—Eh, sí... supongo. ¡Pero la próxima vez avisa antes! Se me han caído todos los cocos del susto—rió William.
Se agachó para recogerlos con cuidado y, tras un "¿vamos?" se dirigió al punto de partida. Con suerte los compañeros habrían vuelto, aunque lo dudaba.
—Me pregunto quién tirará ahora.
-Ni idea... Pero si se dan prisa cada uno de ellos, el dado volverá a nosotros y aumentará mucho la posibilidad de salir de aquí. O de acabar el juego, con lo que saldríamos también. Sea como sea, cuanto más rápido mejor- arguyó, con una nota de cansancio fluyendo a través de su voz.
Ya habían llevado todos los cocos, e incluso se entretuvo un rato cogiendo ramitas o palos por el suelo para usar en caso de necesidad, mientras lanzaba algunas miradas al camino. -¿Crees que los demás están bien? No sé donde diantres se metieron...
edita máster: cuidado con los destinatarios...