Partida Rol por web

-Al parecer se han retirado a sus aposentos. -Le dijo Konrad a Ser Yoren cuando se encontraron en el patio de armas. Konrad volvía del edifico que los Harte habían asignado a la familia del novio.

-Fueron en silencio, no pude escucharles hablar nada porque no dijeron palabra alguna. Pero me aseguré de que realmente fuesen hasta sus respectivas habitaciones.

-Guíame a donde pueda verlas sin acercarnos mucho, y luego volveremos. +indico, no porque desconfiara del Alguacil, sino porque necesitaba algunos detalles mas, como comprobar su ubicación en la fortaleza. Detalles que requerian una mirada mas tactica. En el camino, inclino la cabeza y mantuvo un paso contenido.+ Es seguro que lord Manning no habra sido tan negligente como nosotros y trajera alguna escolta. ¿Viste cuantos eran en total en su comitiva, o si pusieron guardias propios a las habitaciones? 

Konrad guió a Yoren hasta los aposentos de los Manning y el caballero pudo contestar a alguna de sus preguntas con simple vistazo. Lord Manning y su hijo dormían en dos habitaciones contiguas, ambas vigiladas con recelo por un par de guardias. En una tercera habitación se hospedaba el resto de su comitiva, incluyendo al hermano menor y los demás hombres de armas con los que Lord Manning había acudido a la ceremonia.

Los Manning formaban una amplia comitiva, como era de esperar dado el recelo que existía entre las dos casas. A pesar de ello no supondrían una seria amenaza contra la gran cantidad de hombres que los Harte tenían a su disposición en el castillo. Ser Yoren dedujo que a los Manning no les importaba tanto la ventaja numérica, más teniendo en cuenta la cercanía de unos y otros y la rapidez con la que un ejército armado podría estar a las puertas de Cimera si algo ocurría.

Tras el susto que protagonizó Lady Sylvie durante el banquete, la fiesta se dio prácticamente por terminada. Muchos fueron quienes se recogieron a sus habitaciones y sólo unos pocos quedaron a disfrutar un poco más de la comida ahora que su mayor protagonista se había ausentado definitivamente.

La familia Serf no tardó en reunirse de nuevo y seguir los pasos de la mayoría. Normand sugirió que debían ocupar sus aposentos y dejó ver entre líneas su intención de llevar a cabo una reunión familiar antes de que fueran a ocupar sus lechos y dormir para prepararse para un segundo día en Cimera. 

Nada más cruzar el umbral de sus aposentos Lylian se acerca a su hermana, -¿Que tal te ha ido con la hija de los Harte Grisel?¿Os habéis caido bien? Se interesaba por el bienestar de su hermana,apenas conocían a los Harte ( ni a los Manning) y después del ataque que habían sufrido en el camino Lylian se mostraba reacia a confiar en cualquiera.
-¿Y a los demás?¿Estáis todos bien?¿Habéis descubierto algo? De su conversación con el joven Manning ella había sacado sus propias conclusiones, pero solo eran conjeturas, no quería aventurar nada sin haber dejado hablar al resto, tal vez alguno de ellos si tuviera alguna información firme...

-Hemos estado jugando. Es mi amiga. Se llama Eilene. - Dijo sin poder disimular su orgullo por el logro. Eilene no era una niña tonta, ni pensaba en chicos todavía más tontos. Por eso dijo aquello como si cada dato fuera muy relevante.

-¿Qué le ha pasado a lady Sylvie? Eilene dice que los entrantes le dieron flojera de vientre. - No entendía muy bien aquella expresión, pero recordaba que su nueva amiga se había reído tanto que casi se le sale la bebida por la nariz. Ella también había reído, pero por lo de la nariz.

Aguardo al lado de la puerta a que entren todos antes de asegurar la puerta por dentro lo mas silenciosamente que puedo. Una vez hecho les indico que estemos juntos en el centro.

Le indico a Lylian que creo que sí, aunque previamente respondo a Grisel, mi otra sobrina.

– Grisel, pueden haber sido simplemente los nervios de la boda. A veces cuando estas a punto de hacer algo muy importante uno se pone nervioso y en esos casos si comes mucho te sienta mal.

Para las siguientes palabras me espero a una posible respuesta por su parte antes de continuar, en voz baja. B – Por mi parte he estado hablando con Lord Artur Manning, – mirando a Lylian con una sonrisa, – estoy seguro de que su heredero ha sido más educado contigo.

