A Lylian le resultaba tremendamente incómodo le papel de jueces que les habían otorgado. Estaba claro que algo raro pasaba,¿ por que si no, Lord Harte iba a desvincularse de uno de sus derechos y deberes de mayor importancia? A ojos de la joven el echo de que hubiese delegado esa tarea en ellos no decía nada bueno del Lord de las tierras. - Ser Etan,os separásteis del grupo para buscar una presa con la que impresionar a vuestro señor,¿no es asi? esperó unos segundos para que el joven pudiese afirmar, asentir o responder de algún modo,pero estaba claro que había llegado el momento de descubrir la verdad.-Siendo así os ruego que me expliquéis una cosa,¿como es posible que supierais que los Manning se habían separado del grupo?
-Así es, mi señora. Me separé del grupo para buscar la mejor pieza. - Confirmó el joven.
Después, ser Etan palideció por un momento ante la pregunta de Lady Lylian que lo dejaba en evidencia, pues demostraba que había un periodo de tiempo que no cuadraba. Lord Manning y Lord Harte cruzaron miradas, en el primero pudo verse la determinación de quien ve como los acontecimientos terminan dándole la razón, en el segundo preocupación por el cariz que todo tomaba.
-¿Qué? ¿Cómo decís? -Respondió ser Etan tras tragar saliva, pidió que la dama le repitiera la pregunta y una vez lo hizo dio una respuesta más elaborada. Alargando las pausas al principio y soltando el final de su argumentación como un torrente, o como una salvadora ocurrencia repentina. -Pues... veréis... supe eso porque.... bueno, es evidente mi señora. Fue Lord Kevan quien lo dijo cuando se me acusó por primera vez en las afueras de la ciudad. Así que supongo que si lo dijo, alguno de los que iban en la cacería lo habría visto partir.
-¡Mentiroso! - Lord Kevan Manning estalló de pronto. No podía seguir aguantando aquella pantomima más tiempo. -Lo sabíais porque me seguisteis para atacarnos a mí y a mi padre. Os mataré, ser Etan. Juro por los Dioses que os mataré con mis propias manos.
Kevan había tirado la silla al levantarse de modo tan brusco, se giró hacía Lord Harte directamente y le señaló con el dedo.
-¿Cuánto tiempo vais a seguir con este triste teatro? O estáis escurriendo el bulto para no ser vos mismo quien le aplique a este mequetrefe la sentencia que se merece, o bien queréis exculparlo como sea y dejáis esa tarea en manos de otros para que mi familia no os acuse de tales maquinaciones. ¡Aplicad la justicia que se merece, Lord Harte! Sentenciad a muerte a ese asesino si queréis boda, ¡o si queréis paz!
Lord Gerard Harte también se puso en pie, aunque con más tranquilidad que el nuevo e impetuoso Lord Manning. No iba a consentir que se le acusara de esa forma bajo su propio techo.
-¡Calmaos, Lord Kevan Manning! - Le dijo con una voz potente y autoritaria. Lord Harte estaba más sereno y tranquilo que Lord Kevan, pero no se amilanaba. -¿Qué pensaría vuestro padre si os viera perder los papeles de tal forma? - Kevan guardó silencio, pero apretó los puños contra la mesa. Era difícil saber si estaba más enojado o se empezaba a calmar.
-Los Serf están mediando para que todo sea imparcial, una decisión u otra. Conozco a este joven, no merece morir por un error de caza. Pero no quiero que me acuséis de ser injusto en esta decisión. Vos solo queréis sangre.
-¡Pues si sangre quiere, sangre tendrá! - Dijo de pronto una voz femenina. Todos se quedaron de piedra al ver como Sylvie Harte se levantaba de golpe de su asiento e intervenía en la conversación de los dos lores. Hasta entonces había permanecido callada, como simple espectadora, o como se suponía que una dama debería permanecer.
