Laura aceleró el paso en cuanto se despidió del grupo, y de Olivia, que la acompañó hasta la calle Bretón de los Herreros. La ciudad permanecía en calma. El ruido de las terrazas sonaba amortiguado detrás de los tímpanos de la joven periodista. El sonido de sus botas, que tenían un pequeño tacón, resonaba por la sombría calle Lardero. Sus manos temblaron cuando, ya en el portal, alcanzó el manojo de llaves. El corazón le dio un vuelco cuando vio una sombra reflejada en la puerta de entrada. Falsa alarma, tan solo un viandante con mucha prisa.
Tan solo consiguió relajarse cuando cerró la puerta de su casa y echó el pestillo. Odiaba quedarse sola. Su novio, Raúl, un prometedor ingeniero de caminos, estaría ausente toda la semana, debido a un congreso al que debía asistir en Madrid. Justo cuando más le necesito... Pensó en llamarle, pero su ponencia sería mañana a primera hora y no quería molestarle con tonterías. Pero... ¿son realmente tonterías?
El ordenador estaba aún encendido. Con las prisas, había olvidado apagarlo esa mañana. La pantalla parpadeaba a cincuenta frames por segundo. La mente de Laura ansiaba respuestas.
Me senté frente a la pantalla del ordenador y comencé a googlear. A mi derecha se encontraba mi inseparable cuaderno de notas con todo lo que ya había apuntado y un bolígrafo Pilot azul.
Había quedado claro que Lantarón sabía bastante sobre lo que estaba sucediendo, pero entre los comentarios de los que se desternillaban los usuarios de Forocoches había un segundo hombre que también había hablado al respecto, y respondía al nick de FMartínPinedo. Sin duda, un nick mucho más fácil de rastrear. Subrayé el nombre del usario, que había apuntado en mi cuaderno de notas. Quizá fuera un buen primer paso comenzar desde ahí.
Googleé "FMartínPinedo", pero resultó bastante infructuoso. Sólo dos de los resultados que encontré parecían relacionados.
El primero era un enlace de Eleconomista, donde figuraba un empresario llamado J. Martín Pinedo Cerezo. Ni siquiera las iniciales coincidían, pero al menos ambos era de Logroño, por lo quizá podría ser un familiar que conociera a F. Martín Pinedo, o sólo fuera una coincidencia. J. Martín Pinedo se dedicaba al alquiler de locales industriales, esa era toda la información que figuraba en la red. Probé a buscar distintos nombres de pila, como Fernando, Francisco o Felipe, que pudieran coincidir con la F. del usuario, pero no apareció ningún resultado relacionado con Logroño.
El segundo enlace era una una noticia, que problablemente era de la que hablaban los usuarios de Forocoches en el post en el que se reían de Lantarón. El titular era claro "Aparecen dos cadáveres en el río Ebro". Se hablaba de la aparición de dos cadáveres: una mujer desaparecida en Villamediana de Iregua, llamada María Pilar San Román, y un hombre de mediana edad, aún sin identificar. Al parecer, había sido a causa de la intervención de la policía para extraer el primer cadáver que el segundo había llegado a ser encontrado.
"Siempre es un binomio de dos. Hombre y mujer" pensé, recordando las palabras que había leído en el post de Forocoches. Sin duda, era algo extraño. ¿Sacrificios duales? ¿Acaso habría una secta satanista en Logroño que se dedicaría a secuestrar y sacrificar siempre a un hombre y una mujer? ¿Por qué no dos mujeres o dos hombres?
Tomé varias notas más. No podía dejar que se me escapara ningún detalle.
Comencé a leer los comentarios. En el más reciente se podía leer a Lantarón, que parecía bastante molesto de que le tomaran a broma, hablando de nuevo sobre las señales de La Grajera y de la expresión en los ojos de los suicidas. El siguiente comentario de Lantarón resultaba aún más impactante:
"Alguno se va al siglo XVI y encuentra señales. Pero no se da cuenta de que si busca, atrás, más atrás, mucho más atrás, verá que eso estaba ahí. Y dejo un dato para la reflexión...¿nadie se ha parado a analizar la muerte de los soldados en el Ebro? Hay periodos, son épocas. Y os centráis en el Ebro, pero ¿y la desaparecida Iglesia de San Adrián en La Cava? ¿De dónde se surte de agua el Ebro? ¿Por qué se suceden los suicidios en una determinada zona de La Grajera con unas características naturales muy determinadas?"
Hablaba del siglo XVI y de posibles señales similares a las actuales. ¿Se referiría al proceso de Zugarramurdi que había supuesto la ejecución de doce mujeres? Me resultaba extraño que hablase de un período incluso mucho más anterior. E incluso hablaba del ahogamiento de unos soldados en el Ebro, así como una iglesia desaparecida, la Iglesia de San Adrián en la Cava. Aunque lo más intrigante era lo que decía sobre el agua del Ebro. ¿Tal vez los suicidios que se producían en una zona de la Grajera se debieran a las características del agua? ¿Acaso habría algún tipo de toxina en ella que hiciera enloquecer a las personas?
