Partida Rol por web

- ¿Y si... quemamos a Ali con el chorro de fuego?. No sé, Kiara,creo que puede ser peligroso...- pensó un momento, cuando cayó en la cuenta de algo- a menos que lo dirijas a las raíces. Quizá sea suficiente para que la planta abra la boca y libere a Ali. Yo puedo lanzar "Confundo" a la quimera cuando vayamos a salir del despacho, para hacerla creer que seguimos dentro, ¡ así entrará y se encontrará con la planta!

Glinda se apartó de la zona donde las raíces estaban más concentradas para dejarle espacio a Kiara para lanzar el conjuro.

- Sí, puede ser peligroso... Pero creo que apuntando hacia lo que es la raíz y no a la boca de la planta debería de ponerlo a salvo O eso espero ¿Crees que un Confundo será suficiente para la quimera? Tengo entendido que son bastante poderosas... Debemos ser rápidos nada más que consigamos liberar a Ali.

Kiara apuntó hacia la raíz de la planta en la que estaba Alistair, se concentró y dijo - ¡Chorro de llamas! - por favor, espero que funcione, rezaba internamente.

- Con "Confundo" no pretendo que "venzamos" a la quimera. Tan sólo distraerla los segundos suficientes para poder huir sin que nos vea. Creo que puede funcionar. De todos modos... ¿ qué tenemos que perder?- se encogió Glinda de hombros- Yo aún no he visto ese encantamiento en clase. Tendrás que hacerlo tú, Kiara.

El pequeño Ali decidió lanzar el encantamiento conjurador de agua. No es que tuviera una gran potencia, pero sí que sirvió para mitigar las heridas que el ácido podría causarles. Pues la boca de la planta se llenó de agua sin hacer muchas heridas en el pelirrojo. Pero la planta seguía teniéndole atrapada al tiempo que las enredaderas crecían por toda la garita de Filtch. 

Las llamas que pudo convocar Kiara tampoco surtieron efecto. El conjuro fue demasiado débil, seguramente se debía a la situación de estrés que estaban viviendo...

Además, la quimera golpeaba una y otra vez el cristal creando una inmensa grieta que no tardaría mucho en romperse.

El chorro de fuego de Kiara se quedó bastante corto para hacer daño a la planta. 

- Lo intentaré yo, se me dan bien los encantamientos. Creo que pude funcionar. Era una buena idea, Kiara. Prueba tú a lanzar "confundo" a la quimera si la planta libera a Ali.

Se sentía decepcionada consigo misma, a pesar de que estudiaba, lo que era la parte de encantamientos no se le daba muy bien. Ali todavía seguía dentro de la planta carnívora y la quimera seguía amenazando con entrar - ¡Ali! ¿Puedes oírme? ¿Estás bien? Estamos intentando sacarte, ¡aguanta!

Después escuchó a Glinda y ella se encargaría el chorro de fuego y Kiara de la quimera - Me parece bien Glinda, espero que tengas más suerte que yo - le dio un par de vueltas a una idea que se le estaba pasando por la cabeza - Creo que podríamos retrasar un poco a la quimera si usamos el hechizo reparo al cristal - cogió su varita y lanzó el hechizo - ¡Reparo!

Kiara logró reparar parte del cristal de la garita de Filch, pero la quimera no cesaba en su intento y las grietas que había logrado arreglar, se habían materializado de nuevo. Mientras tanto, Glinda estaba intentando libera a Ali con un chroro de llamas que no fue suficientemente poderoso.

El muchacho pelirrojo empezó a notar como el agua había sido engullida por la planta y ahora el ácido empezaba a abraserle todas sus extremidades.

A estas alturas Ali estaba ya llorando, el ácido le quemaba muchísimo y estaba preso del pánico. No conocía ningún conjuro lo bastante potente para una amenaza así, solo era un crío de primero, con una cría de primero y una chica de quinto intentando ayudarle. Le faltaban varios años para ser una amenaza, y para colmo los puntos en los que él era bueno eran básicamente inútiles para una lucha en el mundo real.

Lo único que supo hacer fue repetir el hechizo para convocar agua, esperando que la planta en algún momento se atragantase y soltase a su presa, o por lo menos, aliviar el enorme dolor que el ácido le estaba causando.

Mientras Glinda seguía intentando liberar a Ali, Kiara se encargaba de retrasar todo lo que podía la entrada de la quimera, por lo que seguía reparando aquel cristal - ¡Reparo!