Partida Rol por web

El transporte se detiene por fin con un suave ronroneo. El motor deja de vibrar y se escucha una puerta abrirse y volver a cerrarse. No había sido un viaje demasiado largo, pero si lo suficientemente incómodo como para desear que se acabara de una vez. Nadie conocía a nadie y se les había dado a todos los pasajeros instrucciones bien claras: Nada de interaccionar entre ellos. Ya llegaría el momento de conocerse.
Solo media hora antes habían embarcado en una de las cocheras que la Corporación poseía en el corazón de Boston. El transporte era un enorme camión blindado con capacidad para seis pasajeros, el conductor y el copiloto. Una pantalla de seguridad polarizada dividía a unos de otros de forma que no habría contacto entre ellos. Parecía tanto un transporte militar de tropas como un furgón de detención y levantaba alguna que otra sospecha sobre la naturaleza de la Corporación.
No todos los aspirantes habían sido reclutados o habían acudido a las oficinas de Jericó de aquella ciudad para presentar sus solicitudes, pero dado que sería allí dónde operarían de ser contratados, allí sería dónde llevarían a cabo la selección de personal. Cuestiones de logística, les explicaron. Transporte gratuito hasta Boston en clase business y taxi desde el aeropuerto hasta la sede. Todo muy limpio y legal, sin problemas en los accesos o salidas. Y la promesa de ser devueltos a sus lugares de origen en caso de no resultar aptos.
Un hombre en traje de chaqueta y corbata, tan anodino como podría ser cualquier encargado de logística de una multinacional, les había indicado que serían movilizados en un transporte blindada hasta las instalaciones secretas de entrenamiento que poseía la Corporación en algún lugar de las afueras. Por supuesto no atendió a consultas o dudas, ni escuchó sugerencias sobre dónde podía meterse su actitud. Simple y llanamente les indicó que si querían seguir adelante, debían subir al vehículo, mantener la boca cerrada y esperar llegar a un destino dónde les explicarían todo lo necesario. Si tenían alguna queja, podían dar media vuelta y regresar por dónde habían llegado.

Las puertas laterales del furgón se abrieron con un siseo hidráulico. Una voz metálica les invitó a bajar y, cuando estuvieron todos en tierra, su propietario les tendió a todos una carpeta con una sola hoja de papel a la vista, cogida con un clip y acompañada de un bolígrafo. Con una altura de dos metros la máquina humanoide que les había atendido esperaba paciente a que leyeran el contrato de confidencialidad que les ataba a mantener en secreto, bajo pena de demanda judicial, todo lo que iban a ver, oír o experimentar a partir de ese punto.

El color gris mate del material con el que iba blindado aquel ser, combinado con una serie de circuitos de luz azulada de aspecto futurista era toda una declaración de intenciones. Se acabaron las formalidades y los hombres en traje de chaqueta, había llegado el momento de las maravillas.

- Permítanme presentarme - Comenzó con voz átona - Mi nombre en clave es Carbono y seré su supervisor a partir de este punto. Han sido transportados a uno de los campos de selección de personal de la Corporación Jericó. Como deben entender, personas excepcionales como ustedes requieren medidas excepcionales de seguridad y en la Corporación no queremos que nadie salga herido. Somos una empresa consciente de nuestro lugar en el mundo y conscientes de que la población en general no posee las capacidades de las que ustedes pueden hacer gala. Es por este motivo que contamos con instalaciones únicas, controladas en todo momento por especialistas y observadores del gobierno, para garantizar su seguridad, la nuestra y la de aquellos a los que prestaremos servicio, los ciudadanos de a pié. - El tono de grabación con el que decía todo aquello hacía que ese discurso fuera desapasionado y frío. No invitaba a empatizar de ninguna forma.

Estacionados bajo un potente foco de luz que provenía de algún punto sobre el grupo, no había forma de ver nada mas allá de unos metros, pues todo lo demás permanecía en la más completa oscuridad.

- Se trata de un mero formalismo, pero antes de continuar deben firmar todos el contrato de confidencialidad. Si alguien se niega, puede subir de nuevo al transporte y se le llevará de vuelta a Boston, desde dónde podrá regresar a su casa. - Hace una pausa en la que no mueve ni un solo centímetro de su cuerpo aunque todos los presentes tienen la sensación de que los ha observado uno por uno, estudiando sus rostros - ¿Alguna negativa? ¿Alguna pregunta al respecto?

-SEÑOR! NO, SEÑOR! - expresó Wormhole en aquel tono militar que tan fácil le salía.

El ex-S.E.A.L. había presenciado multitud de briefings como aquellos en Oriente medio. Para él, bajar de un camión blindado, recoger sus órdenes y firmar documentación eran el pan de cada día. Se encontraba cómodo obedeciendo una jerarquía, sabiendo qué esperar, disfrutando del control. El laboratorio... aquello era otra cosa.

La furgoneta se tambaleó al incorporarse RC-207, en el pecho metálico hecho de cermets de titanio, fibra de carbono y kevlar, figuraban dos inscripciones, una era el logo de la Corporación Jericó, la otra eran las siguientes marcas: RC - 207. 

Se escuchó el sonido siseante de los compuestos electrónicos, mecánicos e hidráulicos al incorporarse tras las placas de apariencia metálica. Todo parecía ser metálico en su cuerpo, brazos, piernas, pecho, cuello, incluso las articulaciones eran duda de ser... humanas... ¿Porqué dudar su humanidad? Porque se podía percibir un mentón, boca, mejillas y nariz humanas que se dejaba ver bajo el visor de su casco, aunque desde fuera era imposible poder verle la cara tras el visor, él parecía si poder observar el mundo tras de sí. 

Siguió caminando hasta bajar del vehículo con cierta habilidad. Al pisar tierra, la suspensión del furgón volvió un poco mas a sus posición natural de equilibrio. Allí terminó de erguirse, miró a ambos lados analizando el terreno mientras la máquina hablaba sobre sus contratos. En un último movimiento, se quedó mirando cara a cara a carbono.

#Buenos días Carbono, no se si estará informado sobre mi situación actual. La Corporación Jericó me ha traído aqui para analizar mis habilidades de cooperación en equipo. No necesito firmar ningún documento, ya está todo arreglado.#

Su voz sonaba distorsionada, como si un sintetizador electrónico fuera el foco de su voz, sin embargo, la boca articulaba perfectamente y la piel moviéndose parecía real, es mas, cualquiera diría que era un hombre el que estaba ahi, pero su voz decía lo contrario.

RC - 207 se quedó detenido, observando de un lado a otro, como observando el entorno.

El camino le había resultado lento y pesado. Lejos de molestarle el aire de aprisionamiento que rodeaba a tantas medidas de seguridad, de causarle inseguridad o temor, lo que le causaba todo aquello era simple aburrimiento. Todo había sido diferente cuando entró por primera vez en las oficinas de la Corporación Jericó, acudiendo a la cita que le consiguienra su contacto. El ambiente de oficinas lujosas, atención formal y formalismos corteses le había agradado. No en vano le había gustado siempre rodearse de todos los lujos que pudiera conseguir. ¿Siempre? Al menos desde que podía recordar, lo que no era tampoco demasiado. Por supuesto, las muchas atenciones del personal femenino del lugar había ayudado a amenizar las esperas, algo que Braddock nunca buscaba pero con lo que había aprendido a convivir. Pero esto era diferente. El camión, el aislamiento, el secretismo... No podía interactuar con los demás aspirantes, pero los había observado. Uno de ellos parecía más máquina que hombre, otro llevaba uno de esos trajes de superhéroes que a Braddock le resultaban tan ridículos. Una de las cosas que esperaba de la Corporación era precisamente que no le obligasen a vestir ese tipo de estúpidas mallas de colores. Él prefería vestir de calle, con unos vaqueros y una camiseta ajustada, y en días frescos como aquel con una chamarra de aviador que ocultase en parte su remarcada musculatura. El cabello le caía por el rostro en largos mechones rubios, a través de los cuales observaba alrededor. Solo cuando el camión se detuvo, se apartó el cabello del rostro para demostrar algo de interés en todo aquello. Salió del camión de un salto, desengrasando los hombros y el cuello con gestos cansados. Había pasado tanto tiempo en la misma postura que casi se había quedado dormido. Un tipo con la misma pinta de robot que el aspirante de su lado les dió instrucciones, pero solo eran formalidades. ¿Firmar contratos? Pensaba que iba a empezar lo bueno... Mientras el de las mallas demostraba con unas pocas palabras su ideario de conducta, la de militar cabezacuadrada, comenzó a echar un vistazo al documento, leyéndolo a toda velocidad mientras se saltaba líneas completas. Formalismos, más formalismos, confidencialidad. Chorradas. Él sabía bien la importancia de mantener la boca cerrada, y no había llegado hasta aquí para volverse atrás. De hecho, estaba convencido de que aquellas pruebas eran también una simple formalidad. Después de todo ¿existía la más mínima opción de que la Corporación no quisiera contar con sus servicios? Imposible. Así que, cuando el aspirante robot, ciborg o lo que fuera, comenzó a poner excusas para no firmar, Braddock ya tenía el bolígrafo sobre el papel, cerrando la carpeta con el documento firmado y ofreciéndoselo al tal Carbono. - Yo tengo una pregunta ¿Cuando empezamos?

Cojo el papel que me ofrece la máquina y lo firmo. Puta mierda burocrática, pienso. Si me quieren joder me van a joder haga lo que haga, remato para mí. Me acuerdo aquella vez... me interrumpe la incomodidad que me provoca el traje. Hacía años que no me lo ponía. Tomás lo ha ajustado pero el hijo puta lo ha apretado demasiado y se me mete por el culo... Me mantengo firme sin demostrar nada. ¿Alguien sabe qué ha hecho el Betis? le digo a un joven para matar el tiempo.

Martin se sentía intimidado ante todas aquellas figuras. Parecían todos muy duros, o al menos casi todos, y sin embargo él no sabía hacer absolutamente nada. Además, su camiseta de ChupaChups le daba un toque ridículo. Era un puto cero a la izquierda y en poco podía pensar más que en volver a ver a aquel ser actuar. Cuando veía sus movimientos desde "el otro lado", sentía una inyección de adrenalina en pleno trasero.

¡Joder, esto puede ser divertido! ¡Tú, codo con codo junto a verdaderos cracks anti-malos! Podrían matarte, pero seguro que no te lo habrías pasado tan bien en tu vida...

Mientras pensaba en ello, hacía como que leía aquel papel. No entendía absolutamente nada de lo que ponía allí, se empeñaban en hacer aquellas cosas tan complicadas de comprender para la gente de a pie, siempre dando vueltas una y otra vez sobre lo mismo, y con aquella palabrería legal...

Panda dice que firme, y yo firmo.

Cada vez estaba más contento con su papel en aquel asunto.
Y quizá conociese a alguna chica guapa...

Antes siquiera de poder imaginárselo, una voz a su lado le despertó. - No sé quién es el Betis ni lo que ha podido hacer, señor... - Contestó con timidez.
Con las manos sudorosas se limpió las comisuras de los labios y, después de firmar, devolvió el contrato de confidencialidad a...

Disculpa... ¿Habías dicho Carbono? Ya he firmado.

Carbono recibe todos las carpetas con las firmas y un tipo en traje de chaqueta, aparecido desde más allá del círculo de luz que proyecta el potente foco, las recoge y se las lleva saludando a los aspirantes con un gesto de cabeza. ¿A dónde? Imposible de averiguar pues incluso los sensores biométricos, la visión nocturna y los demás aparatos de detección instalados en RC-207 estaban bloqueados. No había forma de ver más allá de la luz.

- Apreciamos su entusiasmo, Wormhole, pero no estamos en el ejército y no soy "señor". Carbono está bien y es suficiente. Señor Harris, gracias por recordarlo. - Parecía tener palabras amables para todos. Huecas e impersonales, pero amables. A una seña de la mano, el furgón volvió a poner en marcha el motor y salió del campo de visión, dejando al grupo a solas con el supervisor. 

- Efectivamente, las especificaciones de su situación están claras y en mi diario de abordo, unidad RC-207. Actúe conforme a las directivas establecidas y ajustese a ellas en la medida de lo posible. - Un segundo de silencio, inmóvil como una estatua - El Betis ha empatado con el Sevilla. Alegría para todos. Aunque han habido disturbios en el campo. Nada importante.

- Si no hay mas preguntas, paso a responder a la única que ha realizado Braddock. Empezamos ya. - Se apartó a un lado, sin teatralidad alguna-  Bienvenidos a SubCity.

Con esas palabras la luz del foco se atenuó hasta hacer discernible lo que había mas allá. Poco a poco empezó a ser visible algo que en un principio debería haber sido imposible. La humedad del ambiente era perfecta y se respiraba aire fresco, sin embargo, según su vista se iba a acostumbrando a las nuevas condiciones de iluminación revelando dónde se encontraban, los aspirantes no pudieron dejar de sorprenderse.

A pesar de haber comenzado el viaje de día, sobre ellos se extendía una noche sin estrellas y ante ellos lo que parecía una calle cualquiera de una pequeña ciudad cualquiera. 

Pisos de hasta diez alturas se extendían mas allá de la vista. Escaparates de tiendas mostrando sus productos, bloques de oficinas con algunas luces encendidas tras las ventanas, farolas, bocas de riego, carteles, señales de tráfico... Todo parecía tan normal que debía ser imposible... Pues estaba bajo tierra. Enormes columnas se alzaban sobre algunos edificios, sujetando una bóveda excavada en la roca natural, cuajada de troncos de estalactitas cuidadosamente recortados para evitar accidentes innecesarios.

Las aceras estaba sucias, papeles y bolsas volaban libremente y algunas paredes estaban decoradas con pintadas poco inspiradas e inspiradoras. 

Pero lo mas peculiar era le gente. Gente haciendo vida en aquella ciudad subterránea. Entrando y saliendo de las tiendas, charlando en las aceras, caminando cabizbajos sin fijarse en los demás, subiendo a sus coches y poniendo la radio pàra regresar a sus casas tras la jornada laboral. Hombres y mujeres de todas las edades y razas. Lo único que parecía faltar era la presencia de niños...

Víctor asintió ante las palabras de Carbono y se encogió de hombros. Cuando contempló el lugar en el que se hallaba se quedó mirando sin articular palabra un buen rato. Dio un par de pasos inconscientemente, como si estuviera soñando despierto. Las dimensiones, la población, la falta de luz, el consumo de oxígeno... aquello era áltamente improbable.

-¿Como es posible? ¿Se trata de algún tipo de holograma, de simulación? ¿Como puede existir todo esto bajo Boston sin que nadie lo sepa? Y a qué profundidad?

El humanoide pareció también sorprendido. Su cuerpo reacción humanamente, separó los brazos y los dedos de sus manos, atrasó un pié esperando alguna reacción, y su cabeza empezó a moverse ágilmente hacia todas partes, dió una vuelta sobre su eje de gravedad y volvió a la posición inicial, pero algo ya mas tranquilo.

#Vaya, que sorpresa.# - Volvió a mover los labios y a hablar coherentemente pero con ese sonido característico.

Braddock introdujo las manos en los bolsillos de su pantalón, haciendo ver que no se sentía impresionado en absoluto. No era cierto, por supuesto, como atestiguaban sus miradas a uno y otro lado, observando cada detalle con interés. Incluso llegó a lanzar un resoplido para apartar un mechón de pelo de en frente de su ojo derecho. Una ciudad entera, bajo tierra. Eso sí era algo nuevo. Casi era esperable algo así como campo de entrenamiento, demasiado espectacular pero perfectamente posible. ¿Qué mejor zona de adiestramiento que un entorno exactamente igual al que puedan encontrarse en una misión real? Era también una muestra de poderío y solvencia por parte de la Corporación, algo que estaba muy bien porque suponía que la Corporación tenía pasta, y eso era lo que Braddock buscaba. Pasta y una forma de alejarse de las calles. Sin embargo, algo no encajaba. La gente. Un campo de entrenamiento podía tener casas, edificios, calles, incluso vehículos abandonados. Pero ¿gente? No, eso no tenía sentido. Representaciones de gente sí, como en los campos de tiro, o incluso figurantes que doten ligeramente de vida al lugar. Pero esa cantidad de gente no tenía explicación. Incluso la idea del soldado no parecía descabellada, pero si esa gente era algún tipo de holograma estaba demasiado logrado. El hecho de que no hubiera menores de edad acrecentaba la sensación de incomodidad y desconcierto. Genial, un departamento de recursos humanos muy... pintoresco ¿En algún momento cercano se nos dirá lo que Jericó espera de nosotros? Aún no tengo demasiado claro si estoy aquí para competir con todos estos por un puesto de trabajo o para formar grupo con ellos ¿Sabe? Y ese era realmente el punto que le interesaba. No dudaba de sus propias capacidades, pero había demasiada falta de información, y desconocía el perfil que buscaban en ese proceso. Si tenía que batirse con ellos... quizás tuvieran reservadas algunas sorpresas desagradables. En cambio, si debía colaborar con ellos... bueno, Braddock no trabajaba bien en equipo, nunca lo había necesitado -al menos, que él recordase-, y depender de otros tampoco era lo suyo.

¡SUPUTAMADRE!

Tenía los ojos como platos y la boca abierta, sus manos se movían nerviosas. Su sorpresa era evidente y no trató de disimularla lo más mínimo, en esos momentos no pensaba en la gente que tenía a su lado, sino en toda aquella que pululaba por las calles de la ciudad.

¿Que me tranquilice? Puede que tú estés más acostumbrado a estas cosas, así que díselo a mi dedo. - Se estaba enseñando el dedo corazón para sí mismo - Jajaja. Claro, tú y tus "mira con otros ojos"...

Cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo se echó una mano a la cabeza y comenzó a reirse.

Lo siento, creo que se me ha ido de las manos. ¿Qué hacemos aquí?

- SubCity - Repitió modulando el sintetizador que hacía las veces de transmisor de voz para bajar ligeramente el tono y darle un toque de solemnidad. - Impresionante ¿verdad? Pero que sus dimensiones no les lleven a equívoco. No es una ciudad real construida bajo tierra. Como ha observado el señor WormHole, se trata de una gran simulación. - Sentenció.

- Lo que ven no es mas que un  gran campo de entrenamiento. Yo tampoco lo creí la primera vez que puse mis ojos sobre la ciudad. Tan realista, tan completa. Impensable - Dio unos pasos en dirección a la ciudad, saliendo de lo que ahora se ve que es un enorme círculo marcado por contornos amarillos de seguridad justo a la entrada de la calle. -Pero los edificios están huecos, las tiendas son poco mas que lo se se ve en el escaparate. Solo funciona la electricidad. No hay agua corriente, ni teléfono o conexión a internet. Los metros de tierra que nos separan de la superficie y una serie de medidas electrónicas protegen este lugar de cualquier intento de espionaje. Es prácticamente imposible llegar hasta aquí si no es con el consentimiento expreso de la Corporación. Por supuesto y espero que lo entiendan, no podemos revelar la localización exacta de este complejo ni otros detalles como la profundidad a la que se encuentra. Si permanece con nosotros el tiempo suficiente, señor Worhmole, estoy seguro que podrá acceder a toda la información que necesite.

Extendió el brazo y señaló a una persona cualquiera que paseaba por una acera, a unos diez metros, alejándose calle abajo.

- Simulacros. Todo en SubCity es artificial, incluidos los ciudadanos. Observadlos bien. - Dejó uno segundos para que el grupo hiciera lo que les había pedido. - Movimientos repetitivos y mecánicos, ausencia de expresión más allá de lo programado. Fijaos en que nadie se ha asombrado al vernos. Nadie parece reparar en nosotros.

Los sensores biométricos de RC-207 parecían volver a estar en activo y al hacer un barrido general sobre la población lo que obtuvo confirmó lo expuesto por Carbono. Todas las personas que tenían frente a ellos haciendo vida en realidad eran una suerte de simulacros artificiales, de algún tipo de polímero plástico mantenido por un servo esqueleto interno de metal. Pudo averiguar también que aquellos modelos no eran nada al lado de su propia tecnología, mucho mas avanzada.

- Normalmente solo utilizamos estas instalaciones para entrenar a los nuevos miembros del cuerpo de Seguridad Especial, pero en su caso haremos una excepción. Por circunstancias que escapan a nuestro control, hemos recibido una avalancha de solicitudes de ingreso en apenas unas semanas. Parece ser que hay mucha gente interesada en formar parte de la Corporación. ¿Los motivos? Nos son indiferentes. Pero tenemos un número limitado de plazas pactadas con el gobierno. Solo podemos ofrecer cobertura a ocho aspirantes, por lo que el resto deberá volver a casa y esperar una posible ampliación de personal o la apertura de un nuevo departamento especial. Lo lamentamos

Se vuelve entonces hacia el sorprendido Harris, desplazando de nuevo su enorme a la vez que estilizada armadura con total fluidez.

- ¿Que esperamos de ustedes, señores? Que actuando como grupo sean capaces de superar una serie de escenarios que reproducirán con fidelidad la realidad de un día de trabajo para el personal del Departamento de Seguridad Especial. Se enfrentarán a unos desafíos diseñados cuidadosamente por especialistas, en este entorno controlado, supervisados en todo momento por los sistemas de seguridad y vigilancia, así como por observadores del gobierno. Por supuesto, un equipo médico se mantendrá alerta en todo momento para evitar riesgos innecesarios. - Regresó sobre sus pasos, colocándose a la misma altura que el resto del grupo y observando la ciudad a través de los filtros de su visor. Ahora que la verdad sobre SubCity había sido revelada, no se podía evitar comprarla con un gran decorado de cine - En algún punto de la ciudad hay una fábrica. North Central Positronics es el nombre. Dentro, en los niveles inferiores, hay una cámara acorazada. Y en esa cámara está guardada una caja que contiene un documento que debéis recuperar y traer aquí en el menor tiempo posible.

- No hay mas directrices, ni consejos o ayudas. Así serán los trabajos y así es como actuamos en la Corporación. Se nos supone completamente capaces y autónomos como para poder funcionar por nuestra cuenta y riesgo en cualquier situación, siempre minimizando los daños materiales y manteniendo la buena imagen de la empresa. ¿Alguna otra duda?

Mientras el hombre metálico hablaba, Braddock no hacía más que tomar notas mentales. Sí, todo eso de la simulación, los datos técnicos de esa inmensa sala de entrenamiento prefabricada eran algo espectacular. A pesar de esforzarse en hacer ver que nada de eso le impresionaba, la realidad era que Braddock sí que lo estaba. Sin embargo, eran otros los datos que le interesaban de verdad. Ocho plazas. Braddock miró alrededor. Estaba junto a otros cuatro aspirantes, un total de cinco, para cubrir ocho plazas. No hacía falta ser un lince para darse cuenta de que eso suponía otros grupos realizando las mismas pruebas, al mismo tiempo o por turnos. Y ocho ni siquiera era múltiplo de cinco, por lo que no esperaban que los grupos aprobaran en bloque. Las puntuaciones serían individuales, aunque la prueba se pasara en grupo... ¿Y la misión? Encontrar una fábrica solo con su nombre, llegar a los niveles inferiores, abrir una cámara acorazada y recuperar un documento. En el menor tiempo posible, con los menores daños posibles, con la mejor imagen corporativa posible. Braddock ni siquiera sacó las manos de los bolsillos. Solo miró a los demás miembros del grupo, sabiendo que cada paso en falso sería un aspa en su ficha, que cada acción correcta sería una puntuación positiva. Algo en su interior le invitaba a asumir el control del grupo, pero también sabía que no estaba acostumbrado a trabajar en grupo ¿cómo iba a dirigir a nadie? No, cometería un error tras otro, no era la mejor forma de superar la prueba. Finalmente se le ocurrió la solución. Si tenemos que trabajar juntos, será mejor que designemos a un líder lo antes posible -Comenzó a decir en alto, con aire ausente- No quisiera que nos pusiéramos a discutir cada vez que se nos presente un problema. Tú, soldado -Dijo, interpelando a Wormhole. Era evidente que tenía instrucción militar, eso podría convertirle presumiblemente en la mejor opción, con la escasa información con que contaba- ¿Has recibido instrucción para dirigir equipos en el ejército? Porque si es así, podrías ser nuestra mejor opción. También estaría bien conocer las capacidades que puede aportar cada uno, y os recuerdo que no tenemos demasiado tiempo...

Wormhole mantuvo la vista al frente, examinando la ciudad, tratando de determinar mediante la lógica, en qué zona podía estar la zona industrial de la "ciudad". Sin apartar la vista y diviendo su mente en dos partes, contestó al guapito de cara.

He dirigido escuadras, si. Pero siempre he sido más un "lobo solitario".

Wormhole siempre había sido apartado del mando por anteponer la seguridad de sus hombres al exito de una mision. Aquella era una de las razones que lo habían apartado del cuerpo.

Igualmente, el primer paso está bastante claro: localizar el objetivo. Sugiero que, los que dispongamos de medios de transporte, como supongo que dispondrá RC-207 y yo, deberíamos adelantarnos y reconocer el terreno lo más rápido posible.

Si lo localizamos y está lo suficientemente cerca puedo transportaros a todos allí de una sola vez. Creo que, una vez dentro, cuando nos encontremos con la verdadera "oposicion defensiva", entrareis mas en accion aquellos de vosotros con poderes más "físicos".

El humanoide volvió a observar claramente con su visor de última generación, fabricado con tecnología existente. Los exoesqueletos de metal, una antigualla de principios del siglo 21, eran la base de todos esos muñecos que aparentaban ser humanos, sin embargo eran robots precarios y de muy fácil fabricación.

#No son mas que robots viejos y una capa de piel sintética de fabricación nacional. No son humanos de verdad.# - Dijo sin dirigirse a nadie.

Mirar con otros ojos, eso debía haber hecho. Aún tenía que aprender a descifrar lo que esa cosa le decía, pero llevaban poco tiempo juntos. Así que nada de aquello era real, al menos en cierto sentido. Tan real que podía tocarlo, pero seguía siendo una copia de algo verdadero, una "imagen" del otro mundo, del mundo en el que vivíamos.

De todas formas, aquello seguía sonando a chino. Y conocía a alguien capaz de entender aquel idioma... Después de escuchar a los que parecían más jóvenes, tomó la palabra.

Creo que la idea de este chico es la más acertada, - dijo, haciendo un gesto con la cabeza hacia Braddock - aún no sabemos quiénes somos ni qué somos capaces de hacer. Por mi parte, me presentaré: me llamo Martin Harris, pero no soy importante...

Dio un paso al frente y algo empezó a cambiar ante los ojos del grupo. Su cuerpo comenzó a crecer mientras su ropa se estiraba para transformarse en algo diferente, y su cara, antes humana, cada vez tenía más aspecto animal. Lo último en aparecer fue una especie de calabaza que colgaba de su cinturón y un bastón de bambú que apoyaba en el suelo. El señor Harris era ahora un enorme oso que parecía sonreírles tras su sombrero.

Muy buenas. Mi nombre es Panda, encantado de conocerles. Como seguramente tenemos poco tiempo, iré al grano... lo que hago, en términos humanos, podría resumirse en una gran capacidad para las artes marciales e infiltración. Puede que sea una forma muy vaga de describir lo que soy, pero servirá por ahora.

La información previa no puede obtenerse de fantasmas ni espíritus, ni se puede tener por analogía, ni descubrir mediante cálculos. Debe obtenerse de personas.