Observé horrorizada que Lantarón y FMartínPinedo no eran los únicos que mencionaban el oscuro pasado de la ciudad. Un tercer usuario comentaba, bajo el pseudónimo Hermandad, la existencia de un culto que, a las órdenes de la Iglesia y la Corona, se encargaban de combatir a los herejes que penetraban en España siguiendo la ruta del Camino de Santiago, y que a ese culto no le importaba qué medios emplear para obtener sus fines. Para más inri, el usuario afirmaba que tenían su base al lado del río y que se desplazaban por los subterráneos de la ciudad, a través de túneles y galerías. Aquello empezaba a dejar de ser una historieta que se había montado un loco.
Continué leyendo comentarios hasta llegar a uno en el que FMartínPinedo mencionaba un par de frases que no dudé en anotar: "Géminis buscando su parte perdida y creando inestabilidades, Piscis intentando establecer su conexión hídrica como supervivencia…" Que mencionara dos signos del Zodíaco de una manera tan críptica era algo que no podía evitar pasar por alto.
Tras haber analizado a fondo la página, opté por googlear el nombre de la mujer que había aparecido muerta: María Pilar San Román. No me llevó mucho rato hallar una noticia en la que se explicaba que había desaparecido en Logroño, tras bajar de un autobús, cerca del barrio El Cubo. No había mucho más sobre la desaparición, aunque menos era nada.
Después de pensarlo detenidamente, decidí escribir una pregunta en el foro ¿Hay un Logroño oscuro?.
Atrapada por una historia que cada vez adquiría más complejidad, Laura perdió la noción del tiempo. Sola, a oscuras, únicamente iluminada por la luz azulada de su ordenador portátil. Dieron las once, y más tarde medianoche. Un paquete de comida procesada, arroz con pollo al curry calentado al microondas, sirvió de cena al tiempo que sus ojos recorrían páginas y páginas sin cesar. Pero más tarde que pronto, esos mismos ojos se enrojecieron en señal de protesta.
¡Las dos de la mañana! El sueño terminó por ganarle la partida a la joven periodista, que se arrastró como pudo hasta la cama, desagradablemente fría y vacía. El despertador la sorprendió seis horas después, sonando tal y como estaba programado a las ocho y media.
Todavía somnolienta se preparó el desayuno. No tendría que entrar a la redacción hasta las diez y media. Quizá podría aprovechar esta hora extra para avanzar un poco más con la investigación...
Aún me quedaban cerca de dos horas para acudir a la redacción, por lo que decidí dedicarla a tratar de avanzar con la investigación. De momento, no había logrado mucha información sobre la que rascar y, por desgracia, la red no mostraba más información sobre FMartínPinedo, Lantarón o la mujer asesinada.
Sin demasiadas pistas de las que tirar, comencé por lo más sencillo. Googleé "suicidios en La Grajera", esperanzada en hallar algo, o al menos un patrón común en aquellas muertes.
Me sorprendió la noticia del primer enlace: La Policía Nacional evita el suicidio de una mujer en el parque de La Grajera. Suspiré al advertir que la noticia databa del 2007. Parecía que el tema de las muertes no venía sólo de hacer un par de años. En la noticia se indicaba que la mujer, de cuarenta años, hablaba con dificultad y no podía ni mantenerse en pie, y que había ingerido pastillas. En la noticia se mencionaba que la encontraron cerca de una acequia, que sufría una fuerte depresión y que acudía regularmente a un restaurante que se encontraba en la zona de La Grajera.
Podía tratarse de una simple casualidad, que no tuviera nada que ver con lo que ahora sucedía, de no ser porque el segundo enlace contenía un titular prácticamente idéntico: La Policía Nacional evita el suicidio de un hombre en el parque de La Grajera. Casi podía sentir el vello poniéndoseme de punta. ¿Otro más que se decide por La Grajera? ¿Qué diablos habrá en ese sitio? De nuevo, un suicida habría tratado de quitarse la vida ingiriendo pastillas, aunque en este caso este hombre había intentado asfixiarse dentro de su coche.
El siguiente enlace que despertó mi interés rezaba "La Guardia Civil recupera el cuerpo sin vida de un hombre en el río Ebro". Al parecer, el hombre, natural de Fuenmayor, llevaba casi un mes desaparecido. Tras este artículo, consulté dos más. En el primero de ellos, que pertenecía al diario El País, se hablaba de dos suicidios en el hospital San Pedro, de Logroño, en un período de apenas tres días, durante el año 1985. Por desgracia, no parecía tener nada que ver con la investigación. En el caso del último enlace, se mencionaba que el delegado de Gobierno de La Rioja felicitaba a unos policías por haber impedido un total de cinco suicidios, durante el año 2013. Me llamó la atención que uno de ellos era el intento de suicidio del hombre que había tratado de asfixiarse en el parque de La Grajera, mientras que otro se trataba de un hombre que había intentado arrojarse al Ebro. Quizá fuera una tontería, pero el primero había tratado de quitarse la vida el día 10 de Mayo, mientras que el otro había intentado matarse el día 29 del mismo mes.
