... la gran sala de la cueva... ¡¡COMENZÓ A TEMBLAR!! Pareciera que en cuanto atizaste al ser con el órbe éste brillara en su interior más y más, y los rayos contenidos en él se hubieran de potenciar demasiado. Mientras la cueva comenzaba a tembar, el agua del pozo, la cual seguía hirviendo y gorgoteando... ¡¡COMENZÓ A ELEVARSE!! Su nivel comenzó a subir muy rápidamente, desbordándose del tosco pretil e inundando el suelo y pronto vuestros zapatos, ¡haciendo hervir vuestros pies en cuestión de segundos! Nuevas bocanadas y nubes de vapor comenzaron a producirse, ¡hasta el punto de que apenas podía verse absolutamente nada más allá de dos pasos!
¡¡GGGRRRR UUUHAAAAAA!! -un tremendo grito se escuchó en la taberna, a no menos de cuatro pasos junto a tí-. Se trataba claramente de la criatura, que se estaba quejando, ¿habría tocado el agua sus extremidades?
Retrocedo instintivamente, arrastrando al herido Perkins con una mano como puedo, sin soltar la bola, subiendo por el desnivel para evitar el agua.
Respirando con dificultad entre el vapor, con los pulmones ardiendo y sintiendo el picor en mis ojos, busco a tientas el altar, que no debe de estar muy lejos. Trato de poner la bola de vuelta en su lugar, por si eso detuviese el flujo de agua, aunque en mi interior sé que es fútil.
Perkins se aferró a tu brazo. Podía aún andar, y no era muy dificultoso para él, pero se notaba su mal estado. Fue entonces cuando oteaste bastante mal el ambiente, pues el vapor era ahora extremadamente abundante. Intentaste colocar el orbe sobre el menhir, pero éste ya no flotaba como antes (era como si hubiera perdido aquella magnífica propiedad). Lo quedaste unos segundos apoyado en la superficie de la piedra y nada...: ¡el temblor y la subida del agua SEGUÍA AUMENTANDO! Te diste cuenta que acercarte al menhir había sido sinónimo de alejarte de la escalera en espiral que os llevó hasta la cámara... ¡Y el agua comenzaba a atrapate! Viste como Perkins huía en la dirección de las escaleras, perdiéndose enseguida en el refugio del vapor. Marcus debió hacer lo mismo, y el rugido del ente seguía allí.
Haz una tirada de DESx2 para evitar el agua quemándote los pies. Si no la superas, tira por Suerte, y si tampoco la superas tira por 1D10 y será el daño que te produzca el agua hirviendo (que cada vez aumenta más y más).
Chillando de dolor al escaldarme los pies, dejo caer la bola y decido avanzar. Será mejor que la muerte segura que me espera si sigo retrocediendo. Estoy junto al pilar, por lo que sólo tengo que ir hacia la derecha y avanzar hasta toparme con la escalera. Confío en que el monstruo esté igual de dolorido y desorientado y no se preocupe mucho por mí. Tomo aire una vez y corro sin parar, levantando las rodillas, dando grandes zancadas, e ignorando como puedo los pinchazos de alerta que recorren mi cuerpo. Maldigo mentalmente a los mineros por dejarme tirada para darme fuerzas y avanzar, y poder maldecirles en persona cuando me los encuentre.
Motivo: DESx2
Tirada: 1d100
Dificultad: 16-
Resultado: 87 (Fracaso)
Motivo: SUE
Tirada: 1d100
Dificultad: 60-
Resultado: 67 (Fracaso)
Motivo: Daño
Tirada: 1d10
Resultado: 7
El orbe quedó allí "reposando" en su menhir. No veías nada, y si todo aquel vapor fuera humo, haría tiempo que hubieras caído ya al suelo desorientada e intoxicada. Cruzaste entonces el poco y alcanzaste la escalera. Un par de sombras quedaste atrás, escondidas entre el vapor, y no supiste si era aquel ente demoníaco o quizá el minero Marcus (si es que aún seguía allí). El caso es que el agua hirviendo inundó tus pies y un tremendo grito de dolor resonó en toda aquella cámara. No podías hacer nada más que huir, escaleras arriba, dejando atrás ese pozo del que emanaba agua a una temperatura extrema.