-Ser Etan Hogg, os sentencio a la pena de muerte por el asesinato de Lord Artur de la casa Manning. - El silencio que se hizo en la sala tras esas palabras fue sepulcral. Nadie se esperaba una reacción así por parte de una joven tan dulce y educada como Sylvie Harte. Kevan Manning la miraba atónito, incluso con algo de admiración podría decirse; Lord Harte bajó la mirada apenado y se pellizcó el puente de la nariz con los dedos, dudando de si contradecir a su hija o dejar que aquella sentencia se hiciera efectiva; ser Etan Hogg la miraba incrédulo, con lágrimas en los ojos. El silencio no se rompió hasta que Sylvie volvió a hablar de nuevo.
-Esta boda es importante para ambas casas. No podemos dejar que el hecho de proteger a un estúpido caballero la eche a perder, y más cuando existen tantas sombras sobre lo que hizo. Accidente o no, mató a un Lord. Y por tanto merece la muerte.
Ciertamente, las mujeres eran seres sorprendentes. Había esperado que Normand fuera el que pusiera en evidencia la contradicción del joven caballero, pero en su lugar era lady Lylian la que lo exponía. Ahora esto, por parte de la joven Harte que si el corazón de Yoren no se equivocaba era la causa de todo. Incluso sabiendo que era culpable (no solo por accidente de una muerte, sino también de ser un mal tirador), no podía dejar de sentir algo de pena por el muchacho. Probablemente en este momento estaría más herido que si lo hubieran dejado en manos de lord Kevan…
Frunciendo el labio, volvió la vista hacia los cortesanos de la familia Serf, e hizo un gesto con la diestra, invitándolos a expresarse y terminar con aquello. Porque de seguro tanto el castellano como la joven señora sabían lo mismo que él; la chica tenía razón.
Lylian dirigió una cariñosa mirada a la joven, sospechaba que esta era la primera vez que la hija del lord se expresaba con tal vehemencia en público, incluso tal vez en privado. esperaba de corazón que no dejase de hacerlo pues, aunque no quisieran aceptarlo a los hombres a veces les hacía falta un toque femenino para ver cosas que se les escapaban... Suspiró, levantandose lentamente y bajó el tono de voz tratando de calmar los ánimos a su alrededor.-Que alguien saque de aquí a Ser Etan, es lo más conveniente.
Esperó con cautela a que se lo llevasen, ahora por fin podrían tratar el asunto de la boda al menos por su parte este tema quedaba zanjado.
Viendo la reacción de Lord Harte para ella quedaba claro que había intentado impedir la boda dado el carácter explosivo del novio, ¿no era lógico que le asustase entregar a su hija a un hombre que pareía solucionarlo todo por la fuerza?
-Lady Harte ya ha dictado sentencia.Por mi parte, ni puedo ni deseo cuestionar su autoridad o su decisión.dijo dirigiéndose principalmente a la joven con una leve sonrisa.Era un tema difícil, pero aún así quería mostrarle su apoyo.
Lady Lylian sugirió que era el momento de llevarse de allí a ser Etan Hogg, ajusticiado a muerte de manera sorpresiva por la hija de su señor. Lord Harte, alzó la vista lentamente y miró a Lady Lylian, se adivinaba en sus ojos la duda y el sentimiento de que su autoridad estaba quedando desplazada. Pesadamente dirigió la mirada hacía sus guardias, quienes aguardaban que su señor confirmara aquella orden para sacar de allí a ser Etan. Asintió con un lento cabeceo que fue suficiente para que los hombres se acercasen a Hogg y lo tomaran por los brazos para llevárselo.
El joven caballero quiso protestar y resistirse e implorarle a su señora que le perdonara la vida, pero todo lo que salió de su boca fue un balbuceo apenas inteligible, una negación y una suplica: No, mi señora, por favor, no, no... Las lágrimas se escapaban del rostro de ser Etan, que trataba sin éxito de zafarse de los guardias de lord Harte.
-Ser Etan Hogg, -dijo finalmente Lord Harte imponiendo su voz grave sobre todo el jaleo, - permanecerás esta noche en las mazmorras y se te ajusticiará al amanecer. Podrás elegir la forma de morir. - Lord Harte miró a Kevan Manning, que igual de sorprendido que el resto, miró al Harte y asintió con la cabeza para expresar su conformidad.