Por desgracia, no había prácticamente nada más en la red acerca de los suicidios de La Grajera. Observé mi reloj y, tras constatar que no me quedaba mucho tiempo para acudir al trabajo, decidí tomar algunas notas en mi cuaderno y salí de casa rápidamente para dirigirme a la redacción.
Buen trabajo, Laura! Que investigación más a fondo, madre mía, vas a acabar sabiendo más que yo. Solo por curiosidad, ¿se te ocurrió mirar la sección de comentarios? Lantarón nunca duerme, y podría aparecer en el sitio más inesperado...
Se me pasó mirar en los comentarios, pero ahora acabo de ver los comentarios de una de las noticias y bufff... Acabo de ver a Lantarón con otro nick. Y si no es él, habla exactamente igual.
Una vez que regresé a mi casa, por la noche, me encontraba bastante agotada como para seguir investigando, aunque esperaba al menos poder arrojar algo de luz sobre el tema de los nombres. De modo que fui hasta mi portátil para googlear los nombres propios con los que contábamos.
El primero, como no podía ser de otro modo, fue Lantarón, por lo que escribí "Lantarón rioja2" en Google. Los títulos marcados en violeta me marcaban cuáles eran los enlaces web que ya había visitado, aunque me sorprendió advertir que había muchos más de los que había hallado el día anterior. Era increíble. Cuando una sabía dónde buscar, Google era como una mina de oro.
El primero de los enlaces era el de una noticia que hablaba sobre una alerta por niebla durante el pasado mes de Diciembre. Y nuevamente, allí estaba Lantarón para dejar su comentario matinal. Habría parecido un troll o un loco obsesionado de no ser porque las piezas comenzaban a encajar. Aquella niebla se había producido en la zona de la ribera del Ebro y, a juzgar por las palabras de Lantarón, había sido concretamenten en La Grajera.
El segundo de los enlaces hablaba sobre las carreras ilegales de coches en Logroño y, de nuevo, allí estaba Lantarón para aportar su punto de vista. Suspiré al leerlo, incapaz de creer lo que leía. Pese a que cada vez tenía más claro que había algo de verdad en los delirios de Lantarón, cada vez tenía más claro que aquel hombre debía de ser un auténtico magufo obsesionado con las conspiraciones y las historias rocambolescas. Decidí leer su comentario en voz alta, preguntándome por qué seguía dándole crédito a aquel pirado de internet:
-"Yo he oído que hay un hombre de unos 70 años que todos los primeros viernes de cada mes sale con un Mercedes SLK pulido, color negro, y se va por la zona de Varea sin luces, cruza luego por el CC Berceo hacia la zona del Cementerio y va hasta la gasolinera del Mundial a toda velocidad. Dicen que tiene un inhibidor de radar y que tiene comprada a la local. También he oído que en un accidente mató a dos jóvenes en los 90 y que por eso, por el dolor de aquel drama, sale cada primer viernes en dirección contraria esperando que alguien se lo lleve por delante y acabe con su sufrimiento". -Resoplé al terminar de leer, y decidí fumarme un cigarrillo para relajarme. Lo iba a necesitar-. Genial. Además de una secta que se deshace de los "herejes" y un río que provoca que las personas se suiciden, ahora tenemos a un abuelete ricachón que quiere matarse con su coche.
Era increíble. ¿Dónde escuchaba esas historias aquel tío? No creía que, en aquella ocasión, el comentario de Lantarón pudiera sernos de mucha ayuda. Aunque, ¿quién sabe? Pese a todo, decidí tomar alguna nota más. Los jóvenes habían muerto en los 90, ¿podría ser durante el 93, cuando se inauguró el parque? ¿Podía ese hombre estar de alguna manera relacionado con lo ocurrido o sólo sería otro delirio más de Lantarón?
El tercero de los enlaces era una noticia en la que la familia de una adolescente de catorce años desaparecida agradecía por los esfuerzos que se habían realizado en la búsqueda de la pequeña. La noticia databa del 9 de Junio de 2016, prácticamente hace un par de años. Me llamó la atención cómo comentaba que, durante el día de la desaparición, fue un día frío de verano. ¿Podría el clima ser uno de los factores que, de algún modo, propiciaban aquellas desapariciones? ¿Tal vez los miembros de la secta, o lo que quiera que se ocultaba bajo Logroño, aprovechaba esos días para raptar personas?
El último de los enlaces hablaba sobre el caso de un hijo que había apuñalado a su madre en Villamedina de Iregua. Más allá de lo brutal del crimen, me llamó la atención que, en esa ocasión, Lantarón volvía a mencionar el clima de Logroño como un factor para los crímenes. Sin embargo, lo más relevante de todo es que mencionaba que estaba leyendo la noticia "sentado desde la colina más alta al sur de Logroño".
Ante aquellas palabras esritas por aquel obsesivo individuo, di un respingo en mi asiento. ¿Podría estar revelando cuál era su ubicación? Solo había que saber qué era la "colina más alta al sur de Logroño" y, quizá, podría averiguar quién era aquel hombre, cuya vida parecía girar en torno a escribir en el diario digital Rioja2.