Partida Rol por web

Los ataques se suceden y Shimizu se gira hacia Nana, lanzándole otra secuencia de disparos, intentando esta vez aguantar el retroceso y a puntar mejor.

-¡Shimizu! -le gritó al ver a aquellos actores a lo The Walking Dead-, ¡cuidado!

Sin embargo, la enfermera parecía realmente hábil. Nuevamente, Yunly apuntó a Nana en la barriga, viendo que Shimizu le había atacado, para asegurarse que estuviese herida.

Nana patalea furiosa, sus zombies no han servido para nada, por lo que con sus manitas chiquititas coge una pistola q no pesa mucho apunta a Yunly y....

La pistola se le escapa entre sus manitas rechonchas Justo en el instante en el que es alcanzada por una ráfaga de balas, Nana Cae al suelo y su pequeño cuerpecito  se queda inmóvil, inerte, muerto. Su último pensamiento va hacia su madre y hacia su nuevo perrito  Chewie.  Y su último deseo es que este par de arpías se maten entre ellas, Pero si puede ser con un tiro en el estómago, que es una manera lenta y dolorosa de morir.

Nana cae al suelo, Shimizu le había disparado en la cabeza, matándola instantáneamente y luego Yunly vació un par de casquillos contra el ya inerte y menudo cuerpo de la niña.

El director y los actores huyen de la escena despavoridos, dejando sólo a Shimuzu y Yunly en un duelo final

Yunly dispara al aire, malgastando a sí una de sus balas.

Shimizu mira a Yunly. Una de sus balas le acababa de pasar justo por al lado, pero ella no dio muestras de haberlo notado. Las manos le tiemblan. No quiere disparar a Yunly igual que no quería hacerlo la primera vez, pero si entonces llegó a la conclusión de que debía hacerlo, ahora no era diferente. Su brazo se elevó por encima de su cintura, apuntó a Yunly... y disparó.

La bala de Shimizu pasó bastante alejada de Yunly, confirmando que ninguna de las dos parecía querer matar a la otra. Pero una de las dos iba a morir, de eso no había ninguna duda, y Shimizu supo que iba a ser ella. No le improtaba. Cuando entró en aquel juego macabro, sabía a ciencia cierta que su vida no iba a durar demasiado, así que era cuestión de tiempo que alguien con más puntería o deseos de matar la arrastrase a su fina, un final que, por otro lado, se merecía e incluso deseaba, porque de esa manera, podría estar de nuevo con su hijal.

Adios, Hatori, hola, mi niña.

Un nuevo disparo de Yunly pasó igual de lejos que el resto y Shimizu, que se había preparado para morir, abrió los ojos. De ellos comenzaron a brotar las lágrimas y sin pensar, volvió a disparar, con el mismo resultado que antes. Ambas seguían fallando y cada segundo que pasaba, su sufrimiento se hacía mayor.

Por fin, uno de los disparos de Shimizu hizo impacto en el cuerpo de Yunly, que sorprendida, bajó los brazos y miró a Shimizu con los ojos muy abiertos. Ésta empezó a llorar desconsoladamente, mientras volvía a disparar... y a fallar. Yunly estaba herida.. aunque no muerta.

El disparo de Shimizu le había alcanzado con creces, pero no lo suficiente. Yunly sabía qué iba a llegar el momento... Apuntó a Shimizu y...

-Lo siento -comentó con un hilo de voz angustiosa-. Espero que seas feliz en ... la otra vida.

No cerró los ojos, ella estaba acostumbrada a todo aquello. No paraba de llorar. Disparó. El sonido del arma resonó por todo el escenario y el cuerpo cayó ,sin vida, al suelo. La sangre se encontraba esparcida por el suelo, al igual que el arma estaba impregnada de ella. Yunly se había disparado a ella, tal y como le había comentado una vez  a Kurusu: si quedaban ellos dos, Yunly sería la primera en morir.

La joven había confiado en la enfermera, luego no quería dispararle. Era por ello por lo que había fallado tantas veces. Ahora, confiaba que Shimizu fuera feliz.

-Cumple mis objetivos y los tuyos... -fue lo que comentó antes de dispararse a ella misma en un susurro-.

Y fue aquel su final, por fin, el juego de Deux había terminado.

Shimizu esperaba la bala definitiva y en lugar de eso, vio como Yunly se dispara a sí misma y cómo era su cuerpo el que se desplomaba en el suelo. Sin dudarlo ni un instante, soltó su arma y corrió para cogerla, aunque cuando llegó a su lado, Yunly ya estaba muerta.

-¿Por... qué has hecho eso? ¿Por qué? -preguntó entre sollozos. Ella había ganado el juego... o había perdido, según se mirase.

Y ahora... qué, se preguntó Shimizu, sin soltar el cuerpo de Yunly de sus brazos.

-Bueno, bueno, bueno... no es como lo esperaba; pero supongo que este es el fin de nuestro pequeño juego.

Deux estaba empezando a perder trozos debido a su vieja edad.

-Está bien, oficialmente declaro a la Sexta, Shimizu Mizuki, mi sucesora.

Shimizu, todavía con Yunly en brazos, mira al Deux con gesto de asqueada. Tras sus palabras, deja delicadamente el cuerpo en el suelo, y se levanta, llevando la sangre de su compañera por todo el pecho, sus brazos y el rostro.

-Bien,soy la ganadora. ¿Y ahora QUÉ? ¿De qué me sirve ser tu sucesora? ¿Acaso puedo devolverle la vida a mi hija, o a todos los que han muerto a causa de esta matanza? ¿DE QUÉ ME SIRVE SER TU SUCESORA?.

Shimizu estaba enfadada, indignada y sobre todo, mentalmente exhausta. Había superado con creces el límite de todo lo que podía soportar.

-¿De qué me sirve todo esto? -volvió a repetir, susurrando y sollozando, mientras se dejaba caer de rodillas al lado de cuerpo de Yunly.

Y así termina, con un trágico final, este juego de muerte.