Lady Sylvie devolvió la sonrisa a Lady Lylian y asintió con la cabeza, recibiendo su apoyo en medio de aquel mundo de hombres donde ellas apenas pintaban nada: no podían elegir con quien casarse, no podían gobernar sus propias tierras sino que un hombre forastero se encargaría de ello y ahora su padre y su prometido discutían un asunto de cuya resolución dependía su futuro, el de su casa y las tierras y hombres que vivían bajo su protección. Sylvie Harte había alzado la voz para ajusticiar a un hombre, algo poco común y que no se hubiese tomado en cuenta si no fuese la hija consentida de su padre y si no fuese realmente la decisión adecuada. Lord Harte lo sabía, y así lo dejó claro refutando la orden de su hija a continuación pese a que sentía aprecio por ser Etan Hogg.
-¡Aguardad! - dijo de pronto la joven. Los guardias que se llevaban a ser Etan se detuvieron y la miraron, de hecho todas las miradas se dirigieron a ella, esperando ya cualquier desenlace. Sylvie Harte se giró hacía el nuevo Lord Manning y le habló con la misma seguridad en la voz que había demostrado anteriormente. -Lord Kevan, mañana será el día de nuestra boda. No me parece conveniente que ese día comience teñido de sangre. Creo que sería un mal augurio terrible. Os suplico, como vuestra futura esposa, que permitáis que la ejecución de ser Etan se posponga hasta el día siguiente.
Kevan Manning no esperaba que sus deseos de venganza fuesen resueltos tan pronto. Aguardaba un largo tira y afloja entre Lord Harte y él, incluso estaba pensando que medidas podría tomar si los Serf decidían aplicar un castigo menor al asesino de su padre. Pero la irrupción de Lady Sylvie lo había cambiado todo radicalmente.
-Ah... claro, claro. Mi señora. - Concedió todavía sorprendido, y en cierta manera algo fascinado, por el carácter y el aplomo que había demostrado su futura esposa para solucionar aquella situación. -Mientras se ajusticie a ese hombre, no me importa que sea mañana o pasado.
Interesante. Parpadeando con intensidad, Yoren observo algo asombrado aquel manejo de la situacion. Cuidando sus pasos, retrocedio para volver al lado de donde había salido, e incluso mas atrás, poniéndose a espaldas de Normand y lady Lyllian para que sus palabras no fueran mas allá.
- Deberíamos vigilar que la disposición de los lores se cumpla y nadie pretenda adelantar el final de ser Etan… o hacer alguna otra cosa imprevista. Sugiero designar a Konrad para esa tarea… No tiene porque ser una algo abierto, que ofenda a lord Manning. +comento suavemente.
lylian asintió levamente ante las palabras de ser Yoren, después dio un ligero paso adelante acercándose un poco a la posición de lady Sylvie, -Bien, supongo que ahora que está todo resuelto podemos adelantarnos y brindar por el matrimonio. dijo con una sonrisa. Suponía de Lord Harte no estaba muy contento con como habían resultado las cosas así que pensó que debían destensar el ambiente. pobre Lord Manning,pensó par así,tanto genio y lo acaba de amansar una dulce muchachita...Ciertamente le gustaba la forma en que la joven había manejado la situación.
Lord Harte mantenía cara de circunstancias mientras se llegaba a una resolución de aquel conflicto, no parecía muy satisfecho con el resultado aunque no le quedaba otra opción que aceptar la resolución tomada. Hizo una mueca de resignación y ordenó que se sirvieran copas y vino para todos, de modo que pudieran brindar por el matrimonio que se celebraría al día siguiente. Al menos, habían logrado que la ceremonia se llevara a cabo.
Alzaron las copas de vino y las hicieron chocar mientras daban a la pareja su enhorabuena. Lady Sylvie parecía entusiasmada por que al fin las cosas le salieran bien tras los acontecimientos de los últimos días. Aunque quiso tener unas palabras para su hermana recientemente fallecida en trágicas circunstancias y no pudo evitar que las lágrimas de emoción asomaran a sus ojos. Aquella boda estaría marcada por la tragedia, y ambas casas habían sufrido por igual.
Cambio de escena: La ceremonia