Miro al maestre. – Maestre Anselminius, ¿leísteis los mensajes que nos han traído hasta aquí? Los Manning estaban seguros de que traeríamos tropas de nuestra casa para garantizar la paz durante la boda. Y me hizo evidente su desagrado e incomprensión. Había alguna referencia a que acudiéramos con soldados y después mi hermano lo considero una exageración que podría ofender a los Harte y los Manning, ¿o tuvisteis alguna duda sobre la procedencia de los mensajes? De algún sitio sacaron los Manning ese convencimiento de que apareceríamos con un numeroso contingente de soldados de la Casa Serf.

Mirando a ahora al caballero. – Ser Yoren, habéis visto algo que os haga sospechar que los soldados de la Casa Harte esté preparándose para combatir. Porque no creo que los Manning esperaran de nosotros que los protegiéramos de otra Casa durante esta boda.

Mirando a todos. – ¿Alguno habéis visto algo en ese sentido?

Una vez me doy por satisfecho añado. – Si alguno tenéis algo mas que añadir mejor ahora, mañana puede que no se dé otra oportunidad de reunirnos hasta justo antes de irnos a dormir.

-Lo único que he sacado del joven Darren Manning es que al parecer todos los invitados chismorrean sobre el ataque que sufrimos y que su hermano no está especialmente entusiasmado con el enlace.Esto último no le parecía nada extraño ni reseñable, al fin y al cabo todos los hijos de nobles estaban destinados a cumplir sus obligaciones para con sus casas y los matrimonios de conveniencia formaban casi siempre parte de esas obligaciones.
Pensando ya en otra cosa se dio cuenta de que por unos instantes había i9gnorado a su hermana, -Grisel, me alegro mucho de que hayas encontrado una amiga en Eilene. Y no te preocupes, seguro que el malestar de su hermana tiene que ver con los nervios de la boda como bien ha sugerido nuestro tío.Tras una noche de descanso se encontrará mejor.

Después de confirmar con sus ojos las palabras de Konrad, no tenían nada que hacer afuera por lo que regresaron a los aposentos a reunirse con los demás. No fue una mala decisión.

- No estaba informado sobre ese pedido, pero habría sido muy lógico traer nuestros propios hombres…+asevero, ya que de hecho era algo que le había molestado desde que salieran, una preocupación que el incidente en la ruta no había sino exacerbado+ Los Manning han traído una escolta, desde luego, y están guardando sus habitaciones. Pero son apenas unos pocos; si los Harte quisieran los superarían en numero en un instante.

Se rasco su corta barba, pensativo.

-Aunque claro, las tropas de los Manning podrían venir muy pronto desde su castillo y no sabemos si inclusive no rondan en las cercanías. Los guardias Harte están mas ocupados en las murallas que en otra cosa, por lo que puede tengan el mismo recelo. Sin embargo, en ese aspecto concreto, no he visto nada por el momento que me indique planeen algo… solo la normal desconfianza y precaución.

Anselminus no tenía nada relevante que contar sobre la cena, pero tras la pregunta de Normand se quedó un rato pensativo, intentando recordar cómo se habían tomado aquél mensaje antes de salir de su hogar.

– Maestre Anselminius, ¿leísteis los mensajes que nos han traído hasta aquí? Los Manning estaban seguros de que traeríamos tropas de nuestra casa para garantizar la paz durante la boda. Y me hizo evidente su desagrado e incomprensión. Había alguna referencia a que acudiéramos con soldados y después mi hermano lo considero una exageración que podría ofender a los Harte y los Manning, ¿o tuvisteis alguna duda sobre la procedencia de los mensajes? De algún sitio sacaron los Manning ese convencimiento de que apareceríamos con un numeroso contingente de soldados de la Casa Serf.

- No había nada raro en el mensaje de invitación a la boda, aunque es cierto que en ella nos solicitaban apoyo para mantener el orden durante la ceremonia. Además, fue Lord Serf quien asignó nuestra comitiva; es posible que todo haya sido fruto de un malentendido o que Lord Serf no se tomase en serio la posibilidad de que ocurrieran problemas.

En cualquier caso, ya no hay tiempo de corregir esta decisión. No podemos dejar en mal lugar la reputación del lord. Si debemos intervenir en algún momento habrá que demostrar autoridad y firmeza. -