Partida Rol por web

Antes de que Stephen pueda repetir su disparo Noel se lanza a por su arma, se produce un forcejeo y por unos momentos no se sabe quien se va a hacer con su control.

Finalmente Stephen acierta a atinar con el gatillo, tras desembarazarse de su oponente, el disparo acierta en el hombro izquierdo de Noel, provocándole una nueva herida, este ya se encuentra cerca de estar malherido.

Stephen dispara de nuevo buscando llenar el pecho del asaltante de plomo ardiendo.

-Con estos disparos alguien ya habra llamado a la policia y estaran en camino. Hagas lo que hagas te atraparan, asi que te doy un consejo, si al menos quieres conservar la vida sal huyendo de mi casa y me olvidare de ti para siempre.

A pesar de sus palabras, el hombre continua encañonando a Noel, preparado para disparar el tercer proyectil en caso de ser necesario.

El hombre se da media vuelta para huir, pero no lo suficientemente rápido como para evitar una nueva bala que alcanza su cabeza haciendo papilla su cerebro, su cuerpo cae desplomado hacia delante en una postura poco natural, está muerto.

Tu pistola aún humea, se oyen a los perros ladrar en el callejón trasero por el que entró el intruso y un charco de sangre oscura va manchando el suelo.

Respira hondo un par de veces, ese tipo de asesinato burdo no es para nada de su gusto, ruidoso y sucio, justo lo contrario de lo que el pretende vender a sus clientes.

A pesar de estar bastante seguro de que en este piso no hay nada incriminatorio busca compulsivamente cualquier cosa que le pueda delatar, pues la policia llegara en breve y lo ideal seria que pareciese un caso de defensa personal... Aunque, que diablos, es justo lo que ha sido.

Por una vez no tiene demasiado por lo que preocuparse... De momento.

En el interior de tu piso se respira ahora el más absoluto silencio, hasta parece que el bullicio de la calle ha cesado, el charco de sangre que casi llega a tus zapatos se detiene.

Tu presentimiento se cumple y comienzas a escuchar el sonido de las sirenas que se acercan. El desorden en la cocina es evidente, el intruso no tuvo la precaución ni de usar guantes y las cosas están… tal y como las dejó.