Cuando comenzaste a elevarte por los peldaños, te giraste un momento y te pareció ver que la criatura se internaba de nuevo en la pared de la que había irrumpido... ¡Y EL NIVEL DEL AGUA SEGUÍA SUBIENDO! Rápidamente avanzaba escaleras arriba, inundando todas las grietas, los peldaños y hasta el hueco exterior. Y en pocos segundos la cámara de abajo estaba completamente anegada, como un barco al cual se lo traga el océano y pasa a descansar a su fondo... Los peldaños pasaban bajo tus doloridos pies, y subías todo lo deprisa que podías: ¡el agua hirviendo no se detenía!
Haz de nuevo una tirada de DESx2 para evitar el agua quemándote los pies. Si no la superas, tira por Suerte, y si tampoco la superas tira por 1D10 y será el daño que te produzca el agua hirviendo (que cada vez aumenta más y más). La situación es desconcertante y llena de tensión.
Sigo subiendo, tropezando en los resbaladizos escalones sin poder evitar quemarme una vez más.
- ¡¡¡Aarrrrrrrrrgh!!!
"Maldita sea mi suerte. Y esa bola. Y este sitio. Vamos, no pares. Arriba arriba arriba."
Me animo a mí misma para no parar de subir; mis piernas aún funcionan perfectamente, y me ayudo con los brazos.
Motivo: DESx2
Tirada: 1d100
Dificultad: 16-
Resultado: 54 (Fracaso)
Motivo: DESx2
Tirada: 1d100
Dificultad: 60-
Resultado: 87 (Fracaso)
Motivo: DESx2
Tirada: 1d10
Resultado: 9
Se me ha olvidado cambiar el motivo de las tiradas, pero son DESx2, Suerte y Daño, respectivamente.
Otro grito de dolor inundó el hueco de la escalera en espiral. Habías resbalado en uno de los maltrechos y decadentes escalones labrados. Tu suela había hecho resbalar tu pisada y el agua, que subía de nivel a un ritmo frenético, te volvió a quemar los pies con gran pasividad y eficacia. Con determinación y voluntad autoimpuesta te alzaste de nuevo, y subiste dando vueltas hacia arriba. La situación era tremendamente asfixiante, agobiante en su totalidad. El vapor cubría tus ojos y todo lo que podías ver eran un par de metros hacia delante. Tras un par de minutos el corazón te latía con fuerza, y lo notabas bombear sangre sin descanso.
Fue entonces cuando llegaste a la cámara intermedia, en cuesta, en la que se alzaban y descendían estalgmitas y estalactitas de suelo y techo. Avanzaste cuesta arriba y allí, entre la brumosa dificultad, las vistes: las cuerdas que Perkins dejó colgadas cuando descendísteis del túnel. Parecían que no habían sido utilizadas desde que bajásteis, por lo que dedujiste que ni Perkins ni Marcus las habían utilizado. Sólo te quedaba una opción: ¡¡agarrarlas y escalar!!
7 puntos de daño anteriores + 9 p.d. ahora.
Haz de nuevo una tirada de Trepar para elevarte por la cuerda (el % básico es de 40). Si no la superas, tira por Suerte, y si tampoco la superas tira por 1D10 y será el daño que te produzca el agua hirviendo (que cada vez aumenta más y más). La situación es desconcertante y llena de tensión.
De un salto, agarro la cuerda y me pongo a trepar, poniendo una mano tras otra, sin descanso. Parece que en cualquier momento puedo resbalar y caer al agua, que sigue inundando la caverna, y consigo evitarla por poco manteniendo mis pies junto a mí.
