrada dentro del cerro, justo donde el curita quería meterse.

Debían de estar de coña. Porque arriba no podía haber ningún marine. Así que solo podía ser una trampa, una muy tonta, si pretendían que cayeran en ella.

.-Me parece una coña. Quieren que se bombardee el campamento Carroñero, con lo que comulgo bastante, pero la extracción la quieren justo en el lugar donde debíamos meternos con la ayuda diplomática de Sailor, que por cierto gran trabajo-.

Eso último no se sabía si era una coña, o lo decía en serio. Quizás porque los ojos del explorador estaban de vuelta en el camino, y freno el paso para mirar un grupo de piedras antes de continuar.

Estaba claro que iban de camino a meterse en la boca del lobo, pero si conseguían lo que se proponían, al menos había una remota posibilidad de seguir vivos. 

-Joder, ¿cómo pueden estar ahí dentro?

Niega con la cabeza intentando pensar rápido para dar una respuesta, si los números no le fallan se van a meter en la boca del lobo ya que no habrá mucha diferencia en lo que puedan ayudar.

-Capitán, somos pocos, pero intentaremos llegar a la posición, el bombardeo lo veo un poco imposible, así como la extracción, no tenemos contacto con Estigma.

No va a informar de su posición, pero si hay una cripta por la que pueden entrar al cerro tal vez podrían llegar allí, y si están los Lobos Negros allí... bueno, ha visto demasiadas cosas extrañas últimamente, una más ya casi no la sorprende.

-Sheppard, si están ahí tenemos que ayudarles, si son interferencias por la mierda esa que quieren los santurrones... tal vez esa cripta pueda ser una entrada al cerro.

La contestación de la radio fue una estática que no auguraba nada bueno. El grupo seguía rodeando el risco a través del desfiladero. Hadyn, viendo que no recopilaba ninguna señal, dejó el auricular colgado sobre su hombro mientras afianzaba el fusil. Si dejaba de escuchar estática podría responder... si no estaba disparándole a algo, claro.

Cinco minutos después el grupo había llegado al otro lado del desfiladero. Tal y como indicaba el mapa de Marcus había un empinado camino que ascendía. A medio camino del ascenso el camino desaparecía pero parecía haber algún tipo de cuevas. Lo malo es que desde abajo era imposible saber si eran cuevas profundas o simples aperturas en la montaña. Aún quedaban unos veinte metros desde el punto donde terminaba el camino ascendente hasta la zona posterior del acantilado. La pared ofrecía salientes suficientes para intentar una escalada, pero no estaba exenta de gran riesgo. La zona superior del acantilado no se veía desde abajo. 

Lo que se escuchaba claramente pese a la distancia seguían siendo las explosiones y disparos de la batalla. 

Sailor dejó escapar un prolongado lamento ante la perspectiva del esfuerzo físico de trepar.

-Oh, vamooooos...

El antiguo carroñero sabía que no quedaba otro camino que el vertical cuando hubieron llegado al final del camino pero no por ello iba a dejar de quejarse.

-Sabía que debería de haber dejado el tabaco - dijo ante la perspectiva del cansancio.

-Vamos no te quejes, no te vendrá mal un poco de ejercicio-dijo la enfermera que estaba justo detrás. Aquello no le gustaba nada pero por lo que podía escuchar mucha gente necesitaría sus servicios allí.