Partida Rol por web

La habitación del señor del vino medirá apenas siete metros por cinco metros. En uno de los lados hay una cómoda tumbona. Un aroma dulzón y excitante invade el lugar. En un lado pueden verse algunas máscaras y algo de ropa de teatro clásico. En la pared del fondo algunos instrumentos, la mayoría de ellos de viento. Algunos espejos adornan las paredes, de diversos tamaños, dando gran amplitud a la habitación, pero en particular el techo, el cual refleja por completo cualquier cosa que se haga en el interior de la habitación. Una vid al lado de la tumbona ofrece unos suculentos frutos así como una jarra parece estar volcando Néctar constantemente, dando el sonido de una cascada bastante agradable y tranquilizador.
Aun asi,tras el aspecto acogedor del sitio,sombras se alzan por doquier en esta habitación. Parece un efecto optico pero se mueven,ávidas del calor de los vivos y si te descuidas...

Bastet,has sido llamado por el Nigromante. Como gratitud el podrá decidir por ti a quien votaras cada día. Dioses ¡cuidado! si el Nigromante cae todos sus resucitados caerán con él.

Miro a Dioniso -¿¿Otro poder nuevo querido??, eres una caja de sorpresas,  y no siempre agradables- Sonrió esperando que hablase

Prometí traerte entre los vivos. Decidí gastar mi poder, mi último poder, en traerte conmigo, felina y querida Bastet.

Comento recostado en la tumbona, tomando una uva y ofreciéndosela a ella.

He de reconocer que esta adquisición ha sido realmente grata. Este es el otro don que te ofrecí, en la otra copa se hayaba el poder de mejorar, de adaptarte a alguien, y tan sólo conocía y confiaba en un dios de la vida. Cuando todo termine podré elaborar algo para liberarte de mi yugo... Lo lamento.

Mi rostro está visiblemente apenado. Mi mano sigue extendida ofreciéndole la uva.

Es éxtasis en estado puro, como bien viste. Casi me cuesta la vida, pero siempre cumplo mi palabra.

Tomo la uva de la mano de Dioniso -Cierto, eso si puedo decirlo, cumples tu palabra ¿quien te devolvió la vida?- 

lo miró curiosa cual felino

-Bueno, no se si podrás liberarme, eso parece realmente difícil, de hecho si tu caes yo también lo haré, parece que ahora estamos realmente ligados- le guiño toda esta situación la divertía mucho.

Hago un gesto con la mano invitándola a venir a mi regazo, mientras sonrío divertido por sus palabras.

Mucho más de lo que lo he estado con cualquier otra diosa.

Cierro los ojos mientras tomo otra uva y la como. Abro los ojos para mirar a los suyos.

La serpiente emplumada, sacrificó a tu padre para devolverme a la vida.

Digo sencillamente.

Cuando todo termine, podré elaborar algún otro Néctar para devolveros la vida a todos. Aunque me costará algo de tiempo.

Camino hacia él y aunque se sentó muy cerca, no se sentó en su regazo (aún).

-Dices mucho Dioniso, pero creo que confías demasiado en tus dones y demasiado en poder hacer mucho, se que tus intenciones son buenas, pero no creo que puedas hacer tanto ¿Quien crees que puede ser e próximo en caer, o el próximo culpable? estamos tan perdidos- Suspiro

Con mi don, el cual ya probaste, lo sabré en cuanto amanezca de nuevo. Pero me temo que tú o ambos seremos los próximos en caer, ellos saben que eres capaz de espiarles. Recemos por que alguien te protega, felina y querida Bastet. Y... Owww... Vamos, ponte conmigo.

Extiendo mi mano para incitarle a venir a mi regazo o a tomar la mano y guiarla hacia el mismo igualmente. Sonrío débilmente.

Realmente tu muerte me apenaría mucho más de lo que puedes siquiera imaginarte...

Se dejo guiar por Dioniso  -Ah pero el don que me otorgaste ¿aun puedo utilizarlo? no lo sabia, es un don la verdad muy interesante pero como bien me avisaste muy peligroso, pero a la vez muy útil- lo miro con una mirada intensa -¿me pregunto cuanto más duraremos?  ahora estamos mucho más unidos-Sonríe

Cuando se sienta en mi regazo el torso de mi mano acaricia su mejilla.

No importa... Esta noche lo he visto: tu hermano es culpable. Quizas... Quizá con él termine todo esto. Entonces lo habríamos conseguido: habríamos sobrevivido.

Me fijo en sus intentos ojos.

¿Deseas algo, querida?

Eso me recuerda... Creo que ya sé cómo solucionar tu... Problema de estar tan cerca de mí... Aunque eso te alejaría de mí...

Digo, mientras vuelvo a acariciar su mejilla con el torso de mi mano.

Mi querido Asclepio... Si hablas con él podrá devolver tu vida por completo. Espero.

Digo, mientras sonrío algo nostalgico.

Se levanta de un salto del regazo de Dioniso y pasea por la sala.

-No no no no, no puede ser, ¿¡Anubis!? mi hermano, no puede ser- Lo miro muy triste -Lo siento, no puedo hacerlo, no puedo votar a mi hermano, no puedo ¡¡es mi sangre!!- Estaba realmente afectada y nerviosa.

Observo cómo deambula, nerviosa, de lado a lado.

Así és. Si no quieres, no te arrastraré conmigo y votarás a quien me digas que quieres votar. Pero mis ojos no me engañan. Ya conoces mi don, me meto en problemas con facilidad. En verdad querría ayudarle, pero no sé cómo sanar a alguien como él. También podría así sanar a mi querida Cail*.

Suspiro.

Y ese mismo hermano terminó con tus dos vidas. Te lo recuerdo.

Mis palabras suenan duras, pero ciertas.

Miro a Dioniso y arrodillándose le acaricio la mejilla -Daría la vida por mi hermano, y eso haré, no puedo dejar que lo matéis, no puedo quedarme sin hacer nada, es mi hermano por favor, entiéndeme, solo tu opinión me importa, no me importa lo que crean los demás, de mi, pero tu si, quiero que sepas que te agradezco que me hayas devuelto la vida, pero ...- Dejo sus hombros caer -es mi hermano, solo espero que él sepa porque lo hago, y que jamas lo vote voluntariamente- Dejo las lagrimas correr por sus mejillas, estaba realmente afectada.

¿Entonces, si tanto te importo, quieres que siga vivo y termine por matarme?

Pregunto mirando a la diosa. Me pongo en pie y me acerco a ella, llevo mis manos a su cintura.

Yo te entiendo. Es tu sangre. Yo mismo he visto la muerte de mi familia, les he visto matar indiscriminadamente. Pero... No permitiría que te pusieran un sólo dedo encima. Si te matan ahora, no podré volver a traerte, y nos veremos en el inframundo... Esta vez no alteraré tu voto, dejaré que sea como quieras pero... Creo que deberías hablarlo también con tu padre. Es el último regalo que puedo hacerte. ¿Quieres?

Mis ojos buscan los de ella. ¿Quién me iba a decir que una sencilla diosa felina podría terminar siendo tan importante para mí?

Sin poder, ni querer reprimirse más, se abrazo a Dioniso, pues realmente necesitaba un abrazo, era muy duro lo que estaba ocurriendole a ella en especial, era su hermano.

-¿Harías eso por mi? ¿puedo hablar con mi padre? él siempre me da buenos consejos, y nadie conoce a Anubis como él-Lo miro esperanzada

La abrazo con fuerza.

Creí que tú misma ibas a llamarle con tu don, pero si no es así, yo lo llamaré por tí... Quería llamar a mi querido Asclepio para que te devolviese a la vida real, pero si necesitas estar al lado de tu padre...

Mi mano acaricia su cabeza mientras la aprieto más contra mí.

Se separo un poco de él -Ninguno de mis poderes funciona, ni el mio propio, ni el que cogí de ti, espero que Ra nos pueda ayudar a todos, y esclarezca algo sobre mi hermano- Respiro hondo y asintio al dios.

Sea pues, aunque ya te dije lo que ví... Al desaparecer se llevará otro dios con él, puede que inocente.

Dicho esto suspiro y me alejo de ella para comenzar a concentrarme.

Alejado un par de pasos miro a Ra.

Bienvenido a mi viña. Espero que te resulte acogedora.