Motivo: Trepar
Tirada: 1d100
Dificultad: 40-
Resultado: 86 (Fracaso)
Motivo: Suerte
Tirada: 1d100
Dificultad: 60-
Resultado: 52 (Exito)
Aquello era un desafío sin sentido, una proeza para la mente y el cuerpo, pero era necesaria. El nivel subía y subía, y en breves el nivel del agua alcanzaría la zona en que pisabas, tal vez en unos segundos. Tu pericia parecía no estar de buen día, aunque realmente aquellos no eran tus verdaderos menesteres. Sin embargo, tenías que sobrevivir, salir de aquella infame mina, trampa para ratones infernal. Tras coger la cuerda e intentar escalar te alzaste un par de metros, pero enseguida tus manos sintieron el cansancia y comenzaste a resbalar hasta caer desde esa altura... sin complicaciones. Era volver a intentarlo o morir. El vapor inundaba tus sentidos, sobre todo el de tu vista.
Haz de nuevo una tirada de Trepar para elevarte por la cuerda (el % básico es de 40). Si no la superas, tira por Suerte, y si tampoco la superas tira por 1D10 y será el daño que te produzca el agua hirviendo (que cada vez aumenta más y más). La situación es desconcertante y llena de tensión.
Si esta mecánica no funciona, puedes intentar las tiradas una segunda (y última vez).
De forma asombrosa e incomprensible, consigo trepar por la cuerda al segundo intento. Dolorida y cansada, pero con fuerzas renovadas por haber superado este nuevo obstáculo, sigo corriendo. Si la memoria no me falla, queda poco para alcanzar la salida, aunque no sé si eso solucionará mis problemas. Pasa por mi mente la fugaz imagen del agua hirviente calcinando el monte e inundando y destruyendo por completo el pueblo.
"¿De dónde saldrá tanta agua...?", pienso.
Sacudo la cabeza y sigo hacia delante. Claramente no tengo la mente en condiciones.
Motivo: Trepar
Tirada: 1d100
Dificultad: 40-
Resultado: 24 (Exito)
Subiste, pues, por la cuerda. Tu espíritu de supervivencia era profundo y digno de admirar. El vapor subía y se colaba por la abertura de la que colgaba la cuerda en esa gran sala. No sin gran dificultad conseguiste llegar hasta el agujero de la parte superior y acceder a través de él. La cuerda ahora se tensaba en aquel estrecho pasaje que a tus ojos ascendía, y sólo tenías que apoyarte en ella e ir impulsando tu cuerpo para salir. Tras unos minutos de penoso ascenso (en el que el vapor inundaba tu visión), lográste empujar la losa por la que antes habías bajado. Ésta estaba suelta y cedió ante tu empuje, y entonces te alzaste justo a la primera gran cámara que encontraste en la mina: la del menhir lleno de inscripciones indescifrables...
* * *
Ahora el vapor salía en mayor cantidad, y éste buscaba de manera natural la salida de la cueva. Al principio estabas delante del menhir como desorientada, exhausta por el ascenso y con ganas de vomitar. Sin embargo, anduviste en la misma dirección y sentido que el vapor de agua en movimiento... Avanzabas poco a poco hacia la salida, y de pronto lo notaste. ¡ALGUIEN SE HABÍA ABALANZADO JUNTO A TÍ! Ambos habíais caído al suelo, fruto de la impresión de una y la torpeza del otro... ¡ERA MARCUS! El minero, en medio de pasillo rocoso, apretaba su puño e intentaba golpearte sin miramientos... ¡¡y tú no entendías nada!!
Sin tiempo de pensar siquiera cómo es posible que Marcus esté aquí, no digamos ya por qué me ataca, o dónde está Perkins, esquivo instintivamente su golpe. El movimiento brusco me produce un mareo adicional casi insoportable. Trato de desembarazarme de él y levantarme para seguir avanzando, pues el agua no tardará en llegar.
- ¡Basta, idiota! ¡Hay que salir de aquí!
"¿Habrá sido la mordedura...?"
Perkins intentó golpearte, pero la niebla era demasiado densa. Notaste que tenía algo en la mano, sostendio con fuerza. De hecho, aquello que llevaba era el objeto de agresión con el que pretendía herirte. Sin embargo, su pie golpeó un saliente de roca en el suelo y cayó de bruces junto a tus pies... fue entonces cuando el agua subió hasta la altura necesaria para...
...abrasarle.
Escena cerrada. Finalizamos en el epílogo.