Partida Rol por web

Imperios, Corporaciones... y Piratas!

Un día de aquellos... a la mar.

Cargando editor
27/07/2010, 01:55
Cargando pj

 

El sol se ocultaba en el horizonte y las mareas comenzaban a agitarse en el día de hoy, casi podía llamarse un día mas de "trabajo" para la tripulación de la pequeña goleta en la que pasabas tus días. El Encanto de York era el nombre que su capitán le había otorgado a la pequeña nave, y aun que era un misterio el por qué de su nombre, entre los tripulantes hacían apuestas de vez en cuando en la esperanza de que un día su capitán les contara aquella historia. "Te digo que capitán nació en York", "El capitán solo tuvo dos amores en toda su vida... y ambas eran de York", "Es que sueña con algún día dejar esta vida y vivir en la campiña". Frases como esas eran normales en las rondas de apuestas...

El capitán, John Hawkins, se encontraba en este momento recuperando el aliento y haciendo un balance (o eso al menos parecía) de lo que había sucedido hace solo unos minutos. Junto con el resto de los hombres, te encontrabas aun vaciando un navío mercante portugués que había tenido la suerte de contar en este día, con los saludos amigables del "York".

John parecía lamentarse por el destino de aquel barco ya que "-Siempre era bueno poder sumar uno mas a la flota-" solía decir. Pero el mercader portugués había tenido otras intenciones, y prefirió luchar y morir a perder el trabajo de toda su vida.

Allí te encuentras... sangre, astillas y vaya uno a saber que otras cosas, cubren la cubierta en este momento. Pero se han llevado un buen botín a casa esta mañana...

Cargando editor
27/07/2010, 02:55
John Hawkins
Cargando pj

El hombre que llevaba ya en sus cabellos el orgullo de unos cuantos años de experiencia, negaba con la cabeza preocupado, en el ultimo ataque, había perdido mas de una decena y media de hombres. No es que fuera difícil conseguir mas para reemplazarlos, pero el tener que lidiar con nuevos era lo que mas detestaba el hombre. Sin mencionar que por un buen tiempo lo saqueado ya no podías ser ocultado en presencia de toda la tripulación.

Como un capitán responsable se ocupo antes que nada de su tripulación, pero luego centro su atención en ti, como siempre lo hacía.

-Estas herida?- su voz mostraba preocupación.

Cargando editor
27/07/2010, 16:52
Beatrice Lausarot
Cargando pj

El día, o lo que quedaba de él, era magnífico. El sol rojo brillante, iba ocultándose una vez más en el horizonte y la brisa marina apenas acariciaba sus cabellos.

Beatrice dejó a un lado su carga para observar el atardecer por un instante, disfrutando de la sensación de estar viva un día más. No es que tuviera miedo a la batalla, o que la amedrentara enfrentarse a tipos que, al igual que ella, peleaban por lo más valioso que poseían. Pero cuando la adrenalina comenzaba a bajar, un extraño escalofrío recorría su espalda, casi como si sintiera a la parca darle una caricia suave, regalándole un poco más de tiempo en este mundo, sabiendo que tarde o temprano le pertenecería.

Así, distraída, le tomó por sorpresa las palabras del hombre que la había criado como si fuera su padre, a pesar de que cada vez que combatían, tarde o temprano éstas eran pronunciadas.

Con una sonrisa respondió -Oh, no John -nunca lo había llamado padre, aunque lo quería como tal -tan sólo han sido unos rasguños. Pero hay unos cuantos que no han tenido esa suerte.- Beatrice volvió a pasar la vista por la cubierta, por dónde, a pesar de la oscuridad reinante, ella sabía que estaba la sangre.

-¿Qué haremos ahora?- la chica era práctica. No tenía sentido llorar por los que ya no estaban. Era mejor recordarlos luego en la taberna, con una botella de ron por delante. -¿Será prudente ir a puerto tan pronto?-