Partida Rol por web

Daniel miró impaciente la pantalla de su móvil. Última conexión el lunes 14 a las 17:21. La conversación de WhatsApp terminaba con un abrupto "si si, luego te cuento". Después ninguna respuesta. Ni rastro de Manuel Cidacos. La policía estaba al corriente, pero Daniel sabía que no solucionarían nada. Nunca lo hacían. ¿Cómo querían encontrar a su amigo si no tenían la más mínima idea de por dónde empezar? Pasaría lo mismo que había ocurrido con las desapariciones anteriores. Caso cerrado a los tres meses, carpetazo y a otra cosa. En un abrir y cerrar de ojos pasas de ser una persona real, un ciudadanos lleno de derechos, a un número más que engrosa las listas de los desaparecidos. Une mera estadística. Pero, yendo a las estadísticas, no había nada de normal en lo que estaba pasando en Logroño últimamente. El número de sucesos siniestros que rodeaba al parque del Ebro era alarmante, y nadie estaba haciendo nada por evitarlo. Daniel encendió el ordenador. Sin duda tenía que haber alguien que supiera algo. Alguien que quisiera hablar. Habia abierto es misma mañana un hilo en un foro pidiendo información que pudiese ayudar a encontrar a su amigo, y de paso averiguar qué es lo que estaba pasando. El título decía así: ¿Hay un Logroño oscuro?

Parece que tu petición de ayuda por Internet ha captado la atención de muchos. Algunos incluso con intención de ayudar. Cada mensaje te da un poco de esperanza, pero el último, el de Claudio, hace que tu corazón de un vuelco. ¿Un pastor alemán? ¿De nombre Cuzco? Conoces bien a ese perro. Se trata de la inseparable mascota de Manuel Cidacos.

Al fin y al cabo, pedir ayuda en un foro no era una opción tan desdeñable.

Ok, mañana ya posteo lo de mi perro y demás,por hacerlo mejor desde PC. De momento de 10 Máster.

Daniel llegó a casa casi corriendo, tirando de Cuzco. Sus padres estaban en el salón, viendo algún documental de asesinatos. Justo lo que necesitaba... Rezando para que el perro no ladrase, lo consiguió colar en su habitación. Estáte callado, Cuzco, no me delates. Le susurró. 

Su madre le gritó algo desde el sofá. Algo sobre la cena y la manía de no avisar a tiempo. En fin... Daniel tenía cosas más importantes en las que pensar. La zapatilla había sido algo, un comienzo, aunque dudaba de que la supuesta prueba les fuera a llevar a algún sitio. Sin embargo aquel guardia civi retirado, Claudio, parecía una ayuda de verdad, y por eso le había confiado el custodio de la zapatilla. El párroco no le gustó del todo, su tez pálida le daba escalofríos. Las periodistas, por su parte, quizá fuesen de alguna utilidad en un futuro. 

Daniel pasó de la cena. No tenía hambre. Encendió su ordenador de sobremesa, tenía trabajo que hacer.

Encendí mi ordenador y miré el foro. Vi que Laura preguntaba por la iglesia de San Adrián en la calle Cava. No tenía ni idea de eso. Pero mi preocupación seguía siendo mi amigo. Así que busque sobre las desapariciones en Logroño en los últimos 5 años, para comprobar cuántas habían sido por la zona del parque. Mientras buscaba sobre eso, miraba imágenes del parque una y otra vez, sobre todo por la zona del río, para estudiar más al dedillo, conocer cada escondite y recovecos del lugar. Si volvíamos allí, no podríamos dejar sitios sin mirar.

La noche dio paso al día. El despertador sonó temprano. Cuzco dormitaba, pero en seguida se activó cuando Daniel puso un pie fuera de la cama. Sus padres ya no estaban, trabajaban mucho, y madrugaban. Él, como de costumbre, haría pellas. Dejó un mensaje a uno de sus amigos para que le cubriese en el instituto y firmase la hoja de asistencias por él. Había temas más importantes de los que ocuparse, lo primero: qué hacer con el perro.