La joven mujer se gira hacia Finn antes de que a Scott le de tiempo a responder nada o a nisquiera recuperar el aliento.
-No, no podemos Tinkerbell- una mueca irónica se escapa por sus labios carnosos –Hablaremos todo lo que quieras cuando hayamos salido de este infierno. No has visto lo que hemos visto cuando entramos en un intento de encontraros…- dice ésta, muy seria, desaparecido todo resquicio de burla o ironia previo.
-Mi hermana está ahí fuera, en manos de una panda de sociópatas, ahora mismo no hay tiempo para tus dudas de abraza-arboles- su voz suena muy dura y delata que le queda poca paciencia por gastar.
-Lo sé. Eres el Tigre en la Hierba- sonríe lobunamente a Clover y la mira con cierto orgullo de hermano mayor.
La mitad del grupo se sobresalta ante las voces dadas por la joven cazadora cuando dice que hay un herido. Esa alerta hace que Sean salga de su ensimismamiento y siga a Clover hasta el lugar donde está Alex, tirado en el suelo, inconsciente y sangrando. Sean se agacha y lo examina. Aunque rompe las ropas de uno de los guardias muerto para intentar frenar la hemorragia, sin su instrumental ni nada similar le es imposible hacer gran cosas por él, sólo dejarlo atrás y rezar porque los otros Hombres de la Montaña le encuentren y le ayuden… Pero una promesa es una promesa y acabáis cargando con él, contra toda recomendación médica.
Media hora más tarde y gracias a la pericia de Shade y del desconocido encapuchado conseguís salir sanos y salvos de los túneles. La luz del atardecer os recibe, junto con el frescor del viento entre las hojas de los árboles.
-Aunque no queda gran cosa en nuestro campamento, hay el botiquín y parte de las plantas que recogimos…- se encogió de hombros la agente Valary.
-Con eso tendrá que valer para salvarle… si no muere antes por la radiación de aquí fuera- respondió Sean, que sospechaba el motivo del traje de contención de los Hombres de la Montaña. Fue mirando de reojo a Alex durante todo el camino y frunciendo el ceño, mientras contaba el tiempo y la distancia recorrida. Nada. No pasó absolutamente nada, aparte de estar al borde de morir desangrado antes de llegar al campamento que los nuevos venidos habían intentado montar los días anteriores. La empalizada de troncos estaba a medio hacer y en el centro del campamento improvisado había la lanzadera, que para los cazadores era la cosa más rara que habían visto en mucho tiempo. Sean, con ayuda de Melany y Nikko se llevan a Alexander al interior de la cápsula y se pierden de vuestra vista. Los distintos fuegos que habían estado encendidos la noche anterior ahora yacían apagados y fríos y no había absolutamente nadie, ningún ruido animal o humano podía oírse, sólo el murmullo de los árboles, únicos testigos de la desaparición de más de 80 chicos y chicas…
-Se los llevaron. Anoche. A todos… No ha quedado nadie, sólo Jack y unos pocos que se han refugiado en una cueva, no muy lejos de aquí. Ya os dije que habían pasado muchas cosas… Sólo dejaron atrás esto- Valary os puso delante de la vista un cuchillo largo, con la hoja oscurecida con sangre seca, y unas plumas con una margarita amarilla enredada alrededor del mango, como las que cierta shaman perdida le gustaba usar en sus momentos más "relajados". Alguien os ha dejado un mensaje: los Cuchillos Largos han vuelto, se han llevado a todos, incluido Cassandra, la shaman. La vida va a ser muy dura a partir de ahora, pero sobreviviréis, juntos o por separado. Eso estará por ver.
FIN DE TEMPORADA.