La luz del día descubría el bosque una mañana más… y con ella un aire más denso y más ahogador rezumaba en el ambiente…
No hubo tiempo a miradas… ni a dudas… la nueva víctima de las radicales estaba ante vosotras…
El cuerpo de Medea se encontraba empalado… ensartado en una larga, fuerte y delgada estaca de madera…
La estaca se intuía entrar desde su vientre a su cuerpo… la madera atravesaba su cuerpo y volvía a nacer a través de su clavícula derecha…
La mirada de Medea recordaba el terror que había sentido durante la noche…. El fuego había abandonado su cuerpo… y ahora el frio toque de la muerte la envolvía…
Recordaba…de nuevo al aroma de la muerte… pues el olor férreo de la sangre volvía a inundar el bosque…
Sorprendida por seguir con vida, abro los ojos y observo despacio mi cuerpo, -Sigo viva-. Lentamente me incorporo y ahogo un grito al observar con detenimiento que Medea no ha tenido tanta suerte -¿Por qué, por qué ella?- me pregunto a mi misma mientras lágrimas de fuego caen por mis mejillas. -Me...Medea- susurro.
Me giro para observar a las tres hermanas que permanecen vivas a parte de mí -¿Cual de ellas ha sido?, ¿En quién confiar ahora a partir de esto?, ¿Ganarán ellas acabando con todas las inocentes?-.
Un escalofrío recorre mi cuerpo, -Sea como sea, esta noche sé que moriré por sus manos... tendremos que poner fin a esto rápido o no quedará esperanza para nuestro pueblo-.
Despacio, retrocedo para alejarme de ellas, levanto el vuelo y me sitúo en una rama para observar sus reacciones e intentar sacar algo en claro.
¿Estáis vivas? -_-
-Solo quedamos cuatro... una de nosotros tiene que ser la radical-, dijo Mara y se quedó pensativa mirando a sus tres hermanas. -Fayna eres la que más dudas le suscitas, quizás comenzastes como un hada limpia y pura, pero la cosa podría haber cambiado y detrás de tu bondad puede ocultarse el ser despiadado que está provocando todas estas muertes...- Finalizó Mara.
Miró a Mara, estaba tranquila, su inocencia había sido más que probada, y si la linchaban, lloraría por sus hermanas, pues perderían sus poderes -Mara, quizás eres tu, tu vuelta de la muerte me parece más que sospechosa- luego miró el cuerpo de Medea. No le quedaban lágrimas, había llorado ya por demasiadas hermanas, pero no por ello Medea era menos, se acerco a Rubí y le pusó una mano en el hombro, era la única de fuego que quedaba, ella se sentiría sola si fuese la única de agua -No estas sola Rubí- le sonrió.
ue p
Asiento con la cabeza a Fayna pero me aparto de su toque... No había caído que soy la única hermana de fuego que resta en pie. -Mis hermanas tenían razón, desde el principio del cónclave las que fueron cayendo sin piedad fueron mis hermanas de fuego... las radicales son de agua... ¿Pero quién, acaso son las tres?-.
Observo en silencio a Selena, la única que aún no ha pronunciado palabra tras la muerte de mi adorada hermana Medea...