Habíais elegido linchar a Giorgio, el pobre loco de los Aliens. Fuisteis a por él antes de que cayera la noche, se duerme mejor con el trabajo hecho.
Entre todos le rodeasteis impidiéndole cualquier salida.
- Encerrémosle en la pirámide. – fue aconsejado no recodáis muy bien por quién. Al fin y al cabo tanta muerte a vuestro alrededor os había quitado las ganas de mancharos de nuevo las manos.
Dejastéis a Giorgio en la pirámide porqué el destino se encargara de él. Un trampa, la escalofriante niebla, la mismísima momia…lo que fuera.
Y acertasteis. Ankesenamón se reunió con él. Rebuscó en su pecho y tiró de un colgante que Giorgio llevaba colgado del cuello: el amuleto de la momia.
Ankesenamón le estranguló por ladrón y abandonó su cuerpo en la entrada de la pirámide. Y le dejó el aliento suficiente para que él mismo pudiese contaros la verdad de lo sucedido antes de caer muerto cuando al día siguiente entrasteis a explorar la pirámide.
A l poco rato, apareció vuestro conductor Tim.
- ¿Seguís vivos? Cuando me dijeron que viniera a recoger unas almas por aquí ya me esperaba que fuerais vosotros. Pues hasta otra ocasión voy a …- señala a Giorgio- …a eso.
Se acerca al cuerpo de Giorgio y al mirar en la pirámide añade:
- Por cierto, ¿no os habréis topado con una joven vestida con vendas? Llevo siglos intentando que me acompañe... pero desapareció.
Ante vuestro interés terminó por contaros la historia entera:
- Veréis Ankesenamón era la hermana del famoso Tutankamón, sin embargo ella nunca fue faraona, no…le tocó a su hermano, el menor.
Enfureció y juro que no descansaría hasta terminar con todos los súbditos de Egipto. Pues qué un faraón sin pueblo.
Sus seguidores forjaron y embrujaron un amuleto. Maldecía a todo el que se acercaba a él. Enloquecía a quien lo poseía y le convertía en su secuaz sediento de sangre, con ese amuleto en tu poder formabas parte del pacto de Ankesenamón, te permitía vivir a cambio de otra alma que era enviada a otro plano, donde ella era la más grande de las reinas….
Bueno chicos, eso es una leyenda. Procurad no llevaros ningún amuleto y nada pasará.
Dicho eso Tim desaparece junto a los cuerpos de vuestros compañeros muertos.
Por suerte para vosotros había llegado en Jeep y se había marchado sin él.