Partida Rol por web

Ese muchacho del que me habláis mató a mi hija-dijo Delthis en un halo de misterio, con la mirada ensombrecida y fría- Una noche me vino a llamar Ladathus que ahora yace muerto a mis pies y me dijo que había atrapado a Cedric y que éste había matado a mi hija. A mi única hija... lleno de rabia al verla en un charco de sangre a sus pies yo le maté. Le ensarte con una espada en el pecho y me deshice de él para siempre...

-¿Cómo? -pregunto atónito. -Pero pero... ¿Entonces, quién es ella?

Estoy seguro de que Delthis se ha vuelto loco.

Reithar no podía creer lo que estaba oyendo. Si Liriandra estaba muerta, ¿con quien se había prometido? No entendía lo que estaba pasando pero se unió a la pregunta del bardo.

Ella... es una ilusión. Una ilusión creada a partir de agua de nieve. Pero no puede saberlo, descubrir eso la volvería loca... como me paso a mi. Me habéis hecho recordar... yo... ella... ella era mi hija... mi hija... como si aquello jamás hubiese ocurrido. Yo solo... quiero estar con ella el tiempo que nos queda y hacerla feliz... aunque no sea mas que una ilusión-se mostraba profundamente apenado y la voz se le entrecortaba por la congoja.

Pálido, estoy seguro de que mi piel permanece pálida y de mi garganta se niegan a salir si quiera un simple gemido.

-¿Una... ilusión?-pregunto soprendido.

No entiendo nada y ahora más bien querría casi no entenderlo.

-Cedric... él...-pero no salen palabras de mi boca.

Estoy convencido de que fue el propio Landathus el que asesinó a Liriandra, pero no puedo decírselo al anciano. Me limito a callar y agachar mi cabeza pensando en mantener firmemente la decisión de casarme con ella.

Victoria no daba crédito a las palabras. ¿Cedric un asesino? ¿De verdad había dado muerte a la hija de Delthis? ¿Pero por qué? 

La clérigo no pudo articular palabra simplemente agachó la cabeza en señal de respeto y se perdió en sus pensamientos. Aquello la había dejado helada.

-¿Estás en tus cabales, mago? Tu mujer, un cuervo, y tu hija, un témpano. El prolongado encierro en esta torre te ha secado el seso. Pero, ah, no tienes excusa: tú perseguiste la felicidad de una ilusión mientras que la aldea era sometida por unos rufianes bajo tu manto. Dinos, si tal como dices el bardo Cedric mató a tu “hija” –me imagino que debe tratarse de un asesinato metafórico-, y tú tomaste venganza sobre él, ¿dónde está su cuerpo? Es todo lo que queremos saber, y ya daremos cuenta al rey enano de tus actos.

Delthis negó con la cabeza.

-No era metaforico. Yo la vi, vi a mi pequeña ensangrentada entre los brazos de ese Cedric-la voz se le entrecortaba y cuando hizo mención a su hija notasteis su dolor reflejado en sus ojos. Pero no solo aquello, de nuevo os pareció escuchar una risa, ahora turbadora y un escalofrío irracional os recorrió el cuerpo-Ladanthus se deshizo de su cuerpo. Podeis hacer conmigo lo que querais, ya no me queda nada aquí pero por favor, no le digais nada a mi hija. Elfo-le dijo a Reitahr- si eres de corazón noble como dices ser prometeme que guardaras el secreto y nunca se lo desvelarás.

Mircea, Delthis está bajo la influencia del conjuro de la verdad, no puede mentirnos, así que lo que dice es cierto. Pero hay algo extraño en tus palabras. ¿Tú viste a Cedric matarla? ¿O simplemente te le encontraste junto al cadáver de tu hija?

Delthis la miró con lagrimas en los ojos. Ser participe de la realidad, de la que parecía haberse abstraído hasta entonces, parecía ser doloroso.

-No yo, la vi ensangrentada, el tenía una cuchillo en la mano manchado con al sangre de mi hija... yo... al verlos perdí la cabeza y...

Luego piensas que Cedric la mató. Lo sospechas pero no lo viste. ¿Había alguien más en aquel momento? ¿Alguien que contemplara lo que sucedió?

El mago negó con la cabeza...

-Solo Ladanthus-murmuró.

-¡Entonces, tinto y en botella! –estallo. –Te dejaste seducir por un asesino: Ladanthus, y su engaño te convirtió en uno, acabando con la vida de un inocente.

“Compañeros, tendremos que atrapar a alguno de esos que huyeron y preguntarles por el paradero del cuerpo del bardo. Lo más seguro es que lo arrojasen por el acantilado, pero…

“No creo que nos quede nada más que hacer aquí. Que el mago siga viviendo en su torre de ilusiones, si es lo que desea.

No se... no se que hicieron con el cuerpo-dijo tembloroso, con lagrimas en los ojos- ahora me doy cuenta de mi error. Por favor tomad mi vida pero no dañeis a mi hija-suplicó.

-Deja de compadecerte, Delthis. Tu sabiduría se requiere en esta región, para hacerla próspera. Supera la pérdida de tus seres amados. El juez tendrá en cuenta el engaño del que fuiste presa, tu enajenación mental al acabar con la vida de Cedric.

“Yo considero que el auténtico culpable de toda esta situación yace a nuestros pies. En cuanto consigamos capturar a algunos de sus secuaces, los interrogaremos para saber dónde había aprendido a camuflar tan bien su doblez.

"Y respecto a tu hija... Ningún ser, de la consistencia que sea, se merece vivir en la mentira. Allá tú con tus secretos.

Ante la evidencia de sus palabras, al igual que Mircea, mi mente me asegura que el culpable de todo era el cuerpo llacente a nuestros pies: Landathus.

"Lo matamos demasiado pronto" pienso mientras lo observo.

-Por mi parte... no me gustaría hacerle daño a Liriandra, ni siquiera a usted y... y... me gustaría poder decir que no decirle nada es lo correcto. Pero comparto la idea de mi compañero. Me comprometo a cuidarla, tal y como dije, a amarla y darle lo que se merece, ni siquiera le diré anda si usted así lo desea. Pero, ¿cómo le explicará el paso del tiempo sobre mi persona y no sobre la suya? Ella notará que me hago anciano mientras ella permanecerá tan bella como ahora. Así que, en contra de mi voluntad, esta boda no creo que sea conveniente si quiere seguir manteniendo su secreto, señor-expliqué algo abatido-. Compañeros, creo que es momento de marcharse y dejar a este hombre con su ilusión.

Un elfo preocupado por la vejez, no pensé que viviria para ver este momento-le murmuro el enano a Alaina.

Elfo, tu corazón te honra. Pero si la dejas aquí, ¿no se dará cuenta que yo envejezco y muero y ella no? Además, me subestimas. Ella vivirá y morirá como cualquiera humano. Quizás antes o quizás después pero de igual forma. Al igual que la nieve se convierte en agua ella que ahora vive morirá cuando llegue su día, como tu mismo Reithar. Asi que si es tu deseo dejaré que marche contigo, no sería capaz de retenerla aqui en contra de su voluntad-se giró hacia Victoria y el resto- No puedo hacer nada para reparar el daño que hice pero ayudaré al pueblo los años que me queden antes de reunirme con mi mujer y mi hija en el mas allá. Trataré de que el pueblo prospere y reparar el daño que Ladanthus hizo con sus impuesto...-dijo tratando de disculparse.