Centro de Estudios Superiores
Un día más de escuela.
El tiempo transcurre igual, tristemente igual, prácticamente día tras día y sin nada nuevo a la vista. El cansancio se acumula en ti y tanta tristeza acumulada hace que te veas unos años más viejo de lo que eres, aún con la medicación que hace que tu "viejo amigo" no resurja para instarte a quemar todo hasta los cimientos y que en teoría te anima un poco eres prácticamente incapaz de sonreír.
¿Cuánto tiempo ha pasado ya desde lo de tu madre? Funesta práctica la de contar cada día que transcurre desde aquello, pero quizás es una forma de agarrarte a algo que no te haga perder la cordura... o quizás por el contrario es una piedra que te lastra, lenta pero inexorable, hasta un pozo de depresión del que será casi imposible escapar. Pero es lo único firme a lo que puedes agarrarte. Eso y el deseo de cortar alas de plumas negras. Pero ni siquiera has vuelto a verlos desde entonces, un deseo esquivo... ¿o no?
Como decía, nada cambia y ningún cambio a la vista... pero por algo habrá que empezar a contar la historia desde aquí. Quizás sea por la pequeña figura encapuchada que te mira desde una esquina del comedor, con una sonrisa asomando desde su capucha, figura que nadie más que tú parece ver. ¿Te has vuelto ya loco o aún te queda alguna hebra de